LinkedIn sucumbe ante reglas de censura china insostenibles

La red social de profesionistas cerró en la nación asiática ante las críticas y el control del Partido Comunista por su bloqueo al contenido de periodistas de EU

La firma acumuló 54 millones de usuarios en ese país, lo que lo convirtió en su tercer mercado más grande en el mundo. Greg Baker/AFP
Consejo Editorial
Londres /

Hay algo inevitable en la decisión de LinkedIn de “poner fin” a su sitio global en China. Como el último de los grandes sitios de redes sociales occidentales en operar allí, siempre existirá una tensión para una compañía estadunidense de tecnología que propugnaba la libertad de expresión y, sin embargo, censuraba el contenido de los periodistas y activistas críticos del Partido Comunista de China. A pesar de esta inevitabilidad —y el lamentable sinsentido corporativo y mensajes mixtos utilizados por LinkedIn para describirlo— la salida del sitio de redes de contacto profesionales del mercado chino, en su forma actual al menos, es un momento significativo.

LinkedIn no es el único que trata de manejar esa tensión. Apple elimina aplicaciones del iPhone en China que pueden tener problemas con el partido; la semana pasada bloqueó una app del Corán y HSBC quedó atrapado entre el Departamento de Justicia de EU y Pekín sobre Huawei. Para algunos, las concesiones para seguir operando en China serán financieramente necesarias; para LinkedIn se volvieron insostenibles.

Esas concesiones giraron en torno a las reglas de censura de China, que LinkedIn acordó cumplir cuando ingresó al mercado en 2014, a pesar de que la firma prometió su compromiso con la libertad de expresión. A primera vista, esa flexibilidad ética valió la pena: acumuló 54 millones de usuarios en China, lo que lo convirtió en el tercer mercado más grande de LinkedIn en el mundo. Su relativo éxito en ChinaTwitter y Facebook están bloqueados desde hace tiempo y Google se retiró en 2010— pudo ser una de las razones por las que Microsoft sintió que valía la pena pagar 26 mil millones de dólares por LinkedIn en 2016.

Pero la censura se ha vuelto más onerosa, ya que el Partido Comunista ejerce control sobre las firmas de tecnología nacionales y su contenido y elimina cualquier señal de disidencia. LinkedIn incumplió las reglas a principios de año y tuvo que intensificar el bloqueo de contenido, incluido el de periodistas de EU. Esto provocó el oprobio de los políticos estadunidenses, y un senador republicano lo calificó de “un acto de sumisión a la China comunista”. Ese tipo de críticas solo se iban a multiplicar si LinkedIn se quedaba.

Su matriz recorre un camino igual de peligroso. Microsoft no hizo amigos en Pekín cuando se ofreció a comprar las operaciones estadunidenses de TikTok. Su reciente asociación con un proveedor taiwanés de iPhone para introducirse en redes privadas 5G y competir con Huawei tampoco será bien recibida por Pekín.

La salida de LinkedIn de China es solo parcial; seguirá operando un sitio de trabajos simplificado. El impacto en los ingresos de LinkedIn, que genera a través de la venta de anuncios y membresías premium, es menos claro, ya que no da a conocer un desglose regional. Sin embargo, el mercado chino representa solo 2 por ciento de los ingresos globales de Microsoft.

China pierde poco. Sus espías pueden seguir usando LinkedIn. La retirada de la red refleja una postura aislacionista de China, agravada por las restricciones de la pandemia que siguen dificultando los viajes. Las señales de un debilitamiento económico solo van a aumentar el deseo del Estado de jalar las palancas de control. La elección de las empresas occidentales entre promover los derechos humanos y las utilidades en China será aún más dura. 



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