Si el metaverso fuera una persona, sería alguien de 30 años que todavía busca su primer empleo. Desde que Neal Stephenson acuñó el término en su novela Snow Crash en 1992, existe una gran cantidad de bombo alrededor del fenómeno. La atención reciente se centra en los juegos de realidad virtual y en las interacciones sociales. Pero sus hermanos mayores, y a menudo olvidados —los metaversos industriales y empresariales— ya se utilizan para hacer pruebas de escenarios futuros en sectores como el aeroespacial, la logística y la fabricación.
Aunque muchas de las tecnologías del metaverso industrial todavía están evolucionando, hay una que ya está establecida: los gemelos digitales. Con un gemelo digital —una réplica virtual exacta— las empresas disponen de una simulación en tiempo real que les ayuda a administrar sus operaciones mientras recopilan datos para impulsar el rendimiento. Siemens ya utilizó los gemelos digitales para administrar fábricas enteras, mientras que GE los construyó de componentes de motores a reacción para predecir su vida útil y optimizar el mantenimiento.
Appledore Research proyecta que el mercado de los gemelos digitales alcanzará los 10,000 millones de dólares (mdd) en 2025. En el centro de fabricación 5G de Nokia en Finlandia, el uso de un gemelo digital, junto con la automatización y otras soluciones digitales, ayudó a aumentar la productividad hasta 30% en un año y a reducir los defectos de los productos 50% en cuatro años.
Esta visión del metaverso es el producto de dos tendencias más amplias hacia la fusión digital-física y el humano aumentado. En 2030, todos los dispositivos físicos que puedan estar conectados lo estarán. Con el tiempo, cada acción en el mundo digital tendrá un efecto en el mundo físico, y viceversa.
Así que, el metaverso no depende de un casco de realidad virtual. Se trata más bien de la unión de tecnologías complementarias, como la nube y los datos, la inteligencia artificial, el blockchain, el Internet de las cosas (IoT), la realidad virtual, la realidad aumentada y los gemelos digitales.
Habrá algunas experiencias fantásticas en el metaverso de los consumidores, pero las verdaderas oportunidades estarán en las empresas y la industria, donde podremos abordar retos globales como la transición energética, el cambio climático, la productividad y el crecimiento. Muchas de estas soluciones están en sus inicios, pero las primeras señales son prometedoras.
Una gran parte de la investigación en la última década se centra en las tecnologías que sustentan el metaverso. Pero también se trata de desarrollar una ventaja colaborativa, lo que significa trabajar en todos los sectores. Cuando la sociedad pasó del 3G al 4G, las startups de tecnología conquistaron el mundo. Pero a medida que pasemos del 5G al 6G, y la digitalización ingrese en todos los sectores y facetas de nuestra vida, ninguna compañía podrá crear, o poseer, todos los elementos. Necesitamos la colaboración para construir un metaverso que funcione para todos.
SGS