Cincuenta millones de libras tal vez no signifique mucho para Facebook. Anunció una recompra de 50,000 millones de dólares (mdd) esta semana. Sin embargo, la multa de 50.5 millones de libras que impuso el regulador de competencia de Reino Unido en una batalla sobre cuestiones de GIFs sí que importa.
No necesariamente por el dinero (aunque no es algo irrelevante). Sino por lo que nos dice la multa acerca del futuro de la política de competencia de Reino Unido después del Brexit. Y si eres una gran compañía de tecnología tratando de hacer acuerdos —incluso los que no tienen un vínculo obvio con el Reino Unido— no es genial.
Facebook ha luchado durante casi 17 meses contra la Autoridad de Competencia y Mercados de Reino Unido (CMA, por sus siglas en inglés) por su adquisición de Giphy. Giphy es una base de datos en línea de GIFs, videos animados divertidos que comparte la gente en las redes sociales o WhatsApp, básicamente. Facebook compró Giphy, una compañía estadounidense, por alrededor de 400 millones de dólares (mdd) en mayo del año pasado.
Giphy no tiene oficinas en Reino Unido, no tiene empleados, ni siquiera tiene ingresos en el país. Pero la CMA dijo consistentemente que no importaba porque mucha gente en el Reino Unido usa sus GIFs, así que eso significa que podría pedir un escrutinio para el acuerdo, y el dictamen de un tribunal de apelaciones sobre la jurisdicción de CMA en otro caso a principios de este año lo respalda. Así que el regulador pasó los últimos 17 meses estudiando detenidamente la adquisición de una biblioteca de GIFs. Y todavía no termina.
La CMA decidió de manera provisional en agosto que no le gustaba el acuerdo y que la única solución era que Facebook vendiera Giphy. Como era de esperarse, a Facebook no le gustó. Entre otras cosas, dijo que las conclusiones del regulador “contienen errores fundamentales de derecho y hechos”. La CMA tiene cinco semanas más para decidir si realmente quiere bloquear el acuerdo o no.
La CMA tiene formulario para decidir sobre grandes transacciones y después autorizarlas de todos modos. Lo hizo con la inversión de Amazon en Deliveroo el año pasado, primero por motivos inestables, después por otros más razonables. Lo ha hecho en todos los acuerdos de grandes grupos de tecnología hasta el momento.
Sin embargo, con Giphy la CMA encontró una manera de hacer una declaración incluso si al final da la luz verde a Facebook en Reino Unido.
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La sanción emitida el mes pasado no fue por hacer un trato para eliminar a un competidor potencial. Fue por no cumplir con los términos de una orden para mantener las empresas separadas mientras la CMA decidía qué hacer con el trato. A Facebook no le gustó la orden, que restringía lo que podía hacer con el resto de su negocio. La compañía se demoró, luchó contra la CMA en los tribunales y ahora se encuentra con una multa de 50.5 millones de libras.
La mayor sanción del regulador por incumplir una orden antes de eso fue de 325,000 libras. Es justo decir que a los gigantes de tecnología no les va a preocupar violar una orden de competencia si lo único que está en juego son 325,000 libras. Una multa de 50 millones de libras indica que se produjo un cambio radical en su enfoque.
Y al solicitar la revisión del trato en primer lugar, la CMA hizo una nueva declaración de intenciones. Claramente se volvió más intervencionista. El Brexit le da el poder de bloquear grandes acuerdos globales que alguna vez fueron competencia de Bruselas.
Como fue el caso de las compañías de EU de viajes Sabre y Farelogix, mostró que podía detener acuerdos con solo una conexión tangencial con el Reino Unido, y estaba dispuesto a bloquearlos.
Las nuevas directrices sobre cómo evaluará la CMA los vínculos, así como las consultas paralelas del gobierno de Reino Unido sobre la reforma de la política de competencia y la regulación de los grandes grupos de tecnología significan que las cosas solo van en una dirección. Los informes de Jason Furman, el exasesor de Obama, y de la consultora Lear, hicieron que la CMA se muestre desconfiada de una “aplicación insuficiente” y acepte más la incertidumbre a la hora de adivinar cómo podría ser la competencia futura en los mercados digitales. Un enfoque más cauteloso de la competencia significa que se bloquearán más acuerdos.
Pero las multas por no cumplir con las instrucciones solamente sirven hasta cierto punto para disuadir a los grandes grupos de tecnología de hacer tratos que limiten las opciones del consumidor. También lo hace el bloqueo de casos en mercados oscuros como la emisión de boletos de avión.
El problema es que la CMA solo puede oponerse a un acuerdo de los grandes grupos de tecnología con base en sus méritos. Detener los acuerdos de las grandes tecnológicas solamente para mostrar lo difícil que es no ayudará en el caso del regulador, como lo sabe la CMA. Si obliga a Facebook a vender Giphy, eso será un momento. Pero hasta que encuentre un acuerdo de tecnología que valga la pena frustrar, no podrá probar completamente sus habilidades.
gaf