Inversionistas presionan a multinacionales para que hagan alimentos más sanos

FT MERCADOS

A medida que aumenta la obesidad a nivel mundial y la inflación aprieta los bolsillos de los consumidores.

Tesco eliminará la oferta 2 x 1 en alimento alto en grasa y azúcar en las tiendas del Reino Unido.
Judith Evans
Ciudad de México /

Harvey Kellogg y su hermano menor William inventaron uno de los primeros cereales para el desayuno en la década de 1890 como alimento saludable para facilitar la digestión, pero John se enfureció cuando William creó una versión con azúcar añadida. 

Más de un siglo después, la compañía de William, ahora conocida como Kellogg’s, sigue al centro de un conflicto entre el sabor y la salud. Mientras los gobiernos y los inversionistas presionan a las multinacionales de alimentos, entre ellas Kellogg’s, para que hagan sus productos más nutritivos, el grupo estadunidense emprendió a su vez acciones legales contra el gobierno británico por un intento de restringir la comercialización de algunos de sus cereales en el país debido a su alto contenido en azúcar. 

La demanda de Kellogg’s es la última señal de las tensiones que se producen cuando los gobiernos y los inversionistas tratan de hacer frente a un problema mundial de obesidad que se agravó por la crisis del covid-19, incluso cuando la inflación aprieta los bolsillos de los consumidores e intensifica la batalla de los fabricantes de alimentos por la participación de mercado. 

La nutrición sube en la agenda a medida que los inversores interpretan los principios ESG de forma más amplia, pasando del clima a los problemas sociales, dijo Bruno Monteyne, analista de Bernstein. 

La obesidad casi se triplicó desde 1975 y gran parte de la culpa se achaca a los alimentos envasados y ultraprocesados. El año pasado, el grupo estadunidense de salud pública Vital Strategies pidió que se incluyeran advertencias similares a las del tabaco sobre los riesgos para la salud de los alimentos altamente procesados. Chile introdujo etiquetas negras de advertencia con forma de señal de alto en los alimentos envasados y las bebidas con alto contenido en azúcar, sal o grasas saturadas (HFSS, por sus siglas en inglés). 

El Dato...

9 mil 700 millones de libras

Será el costo anual por enfermedades relacionadas a la obesidad en Reino Unido para 2050

Los grupos de inversores llevan varios años haciendo campaña sobre la nutrición: el Interfaith Centre on Corporate Responsibility, con sede en Estados Unidos (EU), que reúne a inversionistas con más de 4 billones de dólares en activos, colabora con los fabricantes de alimentos y bebidas en esta cuestión desde 2014. 

Pero el covid-19, que suele ser más grave en pacientes con obesidad y enfermedades relacionadas, como la diabetes e hipertensión, subió la apuesta. 

Una mejora en la fórmula 

En el último año, multinacionales como PepsiCo, Coca-Cola, Kraft Heinz, Kellogg’s y Nestlé han sido golpeadas con resoluciones sobre nutrición de los accionistas. Este año, Unilever se comprometió a revisar su información nutricional y a establecer nuevos objetivos después de ser el blanco del grupo de inversores británico ShareAction. 

La preocupación no solo es que los fabricantes de alimentos y bebidas contribuyan a daños sociales como la obesidad, sino que pueden encontrarse en una situación de desventaja en el mercado cuando los gobiernos adopten un enfoque más activo. 

En la última década, decenas de países, entre ellos México, Sudáfrica, el Reino Unido y partes de EU, introdujeron impuestos sobre los refrescos con alto contenido en azúcar, una medida que redujo el consumo del componente a través de esas bebidas y obligó a los fabricantes a reformular sus productos. 

El Reino Unido tenía previsto imponer nuevas restricciones a la comercialización de alimentos HFSS a partir de octubre, prohibiendo las ofertas de “compre uno y el segundo es gratis”, rellenar gratuitamente los vasos de refresco y la publicidad de comida chatarra en televisión y en internet. 

Las empresas de alimentos respondieron con nuevas versiones de sus productos. Mars, por ejemplo, lanzó versiones con menos azúcar y más fibra de sus barras de chocolate Snickers, Mars, Galaxy y Bounty. 

Pero Kellogg’s, fabricante de Coco Pops, Frosties (Zucaritas) y Froot Loops, inició una revisión judicial, argumentando que los criterios de HFSS no tenían en cuenta la leche con la que se consumen habitualmente sus productos. Todavía no se emite una sentencia. 

“Recurrimo a los tribunales para buscar una mejora de la fórmula, de modo que refleje cómo la gente consume nuestros alimentos en la vida real. Por supuesto, seguiremos esforzándonos por colaborar con el gobierno, como siempre lo hemos hecho”, mencionó la compañía en un comunicado. 

La acción de Kellogg’s causó molestia entre los inversores. Marie Payne, responsable de inversiones del gestor de activos holandés Actiam, dijo: “La verdad es que me decepcionó bastante. El hecho de que los cereales se tomen con leche no hace que el producto básico sea saludable”. 


Sin embargo, los empresas de alimentos obtuvieron una especie de victoria el mes pasado, cuando el gobierno del Reino Unido aplazó la mayoría de las normas durante un año, alegando las presiones del costo de vida de los consumidores. 

El retraso planteó dudas sobre si las credenciales nutricionales de los alimentos de marca seguirán siendo prioritarias en la agenda mundial en un momento en que se dispara la pobreza alimentaria en el mundo. 

“El bienestar de la salud tiene un resurgimiento de vez en cuando, pero luego vuelve a desaparecer debido a algo como la inflación”, mencionó Steve Wreford, gerente de Lazard Asset Management. 

Sébastien Thévoux-Chabuel, gerente de fondos de la gestora de activos francesa Comgest, dijo que “existe un riesgo real de que la nutrición sea un lujo en un momento de escasez de materias primas, aumento de la inflación y crisis del costo de vida…. es posible que más personas recurran a productos poco saludables porque son baratos y no tienen otra opción”. 

Menos ofertas 2 x 1

En cuanto a la demanda, algunos inversores consideran la salud y el bienestar como una tendencia que fija la mira directamente en los consumidores más ricos. Los negocios orgánicos y “naturales” suelen tener mayores márgenes. 

Puedes hacer productos de primera calidad e invertir en tendencias de bienestar más amplias o puedes ser un mercado masivo”, dijo Wreford. “Grandes empresas, como Costco, son capaces de cubrir ambos aspectos”. 

Pero los gobiernos quieren mejorar la nutrición en general, y Monteyne, de Bernstein, sostiene que, aunque las condiciones económicas puedan retrasar las medidas regulatorias, no detendrán la tendencia. 

Decirle a la gente lo que tiene que comer es difícil desde el punto de vista político, y la inflación lo hará más difícil, lo cual es muy desafortunado, en mi opinión”, dijo. 

La obesidad y los problemas relacionados con ella tuvieron un costo para el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) de 6 mil 100 millones de libras entre 2014 y 2015, una cantidad que se espera que aumente a 9 mil700 millones de libras al año para 2050. 

Dos de los “cuatro grandes” supermercados del Reino Unido, J Sainsbury y Tesco, dijeron que van a seguir adelante con el plan de eliminar las ofertas de compra uno y llévate dos en los alimentos poco saludables este año a pesar del retraso del gobierno. 

Una espiral de costos 

Para las marcas de alimentos, un riesgo importante es que la eliminación de la sal, el azúcar o la grasa haga que algunos productos sean menos sabrosos y reduzca la ventaja competitiva de una marca, cuando la regulación no crea unas condiciones equitativas. 

Los chocolates Nestlé y Cadbury con menos azúcar que se lanzaron en los últimos cinco años no lograron atraer a los consumidores, pero Premier Foods dice que sus versiones de pasteles y pays Mr Kipling, con menos azúcar y más fibra, se venden bien. Kellogg’s afirma que ya eliminó 11 mil toneladas de azúcar de sus productos desde 2011. 

“En todo el mundo seguimos evolucionando nuestra cartera...incluyendo opciones con menos azúcar, sodio y grasas saturadas, así como alimentos innovadores con más fibra, micronutrientes y proteínas”, dijo Kellogg’s. 

Por el momento, los inversionistas siguen presionando para que se presente información básica sobre la salud. “Parte del reto es saber hasta qué punto son saludables las carteras subyacentes de los grupos de bienes de consumo, y la medición en este caso es opaca”, dijo Jessica Ground, directora global de ESG en Capital Group, el gestor de activos y uno de los principales accionistas de Kellogg’s y Nestlé. 

Ground reconoció que los intentos de hacer los productos más saludables aumentan la espiral de costos de producción. 

“Tratamos de entender qué están haciendo para reformar los productos existentes e introducir otros nuevos”, dijo. “Todo esto cuesta dinero, lleva tiempo y podría presionar los márgenes de las empresas”.

srgs


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