El aumento de los precios del gas y el petróleo, junto con el incremento de los costos de los alimentos, representan un gran peso sobre la economía británica. En junio, la inflación de
Reino Unido alcanzó un nuevo máximo de 40 años, 9.4 por ciento, por encima de los niveles de la eurozona y Estados Unidos.
Los datos de inflación de julio se publicarán el miércoles, y los economistas encuestados por Reuters esperan que el índice de precios al consumidor registre un aumento de 9.7 por ciento en términos interanuales. Se pronostica que los hogares británicos tengan que enfrentarse a una factura promedio anual de energía superior a 5 mil libras el año que viene, ya que la invasión de Rusia a Ucrania se suma a la reducción del suministro de gas y petróleo a Europa.
A principios de este mes, el Banco de Inglaterra advirtió que la inflación británica podía alcanzar 13 por ciento y que el país iba a entrar en recesión a finales de año. El banco elevó las tasas de interés en 0.5 puntos porcentuales, hasta 1.75 por ciento, en un intento por frenar la demanda y la inflación.
Vasileios Gkionakis, jefe de estrategia de divisas del G10 en Citi, dijo que la inflación en Reino Unido “probablemente resulte más difícil debido al Brexit, complicando aún más la política del Banco de Inglaterra”.
El índice de precios al consumidor de EU subió a 8.5 por ciento interanual en julio, de acuerdo con las cifras publicadas esta semana, una desaceleración respecto al mes anterior.
“EU no tiene un problema de energía tan grave como Reino Unido”, dijo Lyn Graham-Taylor, estratega senior de tasas de Rabobank, y añadió que el Banco de Inglaterra se ve obligado a “sacrificar la economía” subiendo las tasas de interés para que la creciente inflación vuelva a bajar al objetivo de 2 por ciento.
Ventas minoristas de EU
Se espera que las ventas minoristas de julio en EU ofrezcan información sobre la confianza de los consumidores al comienzo del tercer trimestre, un dato importante luego de dos periodos de contracción.
Los economistas encuestados por Bloomberg pronostican que el Departamento de Comercio informará un aumento de 0.2 por ciento en las ventas minoristas globales en julio respecto al mes anterior, una desaceleración del crecimiento en comparación el aumento de 1 por ciento que se registró en junio.
Parte de la diferencia puede atribuirse al descenso de los precios de la gasolina desde junio, cuando el costo promedio del galón alcanzó un máximo de más de 5 dólares. El cambio entre junio y julio es menos marcado si se excluyen los precios de los automóviles y el combustible, aunque aún muestra una desaceleración: la encuesta de Bloomberg indica que se espera un aumento de 0.3 por ciento en julio, frente al 0.7 por ciento de junio.
Los analistas de Bank of America sugieren que es posible que el desplome de los precios de la gasolina —que se manifestó en una desaceleración de la inflación anual de los precios al consumidor en julio— haya impulsado el gasto de los consumidores en otras áreas de la economía. Además pronostican un aumento mensual de 0.9 por ciento en las ventas minoristas, sin tener en cuenta los efectos del gasto en automóviles, gasolina, materiales de construcción y restaurantes.
Los datos llegan después de un interesante informe de empleos en julio, así como un segundo trimestre consecutivo de contracción del producto interno bruto (PIB) en el periodo abril-junio, cuya combinación proporcionó una imagen confusa del estado del consumidor.
Alza del dólar
El dólar estadunidense se encuentra al alza. Las agresivos aumentos de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, que tienen el objetivo de frenar la inflación, contribuyeron a que el billete verde alcanzara en los meses recientes máximos de los últimos 20 años; sin embargo, los economistas no se ponen de acuerdo sobre cuánto más puede subir la moneda.
Los últimos datos del índice de precios al consumidor de EU, que los inversionistas observan con atención en busca de pistas sobre hasta dónde elevará la Fed los costos de los préstamos, mostraron señales de estabilización en julio. Los mercados bursátiles de Wall Street subieron en respuesta, y el índice del dólar —que mide el billete frente a una canasta de otras seis monedas— bajó alrededor de 3 por ciento desde su máximo del 14 de julio.
“A menos que se produzca una importante revalorización de las expectativas de las tasas o se reaviven los temores de un aterrizaje forzoso”, dijo el viernes Kit Juckes, de Société Générale, “el dólar definitivamente alcanzó su máximo, sujeto como siempre a lo que ocurra en otros lugares”.
Sin embargo, más de 70 por ciento de los estrategas de divisas encuestados por Reuters a principios de agosto pensaban que la fortaleza del dólar aún no alcazaba su máximo, aunque un tercio de los encuestados dijo que lo hará en los próximos seis meses.
Christopher Turner, de ING, considera que el dólar se mantendrá fuerte hasta finales de año, pues suele beneficiarse de las altas tasas de inflación y la desaceleración del crecimiento económico.
“El dólar no debe bajar hasta que los inversionistas se convenzan de que la Fed está preparada para estimular, y no frenar, la economía de EU y mundial”, advirtió.