Industria eléctrica de EU debate precio del carbono

FINANCIAL TIMES

Cambio climático. Productores y comercializadores buscan la manera de controlar las emisiones que aceleran el calentamiento global y afectan el sector energético local.

La discusión, mientras Trump desmantela normas sobre límites de CO2. (Charlie Riedel/AFP)
Gregory Meyer
Nueva York /

Los mercados de electricidad de Estados Unidos sopesan el precio de las emisiones de carbono, una herramienta económicamente sencilla pero políticamente complicada para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el calentamiento global.

Un precio del carbono puede nivelar el costo ambiental de las emisiones a las licitaciones de los generadores, y eso hará que las centrales eléctricas alimentadas por combustibles fósiles —sobre todo las plantas de carbón y gas natural más antiguas— sean menos competitivas que la electricidad sin carbono de las energías nuclear y renovable.

Ayer algunos de los principales proveedores y comercializadores de electricidad de EU discutieron el precio del carbono en una conferencia especial de la Comisión Federal Reguladora de Energía de EU (FERC, por su sigla en inglés). Entre los oradores estuvieron NRG y Vistra, productores independientes de electricidad; el banco Goldman Sachs, y Vitol, comercializador de materias primas, así como académicos y operadores de redes.

Las discusiones se producen a medida que los estados de EU emergen a la vanguardia de la acción climática mientras la administración Trump desmantela las reglas para controlar el dióxido de carbono que atrapa el calor.

Dos tercios de la electricidad en EU se distribuye en mercados mayoristas competitivos que abarcan regiones como el noreste, el medio oeste y California. Los operadores de redes han tratado de estar a la altura de los esfuerzos agresivos de algunos estados para controlar las emisiones con las reglas del mercado que recompensan a las fuentes de generación más baratas.

“Esta conferencia técnica es una señal de que llegó el momento de abordar esto como un tema nacional. No se puede posponer más”, dijo Peter Fox-Penner, director del Instituto de Energía Sustentable de la Universidad de Boston y autor de Power After Carbon.

El Operador del Sistema Independiente de Nueva York (Nyiso, por su sigla en inglés) propuso incorporar un costo social del carbono en su mercado de energía para acelerar el progreso hacia un objetivo estatal agresivo de ciento por ciento de electricidad con cero emisión de carbono para 2040. 

“Los recursos de menor emisión y sin emisiones se beneficiarán de mayores ingresos netos, y los recursos de mayor emisión tendrán un poderoso incentivo para invertir en tecnologías de reducción de emisiones”, dijo Richard Dewey, director ejecutivo de Nyiso, en comentarios preparados para la conferencia de FERC.

Los precios del carbono del esquema de derechos de emisión de California se incluyen en las licitaciones de electricidad desde 2013 y el operador del sistema trata de envolverlos en un mercado incipiente de suministros de energía para el día en el oeste de Estados Unidos.

La FERC programó la reunión en respuesta a una petición de los productores de energía. “Todos buscan algo de certeza en el mercado sobre este asunto, porque al final del día tenemos un mosaico de acciones estatales que parece que tratan de abordar la cuestión del carbono. Un enfoque más centralizado será más rentable y eficiente”, afirmó Todd Snitchler, director ejecutivo de la Asociación de Suministro de Energía Eléctrica, que se encontraba entre los solicitantes.

Los precios del carbono demostraron ser objetivos políticos fáciles en lugares que los han probado. Ontario, la provincia más poblada de Canadá, se unió al mercado de derechos de emisión de California antes de abandonarlo bajo un nuevo primer ministro. Desde entonces, el gobierno de Canadá impuso precios del carbono a escala nacional.

En EU, los demócratas en el Congreso se mostraron cautelosos de adoptar un impuesto directo sobre el dióxido de carbono. Un proyecto de ley de energía limpia que aprobó la Cámara la semana pasada excluyó los precios del carbono.

Algunos estados de EU contemplan los precios del carbono para la electricidad, ya que también promueven la energía con cero emisiones de carbono de otras formas, a través de créditos financieros para generadores eólicos, solares y nucleares que, en última instancia, son financiados por las compañías de servicios públicos que son sus clientes.

“La implementación de un precio del carbono es un enfoque de mercado que permitirá a los participantes del mercado responder de manera eficiente e innovadora a la señal del precio en lugar de depender de los planificadores para identificar tecnologías o recursos específicos que deban subsidiarse”, dijo Joseph Bowring, monitor de mercado independiente de PJM, el mercado de electricidad más grande de EU, una interconexión que se extiende desde Nueva Jersey hasta Chicago.

La FERC, encabezada por el presidente republicano Neil Chatterjee, enfureció a algunos gobernadores estatales después de imponer un precio mínimo para los generadores que participaron en las licitaciones de capacidad energética de PJM, lo que puede socavar los subsidios para proyectos de energía limpia como los parques eólicos marinos.

Un precio del carbono alto puede reducir la necesidad de ese tipo de subsidios. Los desarrolladores de energía renovable apoyan acoplar el precio del carbono con otras políticas de energía limpia, no reemplazarlas.

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SHELL Y CONTINENTAL ALISTAN RECORTE DE PLAZAS

La compañía energética Royal Dutch Shell anunció planes para recortar hasta 9 mil puestos de trabajo, una cifra equivalente a más de 10 por ciento de su plantilla. La firma, que tenía 83 mil empleados a finales de 2019, confirmó que está en un proceso de reorganización que se traducirá en un ahorro anual adicional de entre 2 mil y 2 mil 500 mdd para 2022.

Por otro lado, el consejo de supervisión del fabricante de neumáticos y componentes automovilísticos Continental aprobó medidas de reestructura que afectarán a más de 30 mil empleados a escala global, 13 mil en Alemania. La empresa cerrará en 2021 la fábrica de ruedas en la ciudad alemana de Aquisgrán, lo que afectará a mil 800 empleados de los 2 mil que laboran en la planta.


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