La directora artística y de contenido mundial de Condé Nast declaró que la reformada editorial de revistas está lista para regresar a su apogeo de rentabilidad e influencia a medida que el mundo entra en una indulgencia posterior a la pandemia similar a los “locos años 20”.
Dame Anna Wintour, editora de Vogue y una figura todopoderosa en la industria de la moda, dijo que las “filas que le dan la vuelta a la cuadra” en la reapertura de las tiendas Gucci y Dior en Londres, muestran la demanda acumulada por el estilo de vida de lujo que los títulos de Condé Nast relatan desde hace mucho tiempo.
“Las personas han estado encerradas por demasiado tiempo y quieren salir y quieren gastar. Van a querer viajar…. vestirse elegantemente”, dijo Wintour, en una entrevista poco habitual.
“No creo que se trate de ser anticuado, se trata de disfrutar todo lo que la vida tiene que ofrecer. Es un error pensar en Condé Nast como una compañía elitista; somos una compañía que cree en la calidad y la mejor narración”, dijo la editora de Vogue.
Anna Wintour está en el centro de una difícil reforma de la editorial de revistas, que trata de unir las editoriales dispares en todo el mundo, ampliar sus negocios digitales a medida que se reduce la publicidad impresa y satisfacer a los llamados radicales para una mayor diversidad en su fuerza laboral y contenido.
Después de dominar la era previa al internet con revistas que moldearon la época, Condé Nast ahora cuenta con perspectivas de negocios menos seguros ya que el entretenimiento se mudó en línea, a menudo gratuitamente.
La familia multimillonaria Newhouse, propietaria del grupo, despidió en 2019 a su director ejecutivo, fusionó sus operaciones estadunidenses e internacionales y trajo a su primer alto ejecutivo externo, Roger Lynch, para dirigir la editorial de un siglo de antigüedad hacia el futuro.
“Es un nuevo día para la compañía”, dijo Wintour, mientras explicaba cómo el grupo se va a consolidar en equipos editoriales, un proceso que comenzó con su reciente ascenso a directora de contenido, algo que la puso a cargo de todas las marcas Condé Nast en el mundo.
Ella dice...“Las personas han estado encerradas por demasiado tiempo y quieren salir y gastar. Van a querer viajar.... vestirse elegantemente”
Hablando en Zoom junto con otros cinco ejecutivos de Condé Nast ubicados en Londres, París, Dubai, Nueva York y Taipei, Anna Wintour la describió como una transformación de una extensa red editorial, que solo para Vogue abarcó 27 ediciones que se manejan por separado. “Sin duda todos éramos muy amistosos... pero no colaboramos”, dijo.
Los ejemplos del nuevo enfoque incluyen apoyarse más en las redacciones locales para la cobertura de las semanas de la moda de Londres, París o Milán, o coordinar ofertas para entrevistas con celebridades, con contenido que luego se comparte en todas las ediciones.
Adam Baidawi, subdirector editorial de GQ, dijo que anteriormente “se perdió tanto tiempo” en “competir por historias globales con las mismas celebridades y entrevistas de diseñadores”. Un enfoque más unificado también le daría al periodismo local una audiencia global más grande, mencionó.
La compañía detrás de Vogue y The New Yorker, que es privada y no publica su contabilidad, perdió cientos de millones de dólares en los últimos años debido a que la publicidad impresa disminuyó.
Si bien este año también será de pérdidas, la compañía espera alcanzar un punto de equilibrio en 2022 y alcanzar márgenes de utilidad operativa de dos dígitos para 2024, según personas familiarizadas con el tema.
Anna Wintour dijo que Condé Nast “definitivamente” volverá a los niveles de rentabilidad de su mejor momento. “Ya estamos registrando un crecimiento extraordinario”, citando las ventas del comercio electrónico en títulos como Architectural Digest durante la pandemia, así como la promesa comercial de eventos de video y membresías.
Condé Nast se enfrentó a críticas el año pasado por acusaciones de discriminación racial y desigualdad salarial en Bon Appétit, su título de cocina. La controversia capturó una lucha más amplia en el grupo, que llegó al poder mediante la venta de un estilo de vida de lujo, para mantenerse relevante durante una pandemia devastadora y el ajuste de cuentas de toda la industria sobre la raza y la desigualdad.
Más recientemente, hubo una nueva agitación por la contratación de la periodista Alexi McCammond como editora de Teen Vogue, después de que resurgieran los tuits racistas y homofóbicos que publicó en 2011. McCammond renunció el mes pasado, pocos días antes de comenzar en el puesto.
Wintour señaló el progreso de Condé Nast en la diversidad en la contratación y el contenido. La editorial contrató el año pasado a su primer director de diversidad e inclusión, y ahora se requiere que 50 por ciento de los candidatos para nuevos puestos en la compañía provengan de orígenes diversos y subrepresentados.
“Puedes dar glamour, pero también puedes dar algo que sea real y local que resuene”, dijo Edward Enninful, director editorial europeo de Vogue, señalando una portada del año pasado que mostraba a los trabajadores esenciales. “Hemos estado en confinamiento durante mucho tiempo, y ahora estamos en un mundo nuevo”.
Cuando se le preguntó sobre su propio futuro en Condé Nast, donde ha trabajado desde 1980, Wintour, de 71 años, objetó. “Actualmente estoy disfrutando mucho el proceso y trabajando de cerca con Edward y todos los demás”, dijo. “En este momento, estoy enfocada en mañana en vez de enfocarme en lo que va a suceder en cinco años”.
srgs