La economía de Estados Unidos registró un crecimiento mejor de lo esperado en el último trimestre de 2022, incluso cuando la agresiva campaña de la Reserva Federal para elevar los costos de endeudamiento empezó a pesar más en la actividad empresarial.
La economía más grande del mundo creció 2.9 por ciento sobre una base anualizada entre septiembre y diciembre, de acuerdo con los datos que publicó el jueves el Departamento de Comercio, ligeramente por encima de los pronósticos de los economistas de un aumento de 2.6 por ciento. Esto representa una desaceleración con respecto al crecimiento de 3.2 por ciento del tercer trimestre, reflejo de las medidas adoptadas hasta ahora por el banco central estadunidense para frenar la demanda.
Desde marzo, la Reserva Federal aumentó su tasa de interés oficial en más de 4 puntos porcentuales, en repetidas ocasiones en incrementos de 0.75 puntos porcentuales, en un intento de ponerse al día con una inflación que resultó mucho más intensa de lo esperado.
La próxima semana, la Fed se prepara para subir las tasas en un cuarto de punto, desde el rango actual de 4.25 a 4.5 por ciento, mientras determina qué tanto más debe intervenir en la economía ahora que la inflación parece que alcanzó su punto máximo. En general, los funcionarios respaldan que la tasa de los fondos federales alcance 5 por ciento y que se mantenga en ese nivel al menos hasta finales de año, lo que sugiere que habrá nuevos incrementos de las tasas después de la decisión de febrero.
Los datos del PIB son la señal más reciente de que la economía demostró ser más resistente de lo esperado frente a unos costos de financiamiento sustancialmente más elevados, al tiempo que muestran que las medidas de la Fed empiezan a tener un efecto más considerable.
“Si nos fijamos en la cifra principal, parece que todo va bien. Pero, si observamos bajo el cofre, son estas señales preocupantes y una pérdida de impulso lo que realmente hemos estado viendo en amplias franjas de los datos”, dijo James Knightley, economista jefe internacional de ING.
El aumento del cuarto trimestre se alimentó en parte por la acumulación de inventarios por parte de las empresas, especialmente en los sectores de fabricación y de servicios públicos. El gasto de los consumidores, uno de los principales motores de la economía estadunidense, también se mantuvo estable, con un aumento de 2.1 por ciento.
Sin embargo, el indicador más importante de la demanda subyacente de la economía —las ventas finales a compradores nacionales, excluido el gasto público— solo aumentó 0.2 por ciento, frente a 1.1 por ciento del tercer trimestre.
En una nueva señal de debilidad, la inversión fija cayó 6.7 por ciento, con una contracción de la inversión relacionada con la vivienda de 26.7 sobre una base anualizada. La inversión empresarial solo aumentó 0.7 por ciento. A lo largo del año, el PIB creció 1 por ciento, por debajo de 5.7 por ciento de 2021.
Mientras la Fed seguía adelante con sus agresivos incrementos de las tasas, las empresas de los sectores de fabricación y de servicios respondieron intentando recortar costos, frenando los planes de nuevas contrataciones y recortando las horas de trabajo de los empleados. También se produjeron despidos masivos en el sector de tecnología.
Aunque el mercado laboral en general se mantiene sólido, con una tasa de desempleo de 3.5 por ciento, el nivel más bajo en varias décadas, y unas solicitudes de subsidio para el desempleo que la semana pasada cayeron a su nivel más bajo en varios meses, hay una incipiente inquietud sobre las perspectivas de la economía.
Muchos economistas esperan que EU entre en recesión este mismo año, cuando la tasa de desempleo se acerque a 5 por ciento.
“Me preocupa que vayamos a ver un crecimiento negativo del PIB en el primer trimestre (de este año). Creo que será aún peor en el segundo trimestre”, dijo Knightley. “La Fed sigue subiendo las tasas y, en este entorno, ¿de dónde van a salir los datos positivos? Podríamos ver un tercer (trimestre) consecutivo de crecimiento negativo”.
Gregory Daco, de EY-Parthenon, dijo que espera que la desaceleración llegue a ser “leve” con una contracción del PIB del 0.8 por ciento en el peor momento de la desaceleración. Para el conjunto de 2023, pronosticó un crecimiento del 0.3 por ciento.
En 2022 hubo un debate sobre si la economía de EU ya estaba en recesión tras dos trimestres consecutivos de contracción del PIB en el primer semestre. Desde hace tiempo esto es el criterio de una “recesión técnica”. En ese momento, los responsables de la formulación de políticas de la administración Biden y de la Fed dijeron que había pruebas abrumadoras de que la economía estadunidense era fuerte.
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