Pasaron 56 minutos de charla en el almuerzo —y dos copas grandes de rosado— antes de pronunciar la palabra que dividió las opiniones más allá de Gran Bretaña: Meghan.
“¿Qué piensas de ella?” Le pregunto a Heather McGhee, una economista, activista estadunidense de 41 años y autora de un nuevo libro sobre el racismo.
“¿Meghan? ¡Wow!”, dice Heather McGhee, arrastrando la sílaba con una risa prolongada, mientras reflexiona sobre la esposa del príncipe Harry, quien desató una tormenta en marzo cuando le dijo a Oprah Winfrey que fue víctima de racismo en la familia real.
McGhee clava su tenedor en una ensalada de col rizada que es del mismo tono que su top. El tono vibrante anima la decoración suave de La Pecora Bianca, un modesto restaurante italiano en el centro de Manhattan. Hace un año, era una ciudad fantasma, ahora empieza a abrir.
“(Meghan) muestra el costo del racismopara Gran Bretaña, y en general”, continúa. Le señalo que algunos espectadores sintieron que Markle era injusta con los Windsor. Heather McGhee se indigna: “Ve cómo la prensa británica fue tras ella, se sintió expuesta”.
Pero McGhee está menos interesada en repartir culpas que en enfatizar otra cosa: esta es una historia de oportunidades perdidas. “La familia real debería haberla protegido, tenían un activo increíble, una oportunidad de revitalizar la monarquía británica a un bajo costo”.
Es un punto que se extiende mucho más allá de la Casa de Windsor. A medida que la administración de Joe Biden elabora políticas que tienen como objetivo ayudar a Estados Unidos (EU) a recuperarse de la pandemia y del amargo legado racista del país, Heather McGhee imagina una misión más ambiciosa: cree que todos debemos repensar nuestra actitud en la carrera de la búsqueda de oportunidades.
El manifiesto se presenta en su libro The Sum of Us. Nacida y criada en el lado sur de Chicago, McGhee aprovechó todas las oportunidades educativas que encontró, y terminó en las Facultades de Derecho de Yale y Berkeley. De allí pasó a Demos, el grupo de expertos en políticas, Heather McGhee, comentarista política y estratega estadunidense del que se convirtió en presidenta, lidiando con asuntos macroeconómicos que no tenían nada que ver con la raza.
Después de 15 años, se desilusionó, convencida de que los economistas se estaban perdiendo la mitad de la historia. Sus padres lucharon para llevar a sus hijos a la clase media cuando la segregación (supuestamente) había sido desmantelada hace mucho tiempo; pero cuando Heather McGhee observó los datos sobre la economía, pudo ver que esta elevación estaba ocurriendo justo cuando la clase media estaba siendo destrozada. Quería entender por qué.
Entonces, en 2017, después de que Donald Trump se convirtió en presidente de EU, tomó la decisión de renunciar a su trabajo y viajar para descubrir las causas fundamentales de la desigualdad racial, así como posibles soluciones.
La investigación de McGhee también inspira esperanza. Además de denunciar el daño que el racismo hace a los afroamericanos, destaca el costo para la sociedad blanca, argumentando que cuando ellos luchan por proteger sus privilegios, a me- nudo sabotean sus propios intereses.
“¿Cómo ha reaccionado la gente al libro?” Pregunto, mientras el mesero interrumpe la respuesta de McGhee.
Ella dice...“Los blancos temen que ayudar a los afroamericanos les genere una pérdida, porque también asumen que el racismo previo creó una ventaja”
“Esperaba un rechazo de los afroamericanos preguntando ‘¿por qué estás hablando de blancura?’, y de mis amigos economistas diciendo ‘¿por qué estás hablando de raza cuando deberías estar debatiendo de clase?’, pero la pandemia preparó a la gente para el libro porque expuso muchas desigualdades. Luego ocurrió lo del Capitolio del 6 de enero”.
“La mayoría de las personas que lo leen dicen que, en última instancia, el libro es esperanzador pero que provoca cierto nivel de angustia emocional. Los afroamericanos ya saben que el racismo hace que las personas blancas hagan locuras. Pero la gente no se da cuenta de cómo nos ha estado lastimando a todos”.
Ella culpa al hecho de que heredamos de la historia una mentalidad de suma cero: las personas blancas temen que ayudar a los afroamericanos les genere una pérdida, porque también asumen que el racismo previo creó una ventaja.
¿Podrán Biden y Harris entregar el nirvana de la identidad compartida? “Me encanta la forma en que (Biden) centra la equidad racial en las políticas. Puedo hablar sobre el plan de empleo estadunidense y el plan de rescate”, dice McGhee.
¿Quieres más? Una idea planteada por el movimiento Black Lives Matter es que el gobierno o las grandes empresas deberían pagar reparaciones a los afroamericanos por el abuso infligido a sus antepasados, a través de la trata de esclavos y otras formas de racismo estructural; sabe que políticamente es difícil. Sin embargo, sugiere que Biden debería aceptar una propuesta presentada por el senador Cory Booker para ofrecer “bonos de bebé” a las familias más pobres de EU, que de manera abrumadora suelen ser afroamericanas.
Pero también insiste en que las reparaciones deben ser rebautizadas como un caso de “recargar la piscina”, beneficiando a todos: si las comunidades afroamericanas se hicieran más ricas, habría más crecimiento económico para todos.
Me resulta difícil creer que la derecha estadunidense aceptaría alguna vez las reparaciones como algo más que un sentimiento “woke” (que despertó la conciencia) que se volvió extremo. Pero Heather McGhee tiene un comportamiento tan optimista que después de escucharla durante una hora, es tentadoramente fácil aceptar su visión.
“¡No tiene por qué ser así!” Insiste Heather McGhee. Y con eso, se dirige a las calles de Nueva York que nuevamente son ruidosas.
srgs