Fue uno de los pocos aspectos positivos de América Latina durante la pandemia: en medio del alarmante número de víctimas que el covid-19 causó en la región, el auge de la tecnología proporcionó un raro rayo de luz.
La inversión de capital de riesgo en compañías en Latam aumentó más del triple en 2021, alcanzando los 15 mil 700 millones de dólares (mdd). Esta cifra es superior al total combinado del Sudeste Asiático, África y Medio Oriente, según la Asociación Mundial de Capital Privado.
En una región famosa por sus abultados márgenes bancarios, no es de extrañar que las fintech de América Latina fueran las principales beneficiarias, captando 39 por ciento de todos los flujos de inversión, según la Asociación de Inversión de Capital Privado en América Latina (LAVCA).
Sin embargo, la región se encuentra ahora en una encrucijada. Nicolas Szekasy, cofundador de Kaszek, cree que el efecto de la pandemia probablemente será temporal. “La tendencia ya estaba ahí, pero la forma de la curva cambió en 2020, 2021 y 2022. Definitivamente, ahora se ve diferente”, dice.
El directivo destaca algunas de las inversiones de Kaszek, como la brasileña Nubank. La compañía salió a la bolsa de Nueva York en diciembre con una capitalización de mercado de más de 40 mil mdd. Otra es el primer unicornio de México, Kavak, que recibió una valoración de más de 8 mil mdd en una ronda de financiamiento en 2021.
Sin embargo, a medida que se endurecen las condiciones crediticias en todo el mundo, las startups de la región tendrán que luchar más por los fondos.
Mientras tanto, los gobiernos podrían ayudar impulsando la inversión en banda ancha. Hay poderosas razones para hacerlo: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó el año pasado que la inversión de 68 mil 500 mdd para cerrar la brecha digital de la región crearía hasta 15 millones de puestos de trabajo e impulsaría el crecimiento del PIB en 7.7 por ciento.
Para que el auge de la tecnología en Latam pueda dar un impulso duradero, los gobiernos deberían promover una mayor inversión en banda ancha. Esto ayudará a garantizar que los avances digitales que se consiguieron durante la pandemia no se desaprovechen en los próximos años.
srgs