Los atentados en Israel aumentaron los temores de que ocurra un conflicto más amplio en Medio Oriente, incluso una tercera guerra mundial. Algunos lo califican como el momento más peligroso de los últimos tiempos, con las amenazas que se ciernen desde Rusia, China, Corea del Norte e Irán.
Pero los mercados financieros en gran medida reaccionaron con moderación a la conflagración que se gesta en Gaza. El índice de referencia S&P 500 apenas se movió desde el ataque de Hamás del 7 de octubre. Incluso los mercados de valores más cercanos a la zona de combate, desde Arabia Saudita hasta Egipto y los países del Golfo, experimentan retrocesos moderados. En los mercados de bonos todavía no se produce ninguna huida hacia la seguridad, y tampoco se produjo mucho drama en los precios del petróleo.
Es como si los mercados estuvieran convencidos de que el conflicto no llegará a los peores temores, como suele ocurrir en las crisis geopolíticas. En los días posteriores a los atentados del 11-S en Estados Unidos (EU), muy citados como similares a los del 7 de octubre en Israel, EU estaba en alerta roja ante la posibilidad de una repetición. El S&P 500 registró un descenso de 12 por ciento. Pero esa fase pasó rápidamente, el índice recuperaría todas sus pérdidas para el 11 de octubre. El mismo patrón se puede rastrear mucho antes.
Como grupo, los inversores parecen reaccionar de manera diferente a las crisis que los individuos. Para las personas, la historia se recuerda mejor de lo que se vive. La mente suele olvidar los momentos de incertidumbre y recordar el pasado como si fueran buenos tiempos.
La mente colectiva del mercado reconoce el riesgo geopolítico como una constante histórica y encuadra los momentos tensos en ese contexto. ¿Está claro que Medio Oriente es más precario ahora que durante cualquiera de las grandes conflagraciones que se produjeron allí desde la Segunda Guerra Mundial y que Rusia es una potencia peligrosa?
El mercado se inclina por no apresurarse a emitir juicios. La comprensión de las crisis geopolíticas como una constante histórica estabiliza los mercados en medio de la tormenta. La mente colectiva a menudo parece hacer evaluaciones más equilibradas y desapasionadas de las amenazas. El mensaje que envían es que nuestros peores temores no se harán realidad.
RPG