En una lluviosa tarde de martes en la periferia norte de París, unos 360 periodistas, clientes y un puñado de celebridades se reunieron en el 19M, el campus de vidrio y concreto de 25 mil metros cuadrados que Chanel erigió para albergar a 11 de sus preciados proveedores.
La multitud se había reunido con motivo de la vigésima edición de Métiers d'Art de Chanel, una celebración anual de la artesanía francesa que suele realizarse en el extranjero, de forma fastuosa, para un público más numeroso. En esta ocasión, antes del desfile, se invitó a los asistentes a ver el trabajo realizado en los talleres de sus proveedores, entre los que se encuentran el bordador Montex, el especialista en plumas y flores Lemarié y el virtuoso del plisado Lognon.
El 19M, que se ubica en los terrenos de un antiguo circo y que hace referencia tanto a la fecha de nacimiento de Coco Chanel, 19 de agosto de 1883, como al distrito 19, fue diseñado por el arquitecto Rudy Ricciotti para que se parezca a las franjas de tejido, con pilares de concreto en forma de hilo que recubren las ventanas del suelo al techo en cada nivel.
En el interior, los talleres eran relucientes e industriales. Unos 600 artesanos, algunos con batas desgastadas y audífonos blancos de Apple, otros vestidos de Chanel, se movían entre mesas y máquinas de acero. En una planta de los orfebres Goossens, una joven mostraba a Pharrell Williams vestido con saco de terciopelo cómo coloreaba y cocía los cabujones de sandía del tamaño de una moneda que adornan los collares, brazaletes y aretes de la colección.
En otro piso, la modelo francesa y embajadora de Chanel Caroline de Maigret presentó a los bordadores de Montex que cosían lentejuelas florales plateadas en los paneles de terciopelo negro que más tarde adornarían los bolsos con solapa característicos de la casa.
Si no fuera por Chanel, es posible que estos guardianes de la idea del savoir faire francés ya no estuvieran aquí. Se atribuye al difunto Karl Lagerfeld el mérito de haber instado a los propietarios de Chanel, en 1985, a empezar a adquirir los pequeños talleres de técnicas tradicionales de alta costura, algunos de los cuales abastecían las casas de moda francesas desde el siglo XIX (los proveedores no trabajan solo para Chanel).
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Hace un año, Chanel era propietario de una docena de estos talleres; ahora posee 40 empresas dentro de su cadena de suministro, como parte de una inversión de mil 100 millones de dólares en tecnología, propiedades y proveedores que la segunda casa de lujo más grande de Francia realizó el año pasado. Su más reciente incorporación, en agosto, es la empresa italiana de prendas de punto Paima.
“Seguiremos invirtiendo para asegurarnos de que dentro de 20 años seamos capaces de obtener el mejor producto”, dijo Bruno Pavlovsky, presidente de moda de Chanel, en una entrevista previa al desfile. Chanel subió los precios de los bolsos y otros artículos emblemáticos varias veces en los últimos dos años debido al aumento de los costos de las materias primas, la reducción de la capacidad de producción y la fuerte demanda de los clientes.
Materias primas como la lana, la cachemira y la seda “son cada vez más difíciles para nosotros, si queremos tener la mejor calidad y el material justo”, dijo Pavlovsky sobre la estrategia de adquisición, “tenemos que participar e invertir si queremos que sigan existiendo”.
Otro reto para Chanel, y para otros fabricantes de artículos de lujo, es reclutar jóvenes talentos para que trabajen en el proceso de fabricación, y los nuevos y brillantes talleres como el 19M de Chanel y el ArtLab de Gucci son parte de la campaña de reclutamiento.
Pavlovsky señala que muchos de los 600 especialistas empleados en el nuevo recinto son veinteañeros, capacitados no solo en las técnicas tradicionales de la alta costura, también en la impresión 3D y el diseño. “Cuando se habla de ateliers (talleres), uno se imagina los talleres de ayer, pero en realidad estos son los ateliers de hoy y mañana”.
Chanel no ha sido inmune a los males de la pandemia; las ventas cayeron 18 por ciento para llegar a 10 mil 100 mdd en 2020. En octubre, Pavlovsky dijo a Financial Times que estaba optimista sobre la reanudación de los viajes y las perspectivas del lujo para 2022. ¿Sigue siendo tan optimista? “Podemos ser optimistas, pero tenemos que ser realistas”, responde. “La situación (del covid-19) está muy lejos de estar resuelta. Por el momento, nos enfrentamos a un montón de nuevas restricciones para viajar”, prosigue, y agrega que Chanel sigue enfocado en cultivar clientes locales en lugar de turistas.
Pavlovsky es optimista en cuanto a las perspectivas del último desfile de Métiers d’Art de la directora creativa Virginie Viard. Según Pavlovsky, la colección del año pasado registró un récord de ventas de más de 90 por ciento. “Esta es la vigésima colección Métiers, así que esperamos que sea superior a la decimonovena”.
A diferencia de los desfiles anteriores, el de 2021 fue un evento sencillo. Las modelos se deslizaban entre los invitados con prendas cargadas de cinturones y joyas. Había elegantes abrigos de lana y tweed, uno de ellos con bolsillos bordados que reflejaban las líneas del edificio y gruesas chaquetas de punto tejidas que colgaban como chamarras universitarias. Las chamarras cuadradas y los pantalones cónicos plisados tenían un aire nostálgico de la década de 1980, mientras que los pantalones y las faldas de talle bajo tenían un aire más juvenil.
Está claro que Viard cree que la ropa debe ser útil además de decorativa; se diseñaron bolsillos en todo: abrigos, vestidos, incluso los frentes de las faldas de tubo de punto de macramé.
A pesar del compromiso de Chanel de surtirse con lo mejor, no todos los productos que salen de la empresa han estado a la altura. Durante el fin de semana, un video del calendario de adviento de belleza de la marca se hizo viral en TikTok después de que una influencer lo ridiculizó por estar lleno de productos baratos como calcomanías, una bolsa de polvo vacía y un llavero que supuestamente había formado parte de una oferta pasada de regalo con compra.
Pavlovsky dijo que el calendario se diseñó para ser “sustentable”. “Tal vez cometimos un error, no lo sé, pero en Chanel nos lo tomamos muy en serio”, señaló.