Los banqueros centrales de Estados Unidos se enfrentan a un difícil acto de equilibrio cuando se preparan para realizar otra alza en las tasas de interés el próximo mes, sopesando la evidencia de que la inflación todavía es demasiado alta frente a una contracción de los préstamos tras las recientes turbulencias bancarias.
En vísperas del periodo de calma antes de su próxima reunión de principios de mayo, los funcionarios de la Reserva Federal respaldaron una nueva alza, que ubicará la tasa de los fondos federales por encima de 5 por ciento por primera vez desde mediados de 2007.
Sin embargo, más allá de este punto, los responsables de la formulación de políticas no se han pronunciado sobre qué tanto más tendrán que hacer para controlar la inflación. Esto refleja el deseo de mantener todas las opciones sobre la mesa, pero también la incertidumbre sobre hasta qué punto una contracción del crédito va a desacelerar una economía que se mantiene robusta.
John Williams, presidente de la Fed de Nueva York y aliado del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, expresó este dilema unos días antes del denominado “apagón” de las comunicaciones.
“Hay muchos factores que me dicen que la economía va mejor y que incluso puede seguir sorprendiendo al alza, pero también hay preocupación en torno a los riesgos que entraña el endurecimiento de las condiciones crediticias”, dijo el miércoles. “Sólo es cuestión de tener la visión correcta sobre el equilibrio de eso y la política monetaria correcta (...) la incertidumbre puede ir en ambos sentidos”, añadió.
La economía sigue mostrando signos de buena salud. La mayoría de los funcionarios de la Fed califican el mercado laboral de “restringido”, aunque el crecimiento mensual de puestos de trabajo decayó. El crecimiento salarial, si bien más lento, sigue muy por encima de un nivel consistente con la tendencia de la inflación hacia el objetivo de 2 por ciento de la Fed. Aunque el ritmo anual disminuyó de manera significativa, las mediciones mensuales de las presiones subyacentes sobre los precios aún son preocupantemente elevadas.
En su intervención del último día antes del periodo de tranquilidad, Lisa Cook, parte de la junta de gobernadores de la Fed, subrayó que la Reserva Federal se enfoca en los datos que recibe para orientar sus futuras decisiones.
“Si el endurecimiento de las condiciones de financiamiento representa un viento en contra significativo para la economía, el camino adecuado de la tasa puede ser más bajo de lo que sería en su ausencia”, dijo, y agregó que “si los datos muestran una fortaleza continua de la economía y una desinflación más lenta, es posible que tengamos más trabajo por hacer”.
Al justificar su postura a favor de al menos un alza más de las tasas, Christopher Waller, también miembro de la junta, afirmó que los datos recientes indican que “no hemos avanzado mucho en nuestro objetivo de inflación”.
Sin embargo, hay opiniones que discrepan sobre el grado en que los bancos regionales contrajeron el otorgamiento de préstamos a raíz de la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) y sobre el grado en que la disponibilidad de crédito en la economía está ahora limitada. Powell reconoce que la contracción del crédito actuará como sustituto de nuevas alzas de las tasas por parte de la Fed, pero al tener en cuenta que aún no se conoce el impacto total, “en este momento se trata de administrar el riesgo”, dijo Matthew Luzzetti, economista jefe para EU de Deutsche Bank.
De acuerdo con el último libro beige de la Reserva Federal, que recopila pruebas anecdóticas de empresas de todo el país, ya se produjo un endurecimiento de los criterios de concesión de préstamos y una fuerte caída de los volúmenes de préstamos a consumidores y empresas en varios distritos. La pregunta es qué tanto puede empeorar la situación, lo que hace temer que el banco central esté a punto de llevar demasiado lejos su campaña de endurecimiento monetario.
“Incluso en los mejores tiempos, la política monetaria es una empresa propensa a cometer errores”, dijo David Wilcox, que dirigió la división de investigación y estadística de la Fed y ahora está afiliado al Instituto Peterson de Economía Internacional y Bloomberg Economics. “Esa contracción bancaria probablemente hace que el cálculo sea un poco más complicado en este momento”, agregó.
Desde la debacle de SVB, el personal del banco central modificó sus previsiones sobre una recesión, concluyendo que ahora su hipótesis de base es una “leve” para este año, de acuerdo con las minutas de la reunión de marzo. Los funcionarios siguen minimizando la probabilidad de una contracción económica, pero varios adoptaron un enfoque más circunspecto sobre la trayectoria de la política.
“A estas alturas, no vemo por qué debemos seguir subiendo, subiendo y subiendo y luego decir, ‘uy’”, y rápido recortar las tasas de interés, dijo Patrick Harker, presidente de la Reserva Federal de Filadelfia y miembro con derecho a voto en el Comité Federal de Mercado Abierto. Austan Goolsbee, nuevo presidente de la Fed de Chicago y miembro con derecho a voto, también hizo un llamado a la “prudencia y paciencia” después de lo que ha sido la campaña más agresiva de endurecimiento de la política monetaria en décadas.
Tim Duy, economista jefe para EU de SGH Macro Advisors, dijo: “A medida que suben las tasas, se produce ese conflicto entre la gente que sigue enfocada en los datos y otros que se muestran más cautos debido a la posibilidad de que se produzcan retrasos en la política, algo que se exacerbó por la situación bancaria”.
Duy espera que la Fed señale que pueda volver a subir las tasas en junio, con el fin de conseguir la mayor flexibilidad posible. Esto puede hacerse manteniendo el lenguaje del último comunicado, que se adaptó a una postura menos comprometida en el sentido de que “puede ser adecuado un endurecimiento adicional”.
En marzo, la mayoría de los funcionarios pronosticaron que los fondos federales alcanzarían un máximo de entre 5 y 5.25 por ciento y que ese nivel se iba a mantener hasta 2024.
Duy dijo: “Es muy difícil para un banco central con objetivos de inflación renunciar a subir las tasas cuando la inflación subyacente todavía no muestra un progreso persistente hacia su objetivo”.
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