Marina Berlusconi: la discreta heredera del imperio familiar

“Figura maternal”. La mayor de los cinco hijos del ex primer ministro italiano preside desde hace más de dos décadas el holding Fininvest, valorado en 4 mil mdd, y ahora suena como una clara sucesora política

La empresaria estableció una alianza con la pareja de su padre. Andreas Solaro/AFP
Silvia Sciorilli Borrelli
Milán /

Todos los lunes de los últimos 30 años, Marina Berlusconi y su hermano Pier Silvio hablaron de negocios y política durante la cena con su padre y su entorno más cercano en su residencia de las afueras de Milán.

Esta semana no se celebró esa cena en Villa San Martino, una finca del siglo XVIII. En su lugar, a Marina, la mayor de los cinco hijos de Silvio Berlusconi, la despertó una llamada al amanecer de la última pareja de su padre, Marta Fascina, que le dijo que el tres veces primer ministro y magnate de los medios de comunicación estaba en sus últimas horas y que debía acudir rápido al hospital, de acuerdo con personas cercanas a la hija. Esa misma mañana lo declararon muerto.

Marina, de 56 años, que preside desde hace más de dos décadas el holding familiar Fininvest, valorado en 4 mil millones de euros, estableció una improbable alianza con la pareja de su padre, de 33 años, legisladora de su partido, Forza Italia, y que llevaba junto al octogenario desde 2020.

Las dos mujeres, que el miércoles se tomaron de la mano y se mostraron visiblemente angustiadas durante el funeral de Estado de Berlusconi, eran asiduas a las cenas de los lunes, en las que también participaban el ex secretario del gabinete Gianni Letta y el amigo de la infancia Fedele Confalonieri, que preside el grupo de medios de la familia, Mediaset, que dirige el director ejecutivo Pier Silvio.

Marina, una figura maternal, alguna vez fue descrita por Berlusconi como la mujer que había ocupado el lugar de su querida madre Rosa después de su fallecimiento en 2008. Su nombre vuelve a sonar desde la muerte de Berlusconi como una clara sucesora política, pero sus asesores y confidentes dicen que su reciente participación en los debates políticos entre bastidores se debe solo a su deseo de “proteger” a su padre enfermo. Después de una hospitalización en abril, el médico dijo que desde hace tiempo luchaba contra la leucemia.

El ex primer ministro, según una persona cercana a la familia, a menudo le pedía a Marina que se presentara como candidata al Parlamento para sucederle al frente del partido. “Pero ella le repetía que el liderazgo de un partido político no es algo que se pueda heredar como una compañía”, dijo la fuente.

La “estrecha y afectuosa relación” de Marina con Fascina, de acuerdo con un confidente cercano, también estuvo motivada por su deseo de aislar al anciano magnate de los “buitres políticos”. Fascina “estaba absolutamente dedicada a Silvio”, dijo el confidente. “Marina confiaba más en ella que en los aliados políticos de su padre”, afirmó Lorenzo Castellani, profesor de la Universidad Luiss.

Antigua directora de relaciones públicas del club de futbol AC Milan, propiedad de Berlusconi hasta 2017, Fascina ascendió en las filas del partido y renovó sus altos cargos con el apoyo de Marina.

En un ejemplo de los esfuerzos coordinados entre la hija y la novia, lograron limitar el acceso a Villa San Martino de la asesora política más cercana a Berlusconi, Licia Ronzulli, de acuerdo con los analistas.

Ronzulli, antiguo miembro del Parlamento Europeo y legislador de Forza Italia, fue durante años el miembro más influyente del partido junto al ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani.

Pero después de varios contratiempos políticos que provocaron tensiones públicas entre Berlusconi y la primera ministra, Giorgia Meloni, en los primeros días de su gobierno, Marina y Fascina aconsejaron al magnate de edad mayor que expulsara a Ronzulli de su círculo íntimo.

Marina tomó cartas en el asunto para restablecer los lazos con Meloni, con quien mantiene desde entonces una estrecha relación de trabajo, según personas cercanas a ambas mujeres.

Se espera que utilice esta nueva conexión para asegurar el control de su familia sobre el imperio de medios, que se extiende más allá de la televisión a la industria editorial y la producción y tiene dificultades con los cambios estructurales de la industria y el aumento de la competencia de las plataformas de streaming. La adquisición en 2016 por parte del competidor francés Vivendi, que la familia Berlusconi calificó de “hostil”, puso de manifiesto esos problemas, aunque desde entonces se han revertido.

Con posibles nuevas ofertas de adquisición entre bastidores, se espera que Marina desempeñe un papel decisivo a la hora de aprobar o bloquear esos intentos, dijo Castellani.

Marina está casada con el ex bailarín de ballet Maurizio Vanadia y tiene dos hijos, uno de los cuales lleva el nombre de su padre. Ella y sus cuatro hermanos poseen cada uno entre 7 y 8 por ciento de Fininvest. El holding controla también la editorial Mondadori y la entidad de crédito Banca Mediolanum.

Berlusconi fue el que garantizó la deuda de Forza Italia y ahora el partido le debe 90 millones de euros, según su tesorero Alfredo Messina, lo que significa que el partido podrá enfrentarse a la quiebra si los herederos, todos donantes desde hace mucho tiempo, decidieran recuperar ese dinero. “La salud financiera de Forza Italia depende de Marina y sus hermanos”, dijo Castellani.

Nacidos del primer matrimonio de Berlusconi con Carla Elvira Dall’Oglio, a la que conoció en una parada de tranvía de Milán, Marina y Pier Silvio heredarán la mitad de la participación de 60 por ciento que Berlusconi tiene en Fininvest. Los hijos de su segundo matrimonio con la actriz Veronica Lario —Barbara, Eleonora y Luigi— heredarán a partes iguales el 30 por ciento restante.

Esta distribución le daría a Marina y Pier Silvio un mayor control sobre la compañía familiar, que dirigen desde hace años. En un comunicado, Fininvest indicó que habrá una “continuidad” absoluta tras la muerte de su fundador.

Una de las personas cercanas al holding dijo que el fallecido ex primer ministro actuó con cautela para evitar rencillas familiares por el dinero tras su muerte.

“Estaba conmocionado por las luchas internas de la familia Agnelli y quería evitarlas a toda costa”, dijo la persona, en referencia a la batalla legal en curso entre los herederos de la fortuna del fabricante de automóviles Fiat.

El patrimonio de Berlusconi incluye propiedades en todo el mundo, yates, el equipo de futbol de Monza y otros activos por valor de 2 mil millones de euros adicionales, que también se repartirán entre sus hijos y —si ella está incluida en el testamento— Fascina, con quien no estaba legalmente casado.

“Marta ha supervisado todo, incluso en el frente político”, señaló otra persona cercana a Fininvest. “Marina está muy agradecida por lo que ha hecho por su padre”, agregó la fuente.

Fascina ayudó al ex primer ministro a lo largo de todos los ingresos hospitalarios, incluido el último. “Entró en el hospital con Silvio y solo salió con él”, añadió el confidente.

En mayo, cuando Berlusconi salió del hospital por una puerta trasera, se pudo ver a Fascina en un video dando un codazo a los guardias de seguridad para que protegieran a su débil pareja de los paparazzi escondidos en la copa de un árbol.

Atrás quedaron los días en que Berlusconi, entonces primer ministro en activo, acaparó los titulares en todo el mundo por sus fiestas “bunga bunga”. Este año, un tribunal lo absolvió de cualquier delito en el caso de las mujeres menores de edad, algo que representó un enorme alivio para la familia. Luego de esta decisión, Marina declaró que las “acusaciones eran infames y carecían de fundamento”.

La mayor preocupación ahora busca la forma de asegurar una paz duradera dentro de la familia ampliada de Berlusconi, su imperio empresarial y su debilitado partido político.

“Todos son conscientes de que, en última instancia, todo depende de Marina, la matriarca de la familia Berlusconi”, declaró un confidente.
Financial Times Limited. Declaimer 2021


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