La inflación general de Estados Unidos subió ligeramente en julio respecto a junio, un incremento menor de lo esperado que respalda los argumentos a favor de que la Reserva Federal debe mantener estables las tasas de interés en su próxima reunión de política monetaria en septiembre.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por su sigla en inglés) informó que el índice de precios al consumidor (IPC) subió 0.2 puntos porcentuales en su comparación mensual, igualando el aumento de junio. La tasa anual subió a 3.2 por ciento en julio, desde el 3 por ciento del mes anterior, algo que marcó el ritmo más lento desde marzo de 2021.
El ligero aumento de la tasa general anual de inflación no sugiere una aceleración significativa del indicador, sino que refleja los denominados efectos de base relacionados con los datos suaves que se presentaron en julio del año pasado.
La inflación subyacente, que excluye los componentes volátiles de alimentos y energía, aumentó 0.2 por ciento durante el séptimo mes del año, la misma tasa que el mes anterior. La cifra anual fue de 4.7 por ciento, un ritmo más lento que en junio y el nivel más bajo desde octubre de 2021.
Las cifras mensuales tanto de la inflación general como de la subyacente estuvieron en línea con las expectativas de los analistas encuestados por Refinitiv, mientras que los datps anuales se ubicaron ligeramente por debajo de los pronósticos.
Después de la publicación de los datos, los operadores del mercado de futuros aumentaron las apuestas a que el banco central de Estados Unidos mantendrá estables las tasas de interés durante su reunión de septiembre, situando la probabilidad de una pausa en 91 por ciento.
“Estoy animado por los datos. Esto mantiene a la Reserva Federal en pausa para septiembre. El IPC, el informe de empleo de la semana pasada y los datos del ICE (Índice del Costo de Empleo) sugieren que la Fed puede hacer una pausa”, comentó David Kelly, estratega jefe global de JPMorgan Chase.
Después de alcanzar una tasa máxima de 9.1 por ciento el verano pasado, la inflación general se ha ido acercando al objetivo de 2 por ciento que fijó la Reserva Federal; sin embargo, la inflación subyacente se mantiene obstinadamente alta, lo que ejerce presión sobre el banco central estadunidense para mantener las tasas de interés más altas durante más tiempo.
El informe de julio, en particular la mejora de la inflación subyacente, puede aliviar la presión sobre la Reserva Federal para que siga subiendo las tasas de interés este año.
En un año y medio, la Fed ya subió las tasas de interés desde niveles cercanos a cero hasta máximos de 22 años, entre 5.25 y 5.5 por ciento. El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo el mes pasado que el banco central decidirá sobre nuevos incrementos de las tasas reunión por reunión.
Los costos de alojamiento, asociados a la vivienda fueron los que más contribuyeron a la cifra mensual, representando más de 90 por ciento del aumento de julio. Los precios de la vivienda y los alquileres se han enfriado en general en los últimos meses, y se espera que las mejoras al final se reflejen en los datos.
“Aunque la inflación del alojamiento es rígida, el IPC retrasa aproximadamente un año el mercado de alquileres. Por tanto, sabemos que el IPC de la vivienda se moderará notablemente en lo que queda de año”, dijo Ryan Sweet, economista jefe para EU de Oxford Economics.
La reacción de los mercados a los datos fue sólida: subieron al inicio, después de la publicación de los datos, pero entraron en territorio negativo durante las operaciones de la tarde luego de una subasta de bonos a 30 años más débil de lo esperado. El índice S&P 500 de primera clase cerró con una ligera alza de 0.03 por ciento, mientras que el Nasdaq Composite de tecnología pesada ganó 0.1 por ciento. Ambos índices tuvieron su primera sesión positiva en tres días.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años, que se mueve con las expectativas de la tasa de interés, cambió de rumbo a 0.04 puntos porcentuales a 4.84 por ciento.
“Está claro que el proceso desinflacionario va por buen camino. Esto eleva las probabilidades de que la Fed no suba las tasas en septiembre”, dijo Kristina Hooper, estratega jefe de mercados globales de Invesco.