La semana pasada, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dio una plática en el Spelman College en la que declaró que “para mí, es una gran, gran fiesta, y quiero decir que esto es lo más divertido posible, (es) un informe de inflación realmente bueno”.
Bueno, no se puede decir que el hombre no se centra en su mensaje, aunque no puedo evitar sentir lástima por él, y no solo porque sea una declaración triste sobre lo que es divertido es para un presidente de la Fed. El panorama económico estadunidense y mundial en este momento es increíblemente complicado, porque hay muchas variables en juego. Entonces, ¿se cumplirá el deseo de Powell? Estos son los cuatro factores esenciales que debemos considerar:
1. La economía de Estados Unidos, el gasto de los consumidores se está desacelerando, pero los mercados laborales se mantienen resilientes. Sospecho que la incertidumbre en torno a la política, las cadenas de suministro, las materias primas y los mercados en realidad significará que las empresas van a retener más trabajadores por más tiempo en lugar de embarcarse en grandes despidos. De hecho, creo que las empresas se están alejando del patrón de los últimos 40 años, que implicaba contrataciones y despidos rápidos. El mundo es demasiado inestable en este momento para contar con la posibilidad de encontrar gente rápidamente, y la tendencia de 50 años de crecimiento del poder del capital en relación con la mano de obra está cambiando. Dado que las importantes disrupciones en la cadena de suministro ocurren casi cada 18 meses, vale la pena capacitar y conservar a los trabajadores calificados, aunque la inflación salarial va a disminuir. Creo que la idea de una recesión en 2024 está exagerada en este momento, y Powell trata de echar agua fría a la idea de que veremos el inicio de nuevos recortes de tasas en mayo, si no antes. En general, sospecho que la inflación puede caer un poco más en lugar de aumentar el próximo año. Sin aterrizaje forzoso.
2. La economía global. Esto es muy importante en términos del desempeño de las empresas estadunidenses y también del panorama de las materias primas. El escenario de crecimiento global es, en el mejor de los casos, mediocre, pero puede que no haya una recesión global sincronizada porque, una vez más, la caída de la inflación aumentará los salarios reales y muchos mercados laborales siguen restringidos. Además, los mercados de activos —viviendas y acciones— siguen elevados. China seguirá con problemas, pero el gobierno invertirá más dinero en estímulos fiscales (esta vez en fabricación en lugar de vivienda e infraestructura). Esto puede conducir a una mayor escala de dumping de bienes baratos. En general, la inflación es un poco más alta de lo normal, pero no hay nada de qué preocuparse. El cisne negro será la disrupción del suministro de petróleo de Medio Oriente a raíz de la guerra en Gaza, lo que puede disparar los precios de las materias primas.
3. La transición climática. Estuve preocupada por que la inversión de capital en proyectos climáticos en realidad mantuviera la inflación a corto plazo más alta de lo que parece en este momento pero, como era de esperar, las demoras y las cancelaciones de algunos proyectos relacionados con la Ley de Reducción de la Inflación, o IRA, por sus siglas en inglés, (que están resultando ser menos viables financieramente de lo que parecían al principio) mitigaron un poco de eso, lo cual no es algo bueno. Dicho esto, significa que las predicciones de personas como la presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Daly, y la lideresa del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, acerca de que el auge de las tecnologías limpias creará grandes presiones inflacionarias quizá no se cumplan. Eso será aún más cierto si Donald Trump gana las elecciones y comienza a desmantelar la IRA (las empresas deben comenzar a pensar con detenimiento sobre lo que significaría Trump 2 en términos más amplios, como cubro en mi columna del lunes).
4. Tecnología, como comentamos en notas recientes, la inteligencia artificial está provocando una disrupción en el trabajo administrativo más rápido de lo que pensábamos. Eso mantiene bajo control las presiones salariales. Mientras tanto, creo que las inversiones en logística y tecnología de la cadena de suministro, así como en la fabricación descentralizada, serán un viento de cola desinflacionario.
En pocas palabras: creo que se puede cumplir el deseo de Powell y mantener la inflación bajo control, aunque creo que la fiesta será un pequeño coctel, en lugar de una explosión al estilo de 1999. Ed, ¿qué opinas? ¿Recortes o no en el próximo año? ¿Qué factores no tomé en cuenta al pensar en todo esto?
Lecturas recomendadas
-Estoy esperando leer el nuevo libro del economista Guido Alfani, As Gods Among Men: A History of the Rich in the West, cuya prueba de galera recibí recientemente. Pueden leer un adelanto en su artículo de opinión de New York Times vinculado al libro. ¡Demasiado para noblesse oblige!
-Ed, tu Big Read en Financial Times sobre Henry Kissinger es el postmortem definitivo. Tanto si lo amabas como si lo odiabas, no hay duda de su impacto.
-Por otra parte, hace poco leí Substack, de Elmira Bayrasli, en el que analiza la política exterior a través de la lente de mujeres protagonistas y expertas. Muy necesario. Elmira es directora del programa de Globalización y Asuntos Internacionales de Bard, en Nueva York, y ex empleada del Departamento de Estado. Su opinión sobre Kissinger es importante en un mundo de política exterior dominado por los hombres.
-Y más sobre Kissinger y los aspectos más problemáticos de su legado de Michael Hirsh en Foreign Policy.
-Y en el resto de Financial Times, no se pierdan nuestra edición de fin de semana con las 25 mujeres más influyentes de 2023, incluida mi opinión sobre Mary Barra, de General Motors.
Edward Luce responde
Rana, sabiendo lo que sabemos ahora, que por supuesto es menos de lo que sabrá el insomne Jerome Powell, no espero ver un aumento de la inflación en los próximos meses. Hay tantas cosas que pueden salir mal que el estándar de los economistas del ceteris paribus (todas las cosas en igualdad de condiciones) parece particularmente redundante hoy en día. La frase solía significar que no se producirán conmociones. Creo que nuestro mundo es tan inestable como para que “en igualdad de condiciones” ahora deba significar que debemos tomar en cuenta conmociones periódicas, incluso si no podemos saber cuándo y cuáles se van a producir, o si van a ser desinflacionarias o inflacionarias.
La invasión a Ucrania contribuyó mucho a la inflación mundial en los últimos dos años, tanto en términos de aumento de los precios de la energía como de los alimentos. La situación puede estar a punto de empeorar allí. Lo que suceda en el Capitolio en los próximos 10 días será fundamental. Si el Congreso aprueba alrededor de 60 mil millones de dólares en nueva ayuda a Ucrania antes de su receso, es probable que esta nación pueda resistir la escalada invernal de Rusia. Si no es así, entonces debemos prepararnos. La bifurcación en el camino se suma a la incertidumbre económica global. Además, el riesgo político es mucho mayor de lo que solía ser. Una nueva caída en las perspectivas de reelección de Joe Biden a principios de 2024 debe asustar a los mercados. Trump 2.0 tendrá como objetivo acabar con la independencia de la Reserva Federal. Jerome Powell se encuentra entre los culpables que considera Donald Trump por su derrota electoral de 2020. Hay todo tipo de riesgos de crisis de oferta en Medio Oriente y Asia oriental. La segunda elección más importante de 2024 será la elección presidencial de Taiwán en enero.
Muchas personas estuvieron pronosticando en exceso una recesión en Estados Unidos en los últimos dos años y quedaron en vergüenza. No obstante, se espera una desaceleración en 2024, posiblemente pronunciada. Así que yo apostaría más que tú por un recorte de las tasas en EU antes del verano.