México estudia la forma de apretar a los bancos del país para obtener más ingresos fiscales, ya que recurre a un sector dominado por los grandes prestamistas españoles y estadunidenses para ayudar a tapar un agujero en las finanzas públicas.
Las autoridades debaten una serie de medidas de recaudación en diversos sectores para reducir el déficit fiscal que, según las previsiones, dejará este año el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador.
Las opciones que se discuten para los bancos incluyen restringir las deducciones fiscales, e incluso aplicar un impuesto extraordinario sobre las utilidades, aunque esfuerzos como este último que requieren un cambio en la ley son poco probables por ahora, dijeron tres personas familiarizadas con las discusiones.
“Hay margen para cobrar más impuestos a los bancos”, dijo una de las personas.
Si Claudia Sheinbaum, aliada de López Obrador desde hace mucho tiempo y favorita para las elecciones presidenciales de junio, gana la votación, se enfrentará a una intensa presión para controlar el déficit fiscal más alto del país desde la década de 1980 y poner las finanzas en una senda sostenible.
En una entrevista concedida este mes a Financial Times, no descartó la posibilidad de subir los impuestos, pero dijo que cualquier cambio debe esperar hasta que su equipo asuma el poder y analice las cuentas con más atención.
El próximo gobierno de México podrá aumentar los ingresos sin engorrosos cambios a la ley al limitar algunas deducciones fiscales. Una persona familiarizada con las discusiones señaló que un ejemplo puede ser limitar la capacidad de los bancos para compensar las contribuciones al sistema de seguro de depósitos de México contra los impuestos.
Otra de las deducciones más importantes del sector son las pérdidas relacionadas con la inflación por mantener posiciones de efectivo, aunque los expertos dijeron que eso requerirá cambios legales políticamente más difíciles.
La Secretaría de Hacienda de México y el equipo de campaña de Sheinbaum no quisieron hacer comentarios.
Las tasas de interés más altas ayudaron a los bancos mexicanos a generar utilidades récord de 273 mil millones de pesos (16 mil 200 millones de dólares) el año pasado, con un rendimiento promedio sobre el capital del 18.5 por ciento, de acuerdo con los datos del regulador, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
El sector bancario de México está dominado por entidades extranjeras. BBVA, de España, el banco más grande del país, obtuvo casi la mitad de sus utilidades en México el año pasado, mientras que Santander, otro español, obtuvo allí 13 por ciento de sus ingresos globales.
Francisco Riquel, analista de Alantra Equities, dijo que cualquier aumento en la carga tributaria de BBVA “complicará” su oferta hostil totalmente en acciones para comprar al rival español Banco Sabadell al reducir sus utilidades y, a su vez, el precio de sus acciones.
BBVA y Santander pagan un impuesto extraordinario sobre sus operaciones en España que impuso el gobierno del país liderado por los socialistas, pero están tratando de anular el impuesto en los tribunales. Riquel calcula que el impuesto español le cuesta a cada banco alrededor del 3 por ciento de las utilidades del grupo.
Otros bancos con grandes operaciones en México incluyen a Banorte y Banamex del grupo estadunidense Citi.
López Obrador, un nacionalista de izquierda cuyo mandato de seis años termina en septiembre, ha sido un crítico del papel de España, una antigua potencia colonial, en la economía de México, pero en gran medida dejó intacto el sector financiero durante su mandato, al considerarlo importante para la economía en general.
Muchos bancos, a su vez, se han cuidado de no enfrentarse a él. En la convención bancaria, que se lleva a cabo anualmente, que se realizó el mes pasado, dijo: “Me han tratado muy bien, con respeto, y creo que ha sido mutuo”.
Pero al final de su presentación mostró una diapositiva del Secretario de Hacienda con las utilidades individuales de cada banco antes de bromear: “No vamos a exponer a nadie… bájalo, rápido” ante un público que se reía.
El movimiento puso de manifiesto la vulnerabilidad del sector en un momento en el que México hace un esfuerzo más amplio para sanear sus finanzas públicas. La recaudación fiscal del país es la más baja de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con solo 16.9 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2022, en comparación con el promedio de 34 por ciento.
Sin aumentar los impuestos, la autoridad fiscal de López Obrador adoptó un enfoque más agresivo en la aplicación de la ley, en particular con las grandes empresas, lo que provocó quejas en privado sobre tácticas de extorsión.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) mantiene una tensa disputa con el sector de seguros después de declarar que las aseguradoras ya no pueden deducir el impuesto al valor agregado (IVA) de las indemnizaciones y deben pagar miles de millones con carácter retroactivo.
La regulación bancaria vigente en el país se elaboró a raíz de la grave crisis financiera de 1994 y pretendía dar prioridad a una fuerte capitalización frente al fomento del crédito o la competencia.
En los últimos años, varios países europeos han aplicado impuestos a las ganancias extraordinarias de los bancos, con el argumento de que las altas tasas de interés les reportaron utilidades extraordinarias, mientras que los consumidores sufren de un encarecimiento del coste de la vida. Los líderes del sector argumentan que estos gravámenes puntuales perjudican a la economía en general.
Ángel Escalante-Carpio, socio principal de impuestos del bufete de abogados CMS WLL, dijo que cualquier cambio debe llevarse a cabo a través de reformas legales en lugar de reinterpretaciones unilaterales de las normas, con el fin de ser coherentes en todos los sectores y ofrecer seguridad a las empresas.
No obstante, añadió que las normas actuales sobre deducciones bancarias están desactualizadas y que las altas utilidades del sector crearon mucho “ruido” en torno a esta cuestión.
“El próximo gobierno… tendrá que buscar nuevas fuentes de ingresos”, dijo. “Un cambio en el sector bancario parece que podría ser una de las principales”.