Jerome Powell reiteró su defensa de la reciente decisión de la Reserva Federal de abstenerse de elevar las tasas de interés en una audiencia de gran importancia en el Congreso, pero dio señales de un mayor endurecimiento al decir que la batalla contra la inflación aún no termina.
Powell, presidente del banco central de Estados Unidos, dijo a los miembros del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que saltarse un alza la semana pasada fue “prudente” al tener en cuenta “hasta qué punto y la rapidez” con la que la Fed elevó su tasa de referencia desde marzo de 2022. En poco más de un año, el costo del dinero pasó de ser de casi cero a un rango de entre 5 y 5.25 por ciento.
Los “efectos plenos de la restricción monetaria” tardarán en hacerse patentes, señaló Powell en el primero de los dos días de comparecencias semestrales ante el Congreso. También subrayó que el endurecimiento de los estándares crediticios después de la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) en marzo puede provocar “vientos en contra” para la economía.
Sus comentarios se producen después de la última reunión de política monetaria de la Fed, en la que los funcionarios optaron por mantener las tasas estables después de 10 alzas consecutivas, con el fin de evaluar mejor cuánto más tendrá que subir el banco central los costos de endeudamiento para controlar la alta inflación.
La semana pasada, Powell calificó la medida de “razonable” y “de sentido común”, al verse obligado a explicar la decisión de la Fed de hacer una pausa en lo que se ha convertido en la campaña de endurecimiento de la política monetaria más agresiva de las últimas décadas, en un momento en el que la preocupación por la inflación se mantiene descontrolada.
A pesar de que en la última reunión se mantuvieron sin cambios, los funcionarios de la Fed señalaron, en el último “diagrama de puntos” de proyecciones individuales, su apoyo a dos alzas más de las tasas de un cuarto de punto este año. Y Powell dio a entender entonces que la primera de ellas puede producirse ya en la próxima reunión de política monetaria de julio.
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De llevarse a cabo ambos aumentos, la tasa de interés de los fondos alcanzará entre 5.5 y 5.75 por ciento. No se esperan recortes hasta 2024.
Ayer Powell dijo que saltarse un alza de las tasas al tiempo que señalaba la necesidad de elevar los costos de endeudamiento es “totalmente coherente”.
“El nivel al que subimos las tasas es en realidad una cuestión distinta de la velocidad a la que nos movemos”, dijo. “Al principio del proceso, la velocidad era muy importante; ya no es tan importante ahora”. Powell justificó la necesidad de un mayor endurecimiento al decir que “las presiones inflacionarias se mantienen elevadas, y el proceso de volver a ubicar la inflación en 2 por ciento tiene un largo camino por recorrer”.
En los últimos pronósticos, los responsables de las políticas de la Fed revisaron a la baja sus expectativas sobre la rapidez con que la inflación subyacente, que excluye precios de alimentos y energía, se va a desacelerar este año. La mayoría espera que se modere hasta 3.9 por ciento a finales de año, 0.3 puntos porcentuales más de lo previsto en marzo. En los últimos meses ha rondado en 4.7 por ciento.
Más tarde añadió que las dos alzas de tasas señaladas por el diagrama de puntos son “una estimación bastante buena de lo que ocurrirá” si la economía evoluciona como se espera.
Los legisladores demócratas presionaron a Powell sobre el dolor económico vinculado a los esfuerzos de la Fed para acabar con la inflación, y la demócrata de mayor rango en el comité, Maxine Waters, de California, dijo que hacer una pausa fue la decisión correcta.
La mayoría de los funcionarios de la Fed esperan ahora un crecimiento más robusto este año que hace tres meses, según las proyecciones publicadas la semana pasada, pero aún se prevé que el desempleo alcance un máximo de casi un punto porcentual por encima de su nivel actual de 3.7 por ciento. Un aumento de esa magnitud suele asociarse a una recesión.
Mientras, los republicanos se centraron en cambios en el aparato regulador de la Fed a raíz de las quiebras bancarias de este año. Patrick McHenry, presidente de la comisión de la Cámara de Representantes, instó a la Reserva Federal a mantener su “determinación” en la lucha contra la inflación. También criticó las fallas en la supervisión que, según él, contribuyeron a la implosión de SVB, advirtiendo de que en un momento de incertidumbre tan grave sobre las perspectivas económicas, los cambios en el enfoque regulatorio de la Fed son “lo último que necesita un sistema bancario bien capitalizado”.
Powell dijo que las normas bancarias deben ser “transparentes, coherentes y no demasiado volátiles”, pero reconoció que el episodio de SVB sugería la necesidad de una supervisión y más estricta.