Italia calma nerviosismo con tope en el gravamen a bancos

El impuesto sobre las ganancias tendrá un freno de 0.1% de los activos totales de las instituciones; está “dirigido a salvaguardar su estabilidad financiera"

Giorgia Meloni arremetió contra los márgenes de las tasas de interés”. Kacper Pempel/Reuters
Silvia Sciorilli Borrelli
Milán /

Las acciones de los bancos italianos se recuperaron después de que el gobierno intentó calmar las tensiones del mercado dando marcha atrás de manera parcial a su inesperado impuesto sobre ganancias extraordinarias del sector.

El Ministerio de Finanzas indicó que el impuesto sobre los ingresos netos por intereses se limitará a 0.1 por ciento de los activos totales del banco. Según los analistas de Jefferies, este tope “reducirá enormemente” el impacto de la medida, al recortar la recaudación total del impuesto de 4 mil 500 millones de euros a 2 mil 500 millones o menos.

Las acciones de Intesa Sanpaolo y UniCredit, los dos bancos más grandes de Italia, subieron 2.3 y un 4.3 por ciento, respectivamente.

Una persona con conocimiento de las conversaciones dijo que el Ministerio de Finanzas se “movió rápido” para encontrar una solución que al menos “calmara de manera parcial el nerviosismo del mercado” después de que los bancos perdieron el martes 10 mil millones de euros de su capitalización de mercado.

Los banqueros y los funcionarios del Tesoro, furiosos, mantuvieron frenéticas llamadas telefónicas el martes para discutir una solución, dijo otra persona cercana a las conversaciones.

El ministerio anunció el tope esa misma tarde y señaló que su objetivo es “salvaguardar la estabilidad financiera de los bancos”. El inesperado anuncio del impuesto sobre las ganancias extraordinarias provocó una venta masiva de acciones bancarias que hizo caer a los principales organismos italianos entre 5.9 y 10.8 por ciento.

El Ministerio de Finanzas añadió la noche del martes que los bancos que ya habían subido las tasas de interés de las cuentas de ahorro “tal como recomendó el Banco de Italia en febrero” no se verán afectados por el impuesto.

La primera ministra, Giorgia Meloni, rompió el silencio al publicar un video en Facebook en el que arremete contra “los injustos márgenes de las tasas de interés de los bancos” y afirma que están desacelerando la economía.

“El Banco Central Europeo optó por subir las tasas de interés, y aunque la política no necesariamente está funcionando (para frenar la inflación), los bancos deben comportarse de forma leal, y no lo están haciendo”.
“Así que la única forma que teníamos para intervenir era introducir un impuesto sobre los márgenes de las tasas de interés”, dijo.

Las caóticas comunicaciones sobre el impuesto sembraron el pánico después de su presentación. Filippo Alloatti, responsable de finanzas de Federated Hermes, un inversionista en bonos de UniCredit, Intesa y Banco BPM, calificó la estrategia del gobierno de “fracaso épico”.


“Publicaron un comunicado de prensa en el que no decían cómo utilizarán los recibos. Parece que no hicieron los cálculos. Perdieron bastante de la buena voluntad que habían desarrollado desde la formación del gobierno”, dijo.

A un documento filtrado que circuló el martes más tarde le siguió una declaración oficial del gobierno con cifras y terminología diferentes. Los analistas tuvieron problemas para descifrar ambas versiones del borrador, que todavía tiene que ser aprobado por el parlamento italiano.

Después del anuncio del tope a última hora de la noche del martes, que aún contenía pocos detalles, el ministerio aclaró que el límite se aplicará a los activos totales, una medida que no toma en cuenta la exposición al riesgo.

El sector le dio la bienvenida al tope. Un ejecutivo de Milán dijo que “el ping-pong” sobre la medida era “escandaloso”, pero añadió que al parecer el gobierno tomó en cuenta la reacción negativa.

Si los legisladores aprueban el impuesto, se aplicará a los ingresos netos por intereses generados por la diferencia entre las tasas de interés de los préstamos y los depósitos de los bancos.

La apresurada medida se debe a la presión política que existe sobre la coalición de derecha de Meloni para que haga más por ayudar a los hogares afectados por el aumento de las tasas de interés y de la inflación.

La medida obtuvo el martes apoyo de parte de la oposición. El líder del movimiento populista Cinco Estrellas, Giuseppe Conte, declaró en las redes sociales: “Más vale tarde que nunca”. Los legisladores del Partido Democrático, de centro-izquierda también aplaudieron el impuesto.

El gobierno italiano señaló el martes que el umbral para imponer el gravamen de 40 por ciento se basará en la diferencia entre los ingresos netos por intereses en 2021 y la cifra para 2022 o 2023, la que fuera mayor. Los bancos pagarán el impuesto una vez que sus ingresos netos por intereses para el año seleccionado superen los de 2021 en un porcentaje determinado: 5 por ciento para 2022 o 10 por ciento para 2023.

Alloatti afirmó que la propia retórica de los bancos sobre la rentabilidad contribuyó a la imposición del gravámen.

“Los bancos no ayudaron”, dijo Alloatti, y añadió que “cada trimestre estuvieron presumiendo tener la mejor rentabilidad en años; estuvieron convirtiéndose en un blanco fácil. Los políticos se dieron cuenta cínicamente de que había una forma fácil de volver a llenar las arcas del Estado”.

Johann Scholtz, analista de Morningstar, dijo que el impacto más perjudicial del impuesto será “la mayor prima de riesgo que exigirán los inversionistas para compensar el riesgo de una futura intervención del gobierno”.

Con información de: Owen Walker y George Steer en Londres

Financial Times Limited. Declaimer 2021


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