Howard Marks habla sobre las oportunidades de compra en bonos de alto rendimiento

FT Mercados

Y porqué las emociones son el enemigo de las inversiones.

Howard Marks, cofundador de Oaktree Capital Management.
Harriet Agnew
Ciudad de México /

Cuando les digo a mis amigos que voy a Nueva York a almorzar con Howard Marks, suelen responder la pregunta. ¿No es un traficante de drogas? Ellos piensan en el fallecido contrabandista galés de cannabis. Me reuniré con el “otro”  Howard Marks: inversor legendario, inconformista rotundo y observador atento de la psicología del mercado, que expone sus puntos de vista sobre la inversión en una serie de memorandos, que leen personas como Warren Buffett. 

El cofundador de Oaktree Capital Management, una potencia de inversión de 163,000 millones de dólares, se ganó una reputación en las últimas cinco décadas al sumergirse en los mercados —entre ellos los bonos de alto rendimiento, la deuda de empresas en dificultades y China— cuando otros no estaban dispuestos a hacerlo.

Marks, de 76 años, desconfía de los pronósticos económicos, pero cree en los ciclos del mercado. Piensa que, en la inversión, las emociones son el enemigo porque hacen que compremos en los máximos y vendamos en los mínimos. Y trata de vivir según la famosa máxima de Buffett sobre la inversión: hay que ser temeroso cuando los demás son codiciosos y codicioso cuando los demás temen. 

Llego 10 minutos antes de almuerzo en Il Gattopardo, cerca del Museo de Arte Moderno en el centro de Manhattan, y me encuentro con que mi invitado ya está sentado en su mesa habitual de la esquina.

Después de que Marks me presenta al propietario del restaurante, Gianfranco, y de pedir té helado (para él) y agua mineral (para mí), pregunto: ¿qué paralelismos podríamos establecer entre la cita más famosa de la novela —“Si queremos que las cosas sigan como están, tendrán que cambiar”— y los mercados financieros?

“Creo que es un error pensar que se puede evitar que el mundo cambie”, reflexiona Marks. “Hay que ser consciente de la historia, o se repetirá, pero también hay que entender que tal vez no aplique”, prosigue. 

Nos reunimos en medio de un cambio de régimen en los mercados, ya que el periodo de una década de dinero barato llega a su fin. Las acciones y los bonos registran uno de los peores años de su historia, dejando a los inversores con grandes pérdidas. Es posible que no seamos capaces de predecir hacia dónde vamos, pero estoy con Marks para saber en dónde cree que estamos hoy

Marks se crió en un barrio de clase trabajadora de Queens, su padre era contador y su madre ama de casa. Sus padres “eran aprensivos” y eran adultos durante la Gran Depresión. Esto dejó su huella en Marks: “Crecí escuchando cosas como ‘no pongas todos los huevos en la misma canasta’ y ‘ahorra para los días malos’”.

Después de especializarse en finanzas en Wharton, Marks comenzó su carrera profesional en la investigación de acciones en Citicorp, antes de ser trasladado al departamento de bonos para iniciar un fondo de bonos convertibles. Poco después, “recibí la llamada que cambió mi vida”. Era el jefe del departamento de bonos, recuerda Marks. “Me dijo: ‘Hay un tipo llamado Milken en California y se dedica a algo llamado bonos de alto rendimiento, ¿averiguar qué es eso?’”.

Se trataba del rey de los bonos basura, Michael Milken, que estaba impulsando el incipiente mercado de los bonos de alto rendimiento, que permitía a las empresas que hasta entonces habían quedado fuera de los mercados financieros conseguir dinero.

Marks se mudó a California en 1980, atraído por la calidad de vida, y más tarde se unió a la empresa especialista en bonos TCW. Allí, Bruce Karsh lo convenció para crear un fondo centrado en otro ámbito incipiente y relativamente oscuro: la deuda de empresas en dificultades. Dejaron TCW y crearon Oaktree con otras tres personas en 1995.

Marks es la cara pública de la empresa, viajando por el mundo para hablar con los clientes y establecer la filosofía de inversión. Karsh, al que se le describe como el “secreto silencioso” entre bastidores, supervisa sus decisiones de inversión cotidianas.

En septiembre de 2008, el temple inconformista del par se enfrentó a su prueba máxima. Lehman Brothers se declaró en quiebra y el temor predominante era que todo el sistema financiero se derrumbara. En los meses anteriores, Oaktree había creado un fondo de oportunidades de 11,000 mdd en anticipación a los problemas que se avecinaban. Marks y Karsh sopesaban cuándo era el momento de abalanzarse.

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"Crecí escuchando cosas como‘No pongas todos los huevos en la misma canasta’ y ‘Ahorra para todos los días malos’”. 

Durante las siguientes 15 semanas, Karsh invirtió 450 mdd a la semana en los mercados, comprando la deuda de las últimas compras apalancadas que otros inversores trataban de vender. La audacia dio sus frutos: el fondo ganó un 16.6% al año.

Marks ya escribió varios libros, entre los que se encuentra The Most Important Thing: Uncommon Sense for the Thoughtful Investor. Y sus memos los siguen con atención las cerca de 200,000 personas que los reciben. Pero no siempre fue así.

Comenzó a escribir los memorandos en 1990, al principio enviandolos por correo a los cerca de 50 clientes de Oaktree. Durante los primeros 10 años, “nunca tuve una respuesta”, dice. Y entonces, en enero de 2000, Marks distribuyó un memorando titulado “bubble.com”, en el que exponía el “abrumador” caso de “un mercado sobrecalentado y especulativo de acciones de tecnología, internet y telecomunicaciones”.

El memorando “tenía dos virtudes”, dice Marks. “Era correcto y acertó rápidamente”. El índice Nasdaq, que tiene una alta carga de compañías de tecnología, se desplomó. “Después de 10 años, me convertí en un éxito de la noche a la mañana”.

Nuestro almuerzo es a finales de septiembre. La Reserva Federal de Estados Unidos subió rápidamente las tasas de interés para frenar la inflación y se produjo una corrección en los mercados de capitales.

“El capital es más difícil de conseguir. La deuda está disponible con una rentabilidad muy atractiva... que probablemente suba”, dice. Ve oportunidades atractivas de compra en bonos de alto rendimiento, deuda de compañías en dificultades, préstamos apalancados, valores con respaldo hipotecario y obligaciones de préstamos garantizados, que son el pan de cada día de Oaktree. Marks espera un repunte de las quiebras corporativas “pero no pronto, porque cualquier compañía que no estaba dormida en el cambio” refinanció su deuda y retrasó sus vencimientos.

La conversación gira en torno a Oaktree. El grupo salió a bolsa en 2012 y luego vendió una participación mayoritaria en 2019 a la canadiense Brookfield Asset Management, conservando Oaktree el control operativo.

Howard Marks dice que no quiere dejar de trabajar, aunque es posible que poco a poco dedique más tiempo a sus otros intereses. El próximo año, él y Karsh identificarán a sus sucesores en la dirección de la compañía.

El crecimiento de Oaktree ha sido superado por rivales como KKR y Apollo, pero Marks dice que no se arrepiente.

Llevamos más de dos horas hablando. El restaurante se vació, el asistente de Marks le llama para que vuelva a la oficina y el almuerzo está por terminar.

Es una locura tratar de predecir lo que va a ocurrir con las tasas de interés o qué tanto subirá la inflación. “Lo que importa es el largo plazo. Intentamos comprar las acciones de las empresas que se harán más valiosas, y la deuda de las compañías que pagarán sus deudas. ¿No es una buena idea?”, dice.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

SGS


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