México resiste presión de la UE para ratificar el pacto comercial

Mientras el comisionado europeo, Valdis Dombrovskis, señala que la 4T “se toma su tiempo”, un asesor del presidente López Obrador asegura que están “listos para suscribir” el convenio

Héctor Vasconcelos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. O. HOYOS
Sam Fleming, Andy Bounds y David Agren
Ciudad de México /

México se resiste a las presiones de la Unión Europea para firmar un tratado comercial que se acordó hace cuatro años, alegando que los cambios jurídicos recién propuestos por Bruselas van a desacelerar el proceso de aprobación.

El comisionado de Comercio de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo que los funcionarios mexicanos “se están tomando su tiempo” después de que Bruselas introdujo modificaciones que reflejan la estructura que se utilizó en un acuerdo entre el bloque y Chile que se concluyó el mes pasado. El mercado único espera que estos ajustes faciliten la ratificación del acuerdo, pero México teme que esto quiera decir que el convenio requiera varias fases de aprobación.

“En las últimas semanas le propusimos a México una posible solución sobre la arquitectura jurídica de este acuerdo global modernizado”, dijo Dombrovskis.
“Creemos que es una buena solución, que también toma en cuenta algunas de las preocupaciones de México”, agregó. “Actualmente estamos esperando la su respuesta final al respecto. Estamos listos para avanzar con el acuerdo tan pronto como recibamos esa respuesta”.

Héctor Vasconcelos, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de México y un asesor cercano del presidente de izquierda Andrés Manuel López Obrador, negó que la nación estuviera retrasando el acuerdo comercial: “Estamos listos para ratificarlo en cualquier momento porque consideramos que este asunto (el acuerdo comercial) está cerrado”.

“La posición de México es que no es necesario separar el acuerdo en partes. Debe aprobarse tal y como lo acordaron (al inicio) las comisiones negociadoras”, dijo, y agregó que los cambios pueden requerir una renegociación.

México quiere que las disposiciones sobre cuestiones como un régimen modernizado de protección de las inversiones se apliquen en cuanto entre en vigor el acuerdo de reducción de aranceles, pero la Unión Europea es partidaria de retrasarlas. Esto se debe a que los parlamentos nacionales deben votar a favor de ellas, además del Parlamento Europeo. Los gobiernos nacionales pueden aprobar acuerdos exclusivamente comerciales.

La Unión Europea ha tenido dificultades para concluir convenios completos desde su Acuerdo Económico y Comercial Global con Canadá en 2016. Ese pacto aún no ha sido ratificado por 10 de los 27 Estados miembros, que se oponen a los capítulos de protección de las inversiones que otorgan a las empresas el derecho a buscar compensación de los gobiernos, aunque parte del acuerdo se aplica de forma provisional. Por esto, Bruselas impulsó convenios “divididos” para que puedan reducirse los aranceles aunque los parlamentos nacionales se opongan a las disposiciones más amplias.

Bruselas espera firmar un acuerdo con México y permitir que se aplique la parte comercial mientras los capítulos más complicados esperan la ratificación de los parlamentos nacionales, como se hace en el modelo de Chile.

La Unión Europea fue el mayor mercado de exportación de México después de Estados Unidos en 2021. Importó 23 mil 400 millones de euros en bienes procedentes de México, con exportaciones por un total de 37 mil 700 millones de euros. En 2020, las empresas de la Unión Europea invirtieron 176 mil millones de euros en el país.

México también está a punto de beneficiarse del nearshoring, ya que las empresas trasladan la producción de China al continente americano. En un informe del Banco Interamericano de Desarrollo se calcula que las exportaciones de América Latina y el Caribe pueden aumentar en 78 mil mdd al año por el traslado de operaciones.

Dombrovskis afirmó que la Unión Europea quiere diversificar el comercio y utilizar los acuerdos para evitar “dependencias estratégicas” de los países, como ocurrió con el gas procedente de Rusia.

“Después de la agresión a Ucraniay la postura ambigua por parte de Chinaal respecto, es evidente que hay que reevaluar nuestra política hacia la nación asiática”, señaló, y añadió que Bruselas “seguirá colaborando con China, pero sin ingenuidad y administrando adecuadamente los riesgos”.
Financial Times Limited. Declaimer 2021


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