Resulta irónico que el crecimiento económico de Dinamarca en el primer semestre fuera impulsado casi en su totalidad por el desempeño estelar de Novo Nordisk, un grupo farmacéutico danés. El medicamento cada vez más popular de la compañía, Wegovy, aborda otro tipo de expansión: la cintura humana.
Esta semana se convirtió en la compañía más valiosa de Europa. El valor de sus acciones se cuadriplicó desde 2018. Estados Unidos aprobó el medicamento hace dos años y el lunes el Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña lo lanzó de forma limitada. La fanfarria detrás de la inyección para bajar de peso es comprensible. Tiene un enorme potencial para impulsar el bienestar público y reducir los costos de atención de salud.
La obesidad es una enfermedad crónica. Desde 1975 su prevalencia ya casi se triplicó. Según la Organización Mundial de la Salud, más de mil millones de personas en todo el mundo son obesas, y se espera que esa cifra casi se duplique para 2035. Los estilos de vida más sedentarios, combinados con la creciente disponibilidad de alimentos procesados baratos, significan que es un problema para países ricos y en desarrollo. El sobrepeso y la obesidad son el quinto riesgo principal de muerte en el mundo y dan como resultado una mayor prevalencia de enfermedades colaterales, como diabetes, enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cáncer y síntomas más graves de covid. El estigma social que conlleva también puede provocar enfermedades mentales.
La eficacia de los medicamentos para bajar de peso como Wegovy subraya el trabajo de los científicos farmacéuticos. La inyección suprime el apetito y desacelera el movimiento de los alimentos a través del intestino. En los ensayos clínicos, quienes tomaban semaglutida, la sustancia química utilizada en Wegovy, perdieron 15 por ciento de su peso corporal.
Los dividendos financieros serán enormes. Los inversionistas se van a enfocar en el valor de mercado proyectado de 200 mil millones de dólares durante la próxima década, pero el potencial para reducir la presión sobre los presupuestos gubernamentales será más significativo.
La Federación Mundial de Obesidad espera que el costo económico del sobrepeso y la obesidad alcance 3 por ciento del producto interno bruto mundial anual para 2035, a la par con el impacto del covid en 2020. Esto incluye el impacto en el gasto en atención de salud y la reducción de la productividad en el trabajo. y jubilación prematura o la muerte.
A pesar de las ventajas, existen riesgos, como que no se conocen bien sus efectos a largo plazo y que será caro al inicio. Se espera que los pacientes privados de Reino Unido paguen hasta 300 libras al mes. A medida que más empresas entren en el mercado y que expiren las patentes, los precios bajarán. Mientras, los gobiernos deben garantizar el acceso subsidiado para quienes tienen más necesidad.
Los medicamentos deben considerarse un complemento y no un sustituto de medidas más amplias de pérdida de peso. Los usuarios de los ensayos suelen volver a engordar después de interrumpir el tratamiento.
A medida que se generalice el uso de estos fármacos, serán claves las campañas de información sobre la mala alimentación, así como el ejercicio y el uso indebido, así como el etiquetado informativo de los alimentos y el acceso a gimnasios. Para los más desfavorecidos, que no pueden acceder a las dietas de superalimentos o a los gimnasios, esto tendrá mayor importancia. Un acceso más amplio a medicamentos eficaces para perder peso será una bendición para el bienestar mundial, pero no debe convertirse en una puerta abierta a hábitos menos saludables.