Las utilidades de los mayores productores de gas y petróleo de EU casi se triplicaron bajo la presidencia de Joe Biden, incluso cuando la industria reprocha las políticas “hostiles” de su administración y advierte que un segundo mandato será “desastroso”.
Los 10 principales operadores del país por valor que cotizan en bolsa se encaminan a amasar ingresos netos combinados de 313 mil millones de dólares en los tres primeros años de la administración Biden, frente a los 112 mil millones del mismo periodo bajo el gobierno de Donald Trump.
La capitalización de mercado en conjunto del grupo —integrado por ExxonMobil, Chevron, ConocoPhillips, EOG, Pioneer Natural Resources, Occidental Petroleum, Hess, Devon Energy, Diamondback Energy y Coterra Energy— se disparó 132 por ciento en ese periodo, hasta superar 1.1 billones de dólares, frente a la caída de 12 por ciento en los tres primeros años de Trump. Sus cifras de utilidades para 2023 se basan en los informes de resultados.
La producción estadunidense rompió récords en los últimos años: en noviembre, la de petróleo alcanzó una cifra sin precedente de 13.3 millones de barriles por día, mientras que el gas natural superó por primera vez los 105 mil millones de pies cúbicos por día. El año pasado, la nación rebasó a Qatar para convertirse en el mayor exportador de gas natural licuado del mundo.
El desempeño superior bajo Biden subraya el papel limitado de la Casa Blanca a la hora de dictar la suerte del sector. La reciente bonanza de utilidades en parte recibió el impulso de la invasión de Rusia a Ucrania, algo que elevó los precios del gas y el petróleo. Un fuerte repunte de la demanda mundial de energía desde lo más profundo de la crisis de la pandemia en 2020 también apoyó los precios. El West Texas Intermediate, el crudo de referencia estadunidense, registró un promedio de alrededor de 80 dólares por barril durante los primeros tres años de Biden, en comparación con 58 dólares por barril en los de Trump.
También contradice los argumentos republicanos de que la administración Biden asfixió a la industria y las terribles advertencias de que una victoria demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre pondrá en riesgo la seguridad energética.
“Desde su primer día en el cargo, Biden fijó la mira en nuestros productores nacionales de energía y socavó de forma activa los esfuerzos de Estados Unidos por ser energéticamente independiente”, dijo el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, este mes.
Biden hizo campaña con la plataforma climática más ambiciosa de cualquier presidente de EU en la historia, prometiendo liderar una “transición del petróleo”. Al asumir el cargo implementó políticas que enfurecieron a la industria, desde suspender temporalmente nuevos arrendamientos para el desarrollo de combustibles fósiles en tierras públicas hasta frustrar el oleoducto Keystone XL.
Sin embargo, durante su mandato revirtió parte de esa retórica inicial, instando a la industria a perforar más para contrarrestar los altos precios en los centros de servicio y alentando las exportaciones de gas natural licuado para frenar una crisis energética en Europa.
“Para sofocar la inflación, Biden apoyó una producción récord para mantener bajos los precios del gas y el petróleo, incluso favoreciendo mayores exportaciones para ayudar a Europa”, dijo Paul Bledsoe, ex asesor climático de Bill Clinton. “No se puede hacer algo mejor que eso con un presidente demócrata”.
Sin embargo, la campaña de Biden se muestra renuente a pregonar el éxito de la industria por temor a sufrir reacciones negativas por parte del ala progresista del Partido Demócrata y se apresuró a criticar a los operadores.
Cuando los precios del petróleo subieron en 2022, el presidente criticó a Exxon por ganar “más dinero que Dios”. El año pasado, la administración impuso fuertes restricciones al arrendamiento en alta mar y en enero suspendió la concesión de permisos para nuevas terminales de gas natural licuado, lo que enfureció a los líderes de la industria.
Mike Sommers, director ejecutivo del American Petroleum Institute (API), dijo que el éxito de los productores de gas y petróleo en los últimos tres años se produjo a pesar de la agenda política “hostil” del presidente, que socavaría la seguridad energética del país si no se controlaba.
“Aunque no se vea un impacto en este momento, creo que están sembrando las semillas para una menor producción en el futuro. Cada semana vemos otra regulación bajo esta administración que creo que puede ser muy perjudicial”, dijo Sommers.
Este mes, el API demandó a la administración Biden por su decisión de restringir el arrendamiento en alta mar, lo que pone de relieve una creciente reacción de la industria contra sus políticas en materia del clima y de energía.
Trump y sus representantes convirtieron el apoyo a la industria del gas y el petróleo en una parte central de su campaña de reelección, argumentando que el reciente éxito del sector está arraigado en la agenda desreguladora de la administración anterior.
“Sabemos que las ganancias van a la zaga de la política. La industria de energía está cosechando las utilidades de la administración Trump”, dijo Carla Sands, una destacada donante de Trump y ex embajadora en Dinamarca.
En realidad, dijeron los analistas, los presidentes en ejercicio tienen poco impacto sobre el desempeño a corto plazo de la industria.
“En general, los resultados de una presidencia determinada tienen muy poco que ver con quién ocupa el cargo. Se trata más bien de los fundamentos”, dijo Bob McNally, presidente de la consultora Rapidan Energy y ex asesor de energía de George W. Bush.
“Creo que es probable que las consecuencias de unas elecciones en Estados Unidos para la política energética y en materia del clima sean exageradas y sobredimensionadas”, indicó.
Trump prometió hacer trizas gran parte de la legislación climática de Biden si gana en noviembre, lo que según algunos analistas puede dañar la posición de EU en el extranjero y perjudicar las exportaciones de energía del país.
“Una victoria de Trump se traducirá en una ruptura masiva con el mundo en torno a la política climática, lo que elevará la presión contra las exportaciones, en especial en Europa”, dijo Bledsoe.
A pesar de algunos reparos de la industria hacia Trump y su agenda contraria al libre comercio, los grandes donantes de la industria de gas y petróleo se mantienen mayoritariamente del lado de su partido. Los republicanos ya recibieron 126.4 millones de dólares del sector en donaciones para las elecciones desde el ciclo electoral de 2020, frente a los 23.6 mdd recibidos por los demócratas, de acuerdo con un estudio de OpenSecrets.
Harold Hamm, magnate estadunidense del esquisto y multimillonario donante republicano, declaró a Financial Times que una victoria de Biden sería “desastrosa” para el sector.
Según él, el presidente está aplicando políticas que se traducirán en “una muerte lenta” para la industria, citando sus restricciones a la perforación en tierras federales, una pausa en las aprobaciones de gas natural licuado y el endurecimiento de las regulaciones.
“Si Trump es el candidato elegido por el proceso de primarias, sin duda le apoyaremos…(Una victoria de Biden) será desastrosa”, dijo Hamm, que también hizo donaciones a los candidatos republicanos Nikki Haley y Ron DeSantis