La inmigración está de regreso, al menos en Estados Unidos. En los últimos dos años y medio, la inmigración en el mercado laboral estadunidense aumentó en 4 millones de trabajadores, y la población inmigrante en edad laboral alcanzó por fin su nivel tendencial anterior a la pandemia.
Es probable que esto sea un factor central en el fuerte crecimiento del empleo, en especial en el sector del esparcimiento y la hostelería. También forma parte de la historia sobre el aumento de la participación de la fuerza laboral, además de ser una buena noticia para la lucha contra la inflación.
Para Torsten Sløk, economista jefe de Apollo, en una reciente nota a los clientes, “la inmigración es una razón clave de que el mercado laboral estadunidense esté pasando poco a poco de muy a menos sobrecalentado. El hecho de que la inmigración ahora se mueve a niveles superiores a los de 2019 será muy positivo para el sector, y para el reto de la inflación de la Fed”.
Aparte de atraer a más mujeres a la población activa, aumentar la inmigración es la única forma rápida de reforzar la fuerza laboral en cualquier nación. Las tasas de natalidad están disminuyendo en la mayoría de los países ricos, y los robots y los programas de inteligencia artificial que desplazan puestos de trabajo conllevan sus propias disrupciones económicas y políticas.
En EU, la inmigración representó alrededor de la mitad del crecimiento de la población en edad de trabajar entre 1995 y 2014, según Pew Research. Por desgracia, entre el patrioterismo de Donald Trump de “construir un muro” y la pandemia, se produjo una fuerte caída de los trabajadores inmigrantes. En el transcurso de cuatro años, de acuerdo con un artículo de febrero de la Reserva Federal de San Francisco, la administración Trump realizó 472 acciones ejecutivas con el objetivo de reducir la inmigración, desde aumentar el control de este fenómeno hasta congelar las admisiones de refugiados o alejarse de la inmigración familiar. Entre 2016 y 2019, el número de nuevos residentes permanentes cayó 13 por ciento y el de visados F1 para estudiantes 23 por ciento.
El covid no ayudó. Muchos trabajadores despedidos perdieron las visas o prefirieron capear la pandemia en sus propios países. De acuerdo con el artículo de San Francisco, las dos tendencias juntas provocaron una fuerte escasez en los mercados laborales. Los autores descubrieron que la caída de la inmigración a partir de 2017 se tradujo en un aumento de 5.5 puntos porcentuales en la relación entre vacantes y desempleo en Estados Unidos.
Pero, por fortuna, el reciente repunte se tradujo en una reducción de 6 puntos porcentuales de esa relación. Más de 900 mil inmigrantes se convirtieron en ciudadanos estadunidenses durante 2022, el tercer nivel más alto registrado y el mayor en cualquier año fiscal desde 2008, de acuerdo con Pew. Las mayores cifras procedían de México, India, Filipinas y Cuba, y el mayor crecimiento de los flujos eran de Cuba, Jamaica, Filipinas, India y Vietnam.
En resumen, al parecer EU regresa a las tasas de inmigración anteriores a Trump y a la pandemia.
Son excelentes noticias no solo para la inflación, también para el crecimiento, la movilidad de la fuerza laboral y el espíritu emprendedor. Los inmigrantes tienen más probabilidades de trabajar por su cuenta y crear nuevas empresas que los nacidos en el país. Son el corazón del sueño estadunidense en constante evolución. En Indiana, mi ciudad natal, hay tiendas de abarrotes, restaurantes, clubes nocturnos españoles y proveedores de servicios en dos idiomas para atender a una comunidad de antiguos trabajadores agrícolas migrantes. Un par de generaciones después, son cada vez más de clase media y representan gran parte del afán emprendedor de la zona.
La movilidad laboral, que alguna vez se anunció como una gran diferencia entre Estados Unidos y otras naciones ricas, disminuyó en los últimos años. Hay muchas razones para esto: desde la crisis de las hipotecas de alto riesgo hasta las pérdidas de empleo a gran escala en regiones que estaban en la punta de lanza de la globalización o la destrucción tecnológica de puestos de trabajo. Las nuevas investigaciones económicas “basadas en el lugar” muestran que estos factores suelen hacer que las personas se desplacen menos, ya que permanecen cerca de las redes de seguridad familiares o comunitarias que puedan tener.
Pero los migrantes asumen riesgos: van al lugar donde hay crecimiento, fomentan la expansión empresarial y alivian los cuellos de botella de la inversión. Esto suele reducir las disparidades de ingresos entre regiones, algo que Estados Unidos necesita con desesperación. Según un estudio de la Fed de Dallas de 2020, gran parte de la fluidez actual del mercado laboral estadunidense en la actualidad se debe más a los flujos de inmigrantes que a los movimientos de trabajadores nacidos en el país.
De hecho, la investigación de la Fed de Dallas apunta a que el futuro del excepcionalismo del crecimiento estadunidense (respecto a Europa y otros países ricos) puede depender en gran medida del futuro de la inmigración. Los economistas hicieron una proyección a largo plazo que incluía las contribuciones al crecimiento de los inmigrantes y sus hijos. Llegaron a la conclusión de que si el fenómeno en EU se mantiene en los niveles tendenciales de 2016 hasta 2060, la población activa crecerá 0.45 por ciento, creando una fuerza laboral de 193 millones de personas, dado que el crecimiento es básicamente personas más productividad, una fuerza laboral más grande es clave. Por el contrario, un descenso de 30 por ciento de la inmigración significará 180 millones de trabajadores, y un recorte de 50 por ciento representará 173 millones de trabajadores.
Esto significa millones de personas menos para pagar impuestos, financiar prestaciones y crear nuevas empresas. Aunque los inmigrantes representan 13.6 por ciento de la población estadunidense, crean una cuarta parte de las nuevas empresas. De hecho, un estudio realizado el año pasado por el American Immigration Council reveló que 43.8 por ciento de las empresas de la lista de Fortune 500 fueron creadas por inmigrantes o sus hijos. Los conservadores que se oponen a la inmigración y que están a favor de las empresas deben reflexionar sobre esta cifra.