International Airways Group (IAG), la matriz de British Airways, hizo un pedido de 200 aviones Boeing 737 Max en un importante voto de confianza en el modelo, que permanece en tierra después de dos accidentes mortales.
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El acuerdo, con un valor estimado de 24 mil millones de dólares (mdd) a precio de lista, pone fin a una sequía de pedidos para Boeing desde el segundo accidente mortal de un Max en Etiopía en marzo. Más de 300 personas murieron en los dos accidentes, los cuales se relacionaron con un software de control de vuelo en el Max.
Todavía no hay un calendario para el momento en el que el modelo volverá a los cielos y Boeing aún tiene que presentar formalmente una solución de software al regulador de aviación de EU.
Pero Willie Walsh, director ejecutivo de IAG, dijo a los reporteros en la firma de una carta de intención en el Salón Internacional de la Aeronáutica y del Espacio de París que tenía “toda la confianza” en Boeing y espera que el Max “regrese con éxito al servicio en los próximos meses”.
Walsh, un expiloto de 737, dijo que voló el Max en un simulador y que tuvo experiencia con el MCAS, el Sistema de Aumento de Características de Maniobra, que desempeñó un papel en los dos accidentes. Dijo que “no dudaría en subir a bordo de un Max mañana”, pero agregó que su regreso al servicio estaría “sujeto a una revisión rigurosa por parte de los reguladores”.
Aunque el pedido tiene una valoración de 24 mil mdd a precios de lista, IAG recibirá descuentos. Los analistas sugirieron que el valor real del acuerdo podría ser de alrededor de 11 mil millones de dólares.
El acuerdo de Max con IAG es doblemente significativo porque, aunque IAG opera desde hace mucho tiempo aviones de doble pasillo de Boeing, como el 747, la flota actual de aviones de pasillo único de la aerolínea es casi exclusivamente de la familia de aviones A320 de Airbus.
“Lo que estamos haciendo, nos estamos asociando con la marca Boeing”, dijo Walsh. “Es una marca en la que confío y seguiré haciéndolo. El avión es una aeronave producida por una compañía de clase mundial. Lo he dicho constantemente”.
Las ferias aeronáuticas suelen ser el momento en que Boeing y su rival europeo Airbus compiten en una batalla pública por pedidos, pero París comenzó lentamente para el grupo estadunidense, que hizo que hacer que el Max regrese a surcar los cielos de forma segura sea su prioridad.
Boeing había anunciado previamente un pedido de Korean Air para 30 aviones 787 Dreamliner. Air Lease Corporation anunció por separado un acuerdo para comprar cinco Dreamliners. Mientras tanto, Airbus continuó recibiendo pedidos y compromisos para su nuevo A321XLR de larga distancia, incluyendo los de Cebu Pacific y Saudi Arabian Airlines.
Bajo los términos del acuerdo con Boeing, IAG comprará una mezcla de aviones 738 Max 8 y 737 Max 10 que se entregarán entre 2023 y 2027. Walsh dijo que el avión encaja “muy bien con nuestra operación en Gatwick”, donde volará con British Airways, Vueling y una aerolínea francesa llamada Level. La carta de intención que se firmó el martes queda sujeta a un acuerdo final.
Cuando se le preguntó cómo podrían reaccionar los pasajeros, Walsh dijo que confiaba en que “la gente va a entender el proceso por el que pasó la aeronave” para volver a los cielos.
Los aviones serán impulsados por motores Leap fabricados por CFM, una empresa conjunta entre GE y la francesa Safran.
En declaraciones al Financial Times antes de que se anunciara la noticia del acuerdo de IAG, Philippe Petitcolin, director ejecutivo de Safran, dijo que esperaba que el Max volviera a volar “en algún momento durante el verano”, pero agregó que dependía de los reguladores.
Boeing redujo la producción del avión a mediados de abril de 52 a 42 por mes, pero Safran siguió produciendo a la velocidad original para ponerse al día con los retrasos de producción anteriores. Petitcolin dijo que el fabricante de motores ya se puso al día y que en promedio produce 25 motores por semana. Dijo que no esperaba tener que reducir la producción debido a la extendida puesta en tierra del avión.
MRA