Energía. Activistas del clima instan a las autoridades a actualizar el proceso para otorgar licencias a nuevos proyectos de exportación masiva del combustible, que califican de “bomba de carbono”
La industria estadunidense de gas natural se encuentra en estado de alerta máxima ante la posibilidad de que la administración Biden reconsidere la concesión de licencias para nuevas terminales de exportación masiva del combustible, bajo la presión de los activistas a favor del clima, que intensifican la lucha contra las infraestructuras de energía fósil.
La construcción de terminales de gas natural licuado a lo largo de las costas del Golfo de México y del Atlántico catapultaron a Estados Unidos por encima de Qatar como principal exportador mundial de gas natural, permitiéndole sustituir los suministros europeos críticos después de la invasión de Rusia a Ucrania.
Las terminales, de varios millones de dólares, también se convirtieron en blanco de los activistas a favor del clima, que argumentan que fijan la dependencia de los combustibles fósiles que calientan el planeta durante décadas. Los activistas intensificaron su campaña en un momento en que el presidente Joe Biden aspira a la reelección este año.
Los activistas instaron al Departamento de Energía de EU a que actualice su forma de decidir si los nuevos proyectos de exportación son del “interés público”. Quieren que se retrase la aprobación de la terminal CP2 de Venture Global en Luisiana, que es la siguiente en la fila para obtener un permiso y uno de los proyectos más grandes de la costa del Golfo.
Este tipo de autorizaciones, para exportar gas natural a países que carecen de un acuerdo de libre comercio con EU, se volvieron una rutina desde que se propusieron los primeros proyectos hace más de una década. Algunos funcionarios del gobierno de Biden ahora presionan para que se lleve a cabo una revisión significativa del proceso de aprobación, argumentando que hay una mejor comprensión del impacto ambiental causado por las fugas y emisiones de la infraestructura, dijo una fuente con conocimiento de las discusiones que advirtió que aún no se toma ninguna decisión.
Los ejecutivos de la industria dicen que ese tipo de revisión servirá como una moratoria de facto sobre nuevos proyectos y advirtieron sobre las graves consecuencias que tendrá como resultado.
“Cualquier infracción del suministro estadunidense tendrá el mismo impacto en la economía global que una sanción económica y causará efectos dominó que abarcarán desde la desindustrialización hasta la inseguridad alimentaria”, dijo Mike Sabel, director ejecutivo de Venture Global.
Junto con un proyecto vecino en desarrollo, el CP2 de Venture le dará a la compañía por sí sola una capacidad de exportación de más de 65 millones de toneladas de gas natural al año, solo superada por Qatar. Los activistas criticaron el proyecto y lo llamaron “bomba de carbono”.
“Si la industria construye todo lo que quiere, habrá más gases de efecto invernadero provenientes de gas natural exportado por EU que de todo lo que sucede en el continente europeo”, señaló Bill McKibben, jefe del grupo de campaña climática 350.org. “Es por eso que le pedimos al Departamento de Energía que suspenda los nuevos permisos mientras vuelven a calcular su fórmula para decidir qué es de interés público”.
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Algunos activistas locales en Luisiana y Texas también protestan por la expansión del gas.
“No podemos aprobar más instalaciones y hablar de la misma manera sobre alcanzar objetivos climáticos y sobre la reducción gradual de los combustibles fósiles”, dijo Roishetta Sibley Ozane, activista de Sulphur, Luisiana.
Estados Unidos se convirtió en el mayor exportador de gas natural del mundo en 2023. Sus siete terminales pueden producir hasta 86 millones de toneladas al año, según la Administración de Información de Energía, suficiente para satisfacer las necesidades combinadas de gas de Alemania y Francia. Cinco proyectos más en desarrollo sumarán otros 73 millones de toneladas al año y el Departamento de Energía ya revisa propuestas para al menos otras 16.
La campaña de los activistas destaca un dilema para Biden, quien prometió en campaña electoral liderar una transición para alejarse de los combustibles fósiles, pero ha sido testigo de niveles récord de producción y exportaciones de petróleo y gas en EU. Después de la invasión de Rusia a Ucrania, alentó el crecimiento del gas natural estadunidense para apuntalar los suministros europeos.
El American Petroleum Institute (API) indicó que cualquier revisión de las aprobaciones de gas natural por parte de la administración Biden era “un asunto realmente importante” que amenazaba con detener el desarrollo de la industria y socavar la seguridad energética de Europa.
“Lo que creo que esto significa es que, al menos para 2024, no se concederán permisos para la exportación de gas natural en Estados Unidos”, señaló Mike Sommers, director ejecutivo de API. “No hay razón para proceder al desarrollo de una nueva terminal de gas natural si no se tiene permiso para exportarlo”, añadió.
Nick Dell’Osso, director ejecutivo del productor de gas Chesapeake Energy, dijo que es fundamental que los reguladores comprendan que, a medida que crece la demanda de esta materia prima, “EU es el lugar más estable desde el que recibirla”.
Securing Energy for Europe, una gran firma estatal de energía alemana, escribió en diciembre a los reguladores estadunidenses para instarlos a aprobar la CP2 de Venture, argumentando que es “vital para la seguridad energética de Alemania”. La compañía eléctrica japonesa Jera escribió una carta similar en apoyo de la CP2.
Analistas afirman que se produjo un cambio en el estado de ánimo dentro del gobierno de Biden de cara a las elecciones de 2024.
“La industria del gas natural (después de pregonar su papel para ayudar a Europa a sobrevivir a un corte casi total del gas ruso) se enfrenta a un nuevo escrutinio”, dijo Ben Cahill, investigador senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.