Los precios de los borgoñas de gama alta cayeron 14.4%, mientras que los champanes añejos bajaron 9.8% debido a las altas tasas de interés y una menor demanda de los compradores chinos
Los inversionistas en vinos finos se quedaron con poco por lo que brindar este año, después de que los precios de los borgoñas de gama alta y los champanes añejos cayeron drásticamente debido a la disminución de la demanda de los compradores chinos.
El precio del borgoña cayó 14.4 por ciento este año hasta finales de noviembre, según el índice Burgundy 150 de la bolsa de vinos Liv-ex. El champán añejo bajó 9.8 por ciento, mientras que un índice amplio de burdeos perdió 11.3 por ciento.
Las caídas marcan un segundo año difícil consecutivo para el mercado de vinos finos, que en 2023 fue golpeado por tasas de interés más altas —que hacen que los activos sin rendimiento como el vino sean menos atractivos para los inversionistas— y la disminución de la demanda de Asia, un importante comprador de vino tinto francés.
“Ha sido muy duro”, dijo Gregory Swartberg, director ejecutivo de la compañía de inversión en vinos con sede en Londres Cru Wine. “Noviembre (de 2024) fue uno de los peores meses del año. Todavía no salimos del peligro”.
El índice general Fine Wine 100 de Liv-ex cayó 9.2 por ciento éste año hasta finales de noviembre, mientras que las acciones a escala mundial subieron 20 por ciento durante el mismo periodo.
Las pérdidas contrastan con el auge del mercado durante la pandemia. Aunque los restaurantes cerraron durante los confinamientos, los inversionistas minoristas, repletos de ahorros y con tiempo libre, se volcaron a comprar.
Los patrones meteorológicos inusuales relacionados con el cambio climático —clima cálido a principios de la temporada de cultivo, al que le siguieron heladas brutales que mataron los brotes— también limitaron la oferta de vino nuevo.
Las ganancias fueron tan grandes que los precios del champán añejo y el borgoña incluso superaron en ocasiones los rendimientos de los mercados de valores que se dispararon y las acciones del sector de tecnología.
Sin embargo, hay algunos en la industria que creen que los precios subieron demasiado y muy rápido, lo que preparó el mercado para una caída.
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“Este mercado bajista fue una corrección que debía llegar desde hace tiempo después de uno alcista sin precedente durante la pandemia”, señaló Callum Woodcock, director ejecutivo de la plataforma de inversión en vinos WineFi.
El mercado también fue muy golpeado por la caída de la demanda de los compradores chinos, que en los últimos años prefirieron vinos de Borgoña de gama alta, pero que ahora pisan el freno al consumo, ya que la economía nacional se tambalea.
Los inversionistas que en los últimos años compraron activos alternativos como el vino como una manera de diversificar sus carteras se vuelven más renuentes al riesgo debido a las perspectivas económicas inciertas, aseguró Tom Gearing, director ejecutivo de la compañía de inversión Cult Wines y anteriormente finalista de la versión británica de The Apprentice.
Entre los vinos de renombre que sufrieron este año se encuentran Carruades de Lafite de Château Lafite Rothschild, cuya cosecha 2021 registra un descenso de 29 por ciento este año a mil 640 libras por una caja de 12 botellas, según Liv-ex. Su cosecha 2012 cayó 42 por ciento a mil 740 libras.
Entre los borgoñas, el Bonnes Mares Grand Cru 2020 de Domaine Georges Roumier bajó 44 por ciento a 11 mil 529 libras esterlinas por caja. La cosecha 2015 de la casa de champán Louis Roederer ya cayó 17 por ciento.
Sin embargo, puede venir un escenario peor. Algunos expertos de la industria apuntan a las ventas de los coleccionistas asiáticos, que dicen que está deprimiendo aún más los precios en la región. Muchos productores europeos temen que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, imponga aranceles comerciales, como lo hizo con algunas importaciones de vino europeo durante su primer mandato.
Además, la llamada campaña en primeur (a futuro, antes de ser embotellado) de la industria del vino de Burdeos, un festival anual de primavera donde los críticos califican los vinos nuevos y se pueden comprar antes del embotellado, resultó en gran medida infructuosa. Esto a causa de que los compradores a menudo descubrieron que, en lugar de comprar lo que en realidad es un futuro de vino, simplemente podían adquirir vinos maduros que ya estaban embotellados en el mercado secundario a un precio más bajo.
Los productores de la región se enfrentan ahora al reto de cómo fijar el precio de la campaña en primeur del año próximo, que incluirá la cosecha 2024. Después de una mezcla no deseada de moho, fuertes lluvias y temperaturas más frías, esta es “una cosecha absolutamente terrible en todos los aspectos”, según Tom Burchfield, director de inteligencia de mercado en Liv-ex.
Michael Saunders, director ejecutivo de Coterie Holdings, propietaria de la comercializadora de vinos Lay & Wheeler y del almacén de vinos Coterie Vaults, y que estuvo recientemente en Burdeos para reunirse con productores y distribuidores, dijo: “Hay un ligero ambiente de desconcierto en cuanto a cuál es el curso de acción correcto”.
A pesar del estado de ánimo generalizado de pesimismo en gran parte de la industria, algunos inversionistas utilizan las caídas de precios de este año como una oportunidad para comprar cosechas de mayor calidad con tarifas de ganga.
Swartberg, de Cru Wine, dijo que ha estado comprando y aconsejando a sus clientes que compren Krug 1996 y Dom Pérignon 1996, que describe como “cosechas fenomenales” de champán y que cree que les irá bien debido a la escasez de oferta.
Entre los vinos de Burdeos, compró cosechas de 2000, 2005 y 2009 de vinos como Château Angelus y Château Cheval Blanc, y adquirió borgoñas más recientes de Domaine Romanée Conti, Rousseau y Dujac.
“Cada vez más personas empiezan a aprovechar al máximo las condiciones actuales del mercado”, dijo. “Hace dos años era inaudito comprar estos vinos a estos precios”.