Liz Truss realizó un importante giro de 180 grados al desechar los planes de eliminar la tasa de impuestos máxima de 45 peniques, después de enfrentarse a la creciente revuelta de los legisladores conservadores, encabezados por los ex ministros del gabinete Michael Gove y Grant Shapps.
Los inversionistas compraron libras y bonos del gobierno británico después del cambio de política. Ayer la libra regresó al nivel en el que se encontraba antes de que el gobierno anunciara su plan de recorte de impuestos el mes pasado.
Después de insistir el domingo en que el controvertido plan para suspender la tasa de 45 peniques seguiría adelante, Truss llegó a la conclusión, tras conversar con su equipo de alto nivel, de que no tenía ninguna posibilidad de ser aprobado por la Cámara de los Comunes.
Ayer el ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, confirmó que abandonaba el plan que presentó en su “mini” presupuesto de hace 10 días para reducir los impuestos del 1 por ciento más rico de Gran Bretaña; la tasa de 45 peniques se aplica a los ingresos de más de 150 mil libras.
En un discurso ante la conferencia del Partido Conservador en Birmingham, Kwarteng dijo sobre el cambio de rumbo: “Ha sido duro, pero necesitamos enfocarnos en el trabajo que tenemos enfrente. Tenemos que avanzar. No más distracciones. Tenemos un plan y tenemos que seguir adelante y cumplirlo”.
Refiriéndose al caos del mercado que siguió a su comunicado fiscal, Kwarteng señaló: “Sé que el plan que se presentó apenas hace 10 días provocó un poco de turbulencia. Lo entiendo. Estamos escuchando y hemos escuchado”.
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La libra cerró la jornada con un alza de 1 por ciento frente al dólar; sin embargo, se situó en su nivel más bajo frente a la divisa estadunidense hace una semana, después de que Kwarteng anunció el paquete de recortes fiscales de 45 mil millones de libras financiado con deuda.
El precio de la deuda del gobierno británico subió después del anuncio, por lo que el rendimiento de los bonos a 10 años cayó 0.14 puntos porcentuales, para llegar a 3.95 por ciento, después de que alcanzó un máximo de casi 4.6 por ciento durante los alborotos del mercado de la semana pasada.
La marcha atrás de Kwarteng aumentará la preocupación de los conservadores de que él y Truss perdieron el control del gobierno y de la economía.
Aunque el costo de la supresión de la tasa de impuestos máxima solo sería de entre 2 mil y 3 mil millones de libras al año, algunos legisladores conservadores la consideraron una muestra de un gobierno que parece perder el contacto con los votantes.
Un ministro del gabinete cercano a Truss dijo: “Es una decisión muy dolorosa, pero no teníamos otra opción. No había forma de sacar adelante el Presupuesto”.
Truss y Kwarteng celebraron conversaciones de emergencia el domingo en Birmingham, de acuerdo con fuentes del gobierno, tras enfrentarse a una creciente rebelión de los conservadores que declararon en público que votarían contra la medida de los 45 peniques.
Otro ministro de alto nivel indicó: “La política de esto fue espantosa y me sorprende que la idea durara tanto”.
El domingo, Gove se puso al frente del motín de los conservadores a causa del recorte fiscal, al decir que era un error en un momento en que “la gente está sufriendo”.
Otro diputado conservador que representa a un escaño de la clase trabajadora calificó de “desquiciada” la idea de rebajar los impuestos a los ricos mientras se planean recortes en los servicios públicos.
Kwarteng declaró en BBC Breakfast que el gobierno descartó la medida para enfocarse en el plan de crecimiento.
“Lo que quedó claro al hablar con muchas personas en todo el país, con los ministros del parlamento, con los votantes, con los electores, es que la tasa de 45 peniques se estaba convirtiendo en una distracción en lo que era un plan muy sólido”, dijo.
Kwarteng dijo que llevaba 12 años en el Parlamento y que es normal que el gobierno escuche a la gente y cambie de opinión. Insistió en que no piensa renunciar.
“Estuvimos hablando con toda una serie de partes interesadas y nos pareció que el tema de los 45 peniques estaba ahogando una fuerte intervención sobre la energía, los recortes fiscales para la gente en general”.
El ex jefe de la bancada, Julian Smith, acogió con satisfacción el cambio: “Kwasi Kwarteng y Liz Truss escucharon. Una fiscalidad justa es clave para que el gobierno siga adelante con su trabajo”.
Después de dar marcha atrás en el plan de los 45 peniques, Kwarteng y Truss estarán bajo presión para revertir otras propuestas de recortes fiscales sin financiamiento que hicieron un agujero en las finanzas públicas.
Entre ellos se encuentra una reducción de 13 mil millones de libras en la seguridad social, que beneficia sobre todo a los votantes más acomodados, y un plan de 17 mil millones para revertir el aumento del impuesto corporativo, una política que no es prioritaria.
La canciller en la sombra, Rachel Reeves, dijo que los conservadores “destruyeron su credibilidad económica”.