Mark Zuckerberg cree que el futuro de las redes sociales recae en los mensajes privados.
Su convicción es tan fuerte que planea fusionar los servicios de mensajes de Facebook, WhatsApp e Instagram en un sistema cifrado, lo que significa que solamente las personas que envían y reciben los mensajes pueden verlos.
Pero el fundador de Facebook todavía tiene que decir cómo la red social más grande del mundo, que generó 16 mil 900 millones de dólares en ingresos en el cuarto trimestre del año pasado —en su mayoría por publicidad en su feed de noticias—, ganará dinero con una reforma tan radical como esa.
Los expertos dicen que hay una solución evidente: los metadatos, la gran cantidad de contexto que rodea un mensaje que puede verse incluso cuando el contenido está codificado.
A pesar de que Zuckerberg presentó la reestructuración como un giro hacia la privacidad, Facebook todavía puede extraer y analizar los metadatos de los mensajes de los usuarios y ayudar a construir perfiles detallados para la publicidad dirigida, en un movimiento que irritará a los activistas de la privacidad e incluso a los reguladores.
“Al abstraer y ver quién habla con quién, por cuánto tiempo, y cuándo… puede desarrollar una imagen muy estadística de la gente de manera muy rápida”, dijo Alan Woodward, experto en codificación y profesor de la Universidad de Surrey.
“En muchos sentidos, el contexto de lo que dices en esos mensajes es algo más importante que los mismos mensajes”, agregó.
Facebook se enfrenta a una creciente presión para darle a los usuarios más claridad y control sobre cómo se maneja su información a raíz del escándalo de Cambridge Analytica, así como informes que permitieron a fabricantes de dispositivos tener acceso a los datos personales de los usuarios a través de acuerdos especiales.
A principios de este mes, Zuckerberg respondió a esas inquietudes al anunciar planes drásticos para integrar los tres servicios de mensajes e introducir el cifrado de extremo a extremo. En la actualidad, solo WhatsApp encripta los mensajes de los usuarios.
Pero el director ejecutivo no describió la política del grupo en torno a los metadatos, que se puso en el centro de la atención por primera vez en 2013 después de que surgió en las filtraciones de Edward Snowden que la Agencia de Seguridad Nacional de EU (NSA, por sus siglas en inglés) recopiló los metadatos de las llamadas telefónicas de ciudadanos estadunidenses en una gran escala.