Los funcionarios de Estados Unidos y China discutieron la forma de implementar y hacer cumplir un acuerdo comercial entre los dos países, cuando los tres días de negociaciones concluyeron en Pekín en medio de un creciente optimismo de que puede desactivarse la disputa que pesa en sus economías.
La sesión de esta semana con funcionarios de mediano nivel se consideró crucial en términos de sentar las bases para negociaciones de alto nivel entre el día de ayer y el 2 de marzo, la fecha límite para un acuerdo que establecieron el presidente de EU, Donald Trump, y Xi Jinping, su homólogo chino.
Las conversaciones se desarrollaron en medio de las crecientes preocupaciones sobre una desaceleración económica mundial, así como la volatilidad de los mercados financieros, que aumentaron la presión tanto en Washington como en Pekín para poner fin a la escalada de aranceles de toma y daca que se desarrolló el año pasado.
En una declaración de ayer, la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) resumió las conversaciones de la semana y dijo que los funcionarios discutieron el compromiso de China de comprar una “cantidad sustancial” de productos estadunidenses agrícolas, de fabricación, de energía y de otro tipo para reequilibrar el déficit comercial bilateral.
EU también presiona a los chinos para que aborden la cuestión más espinosa en su relación económica, que tiene que ver con las quejas de EU de que China roba la propiedad intelectual de las empresas estadunidenses al obligarlas a entregar secretos comerciales y tecnologías sensibles para estimular su propia innovación. A medida que las conversaciones se vuelven más detalladas, Estados Unidos también tiene más interés en asegurar mecanismos firmes para garantizar que Pekín cumpla con los compromisos que asume.
“Los funcionarios discutieron la necesidad de algún acuerdo para proporcionar una implementación completa sujeta a la verificación continua y la aplicación efectiva”, dijo la USTR.
Los analistas advirtieron que si bien el ambiente mejoró, todavía hay grandes diferencias entre Washington y Pekín, por lo que había muchas posibilidades de que las conversaciones se vinieran abajo, lo que provocaría una nueva escalada de aranceles.
“Definitivamente hay señales alentadoras, pero al mismo tiempo no estamos fuera de peligro en lo absoluto con estas conversaciones”, dijo Wendy Cutler, ex negociadora comercial de EU, en el Asia Society Policy Institute en Washington. Las señales de progreso en los últimos días incluyen el hecho de que se extendieron 24 horas en comparación con los planes originales, y que Liu He, el principal funcionario económico de China, llegó a las negociaciones en un momento dado. China aún no le da una interpretación a las conversaciones.
“Las conversaciones comerciales entre China y EU concluyeron, y el equipo chino pronto dará a conocer los resultados”, dijeron los medios estatales chinos citando a un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ayer por la tarde.
Trump tuiteó el martes que las conversaciones en China “¡van muy bien!”, y un miembro de la delegación comercial de Estados Unidos en Pekín le dijo a Reuters que “han sido buenas para nosotros”, cuando se le preguntó sobre los avances de las negociaciones.
Los mercados reaccionaron positivamente, el CSI 300 de Shanghái subió 1.95 por ciento al comenzar la tarde, el Topix de Japón subió 1.1 por ciento y el índice de Hang Seng de Hong Kong subió 1.99 por ciento, ya que los precios del petróleo alcanzaron un máximo de tres semanas.
La guerra comercial que comenzó la primavera pasada llevó a que se aplicaran aranceles a más de 350 mil millones de dólares en el comercio bilateral. Pekín ofreció en repetidas ocasiones aumentar las compras de bienes agrícolas y de energía de EU, mientras que Washington presionó para que hiciera concesiones en el acceso al mercado y la protección de la propiedad intelectual para las empresas estadunidenses.
Lu Xiang, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, un grupo de expertos manejado por el Estado, dijo que no cree que Pekín llegue a desviarse significativamente de sus propuestas, ya que los funcionarios esperaban que un debilitamiento de la economía estadunidense aumentara la presión sobre Washington para que aceptara un trato rápido.
“Tal vez EU se dio cuenta de que ahora es una buena oferta. Estados Unidos parece darse cuenta de que el daño que causa la guerra comercial es insoportable. La mejor opción para EU es recoger un trofeo y dar marcha atrás”, dijo.
Las dos partes acordaron en diciembre congelar durante tres meses los nuevos aranceles, lo que le dio tiempo a Pekín para llevar a cabo un estímulo fiscal y monetario para impulsar el debilitado crecimiento.
Arend Kapteyn, jefe global de investigación económica en UBS, dijo que “la disposición a negociar en el lado estadunidense comienza a aumentar”, ya que la evidencia del impacto que tiene la guerra comercial sobre el crecimiento se hace evidente en ambos países.
Pero señaló que el doble enfoque de Washington para reducir su déficit comercial con China y lograr un mayor acceso al mercado y un mejor trato para las compañías estadunidenses en el país agregó “confusión” a las conversaciones.
“Si se hiciera todo lo posible para abrir el mercado chino y lidiar con estos otros temas, eso no haría nada por el déficit bilateral”, dijo.
La delegación estadunidense la encabeza Jeffrey Gerrish, el representante de comercio adjunto, quien es un colaborador cercano de Robert Lighthizer, el representante de comercio de EU, uno de los funcionarios con una postura de línea más dura con China en la administración Trump. Lighthizer presionó para obtener concesiones en la política industrial de China.
Pero Pekín considera que el control estatal de su economía es esencial para el crecimiento económico y es poco probable que vaya a ceder. “Es muy difícil para China cumplir con todas las solicitudes de Trump”, dijo Pang Zhongying, un experto en relaciones internacionales de la Universidad Ocean de China. “Tengo muy pocos motivos para ser optimista”.
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BRENT, POR ENCIMA DE LOS 60 DÓLARES
Ayer el petróleo Brent volvió a subir para ubicarse por encima de 60 dólares por barril. Lo que extiende el reciente repunte después de que el poderoso ministro de Energía de Arabia Saudita se comprometió a “estabilizar” el mercado, aunque los beneficios se vieron limitados por su rechazo a los informes de que Riad fijaba la mira en precios más altos.
Además, las esperanzas de que una guerra comercial prolongada entre Estados Unidos y China puede suavizarse o desactivarse le dieron un impulso a los mercados, ayudando al repunte de fuel oil (fuelóleo) de sus mínimos recientes, aunque los analistas advirtieron que este optimismo podría durar poco.
“Los compradores colocaron todas sus fichas apostando a que EU y China van a resolver su disputa comercial. Por lo tanto, si no se logra un avance significativo en los próximos días se generará un cambio en el sentimiento”, dijo Stephen Brennock de la consultora PVM.
Finaliza diálogo EU-China con creciente optimismo
FINANCIAL TIMES
Sientan bases de la negociación. Temores sobre una desaceleración económica a escala y la volatilidad de los mercados financieros aumentaron la presión para poner fin a la escalada bilateral de aranceles.
Washington y Shanghái /
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