Bruselas inició una profunda investigación antimonopolio sobre la fusión de 50 mil millones de dólares de Fiat Chrysler y la francesa PSA en medio de las preocupaciones de que el acuerdo “puede reducir la competencia” en el lucrativo mercado de pequeñas camionetas comerciales.
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La segunda fase de la investigación se puso en marcha ayer después de que los dos grupos automotrices no llegaron a ofrecer ninguna concesión a la Comisión Europea para disipar las preocupaciones sobre su posible dominio en el mercado.
El hecho de no llegar a ceder a las demandas anteriores lo informó por primera vez Financial Times la semana pasada, cuando el plazo final del 10 de junio pasó sin que se ofreciera ninguna concesión.
Las dos empresas se convertirán en el cuarto grupo automotriz más grande a escala mundial si se logra completar la fusión y tendrán control de alrededor de un tercio del mercado europeo de camionetas van, más del doble que sus competidores más cercanos: Renault y Ford.
Margrethe Vestager, la vicepresidenta ejecutiva de la comisión y responsable de las políticas de competencia, dijo: “Las camionetas comerciales son un mercado en crecimiento y cada vez es más importante en la economía digital en la que los consumidores privados dependen más que nunca en los servicios de entregas.
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“Fiat Chrysler y Peugeot, con su gran cartera de marcas y modelos, tienen una posición fuerte en (el mercado de) las camionetas van comerciales en muchos países europeos”.
Las compañías ya esperaban una investigación más profunda del negocio de las camionetas van, por lo que la incorporó en un calendario de acuerdos que se espera que implique el cierre de la fusión en el primer trimestre del próximo año.