La Reserva Federal de Estados Unidos siguió adelante con su campaña de endurecimiento de la política monetaria, a pesar de las recientes turbulencias en el sector bancario, al elevar su tasa de interés en un cuarto de punto porcentual y dando señales de que se producirán nuevos aumentos.
Después de su última reunión, el Comité Federal de Mercado Abierto votó a favor de elevar la tasa de interés a un nuevo rango objetivo de entre 4.75 y 5 por ciento, el nivel más alto desde 2007.
En un comunicado, el comité indicó que el sistema bancario estadunidense es “sólido y resiliente”, pero que el “alcance” de los efectos económicos de las recientes turbulencias es “incierto”.
“Es probable que los recientes acontecimientos tengan como resultado un endurecimiento de las condiciones crediticias para los hogares y las empresas y que pesen sobre la actividad económica, la contratación y la inflación”, señaló.
La medida se produce en un momento de gran incertidumbre sobre si el gobierno de EU ha hecho lo suficiente para evitar una crisis en toda regla, derivada de la implosión de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank.
En una señal de hasta qué punto las quiebras bancarias alteraron el cálculo de la Fed, el debate entre los funcionarios hace apenas unas semanas se centraba en si el banco central debía acelerar el ritmo de sus aumentos de las tasas optando por un alza de medio punto.
En febrero, la Fed había bajado a un ritmo más tradicional de un cuarto de punto después de aplicar una serie de grandes aumentos el año pasado; sin embargo, a principios de este mes, Jerome Powell, planteó la posibilidad de regresar a un alza de medio punto ante la preocupación de que el banco central no haya hecho lo suficiente para acabar con la inflación.
“El Comité anticipa que puede ser necesario un endurecimiento adicional de la política monetaria” para que la inflación se vuelva a ubicar en el objetivo de 2 por ciento que fijó el banco central.
La decisión llegó acompañada de un conjunto revisado de proyecciones de la política monetaria hasta finales de 2025, conocido como el “diagrama de puntos”, así como de pronósticos de crecimiento, desempleo e inflación.
La mayoría de los funcionarios esperan que la tasa se ubique entre 5 y 5.25 por ciento este año y que se mantenga en ese nivel al menos hasta 2024. Los responsables de las políticas prevén una serie de recortes de las tasas para finales del próximo año, con un descenso de hasta 4.3 por ciento.
La última vez que el banco publicó las estimaciones de sus funcionarios fue en diciembre del año pasado, cuando la mayoría esperaba que la tasa alcanzara un máximo de entre 5 y 5.25 por ciento.
Después de la quiebra de SVB y Signature, la Fed puso en marcha una línea de crédito de emergencia para ayudar a los bancos pequeños y medianos que se enfrentaban a la fuga de depositantes hacia entidades más grandes. También colaboró con el Departamento del Tesoro y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos para garantizar los depósitos de los dos bancos en quiebra, incluso aquellos que estaban por encima del umbral de 250 mil dólares para el seguro público.
La Fed ha sido objeto de críticas por la reciente serie de quiebras bancarias, enfrentándose a preguntas sobre qué tan estrechamente supervisan los funcionarios a los bancos regionales después de que se produjo un repliegue de las normas que los rigen, medidas que el propio Powell respaldó en 2019.
Michael Barr, que dirige los asuntos de supervisión en la Fed, dijo que el banco lleva a cabo una revisión sobre cómo manejó a SVB.
Además, el senador republicano Rick Scott, de Florida, y la demócrata progresista Elizabeth Warren, de Massachusetts, presentaron un proyecto de ley bipartidista que reemplazará al investigador interno de la Reserva Federal por uno nombrado por el presidente. Warren también se unió a otros legisladores para exigir una regulación más estricta del sector bancario.
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