Bigtechs están ganando la guerra por el talento

FT MERCADOS

El acuerdo de Microsoft con la startup Inflection es la señal de que las grandes compañías de tecnología están asegurando gran parte del personal con habilidades en IA.

Los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, varios países nórdicos y Corea del Sur se han convertido en importadores netos de científicos de IA.
John Thornhill
Ciudad de México /

Llámenlo la variación Nadella. Puede sonar a jugada diabólica en una partida de ajedrez, pero en realidad es un término útil para describir la última táctica corporativa calculada por Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft.

Las compañías de tecnología a menudo intentan robarse a los equipos de empleados inteligentes mediante las denominadas “acquihires” (contratación por adquisición): adquirir una startup para contratar a su personal. El nuevo giro en la novela de Nadella consiste en contratar al personal y olvidarse de la compañía.

Esta semana, Microsoft anunció que contrató a dos de los tres fundadores de Inflection, que alguna vez fue una de las startups de Inteligencia Artificial (IA) más prometedoras de Estados Unidos (EU), así como a muchos de sus 70 empleados.

Mustafa Suleyman y Karén Simonyan ahora pasarán a dirigir Microsoft AI, que asumirá la responsabilidad de los servicios de inteligencia artificial orientados al consumidor de la compañía, incluidos su chatbot Copilot, su motor de búsqueda Bing y su navegador Edge.

La última fiebre de contrataciones de Microsoft, tras su inversión de 13,000 millones de dólares (mdd) en OpenAI y su más reciente asociación con la francesa Mistral, pone de manifiesto la intención de la empresa de aliarse con nuevas y ambiciosas startups de IA y dominar el mercado. También fue uno de los primeros patrocinadores de Inflection.

La hiperactividad de la compañía, aderezada con una gran bombo y platillo de los inversionistas sobre la IA, le ayudó a Microsoft a resurgir como la compañía pública más valiosa del mundo, con un valor de mercado de 3.1 billones de dólares, más que todas las compañías que cotizan en el índice FTSE 100 de Londres juntas. Una vez más, Microsoft dejó a su archirrival Google comiendo polvo.

EL DATO...

3.1 billones de dólares

Es el valor de mercado de Microsoft.

En la cima de la pirámide

El movimiento de Microsoft demuestra la pugna por los mejores investigadores entre las compañías de tecnología más grandes del mundo, que se juegan sus derechos en la futura economía de la IA.

Incluso los ingenieros relativamente noveles de las principales compañías de investigación que están desarrollando modelos básicos de IA, como OpenAI, DeepMind y Anthropic, pueden alcanzar salarios de siete cifras y son bombardeados con ofertas de trabajo cada vez que ingresan a LinkedIn. Los ingenieros más experimentados pueden ganar hasta 10 mdd.

“No hay duda de que existe una enorme guerra de talentos”, dice Jordan Jacobs, socio director de Radical Ventures, con sede en Toronto, que ya invirtió en alrededor de 50 startups de IA alrededor del mundo. “En la cima de la pirámide están las personas capaces de construir modelos fundacionales y hacerlos vibrar. Hay muy pocas personas que puedan hacerlo con eficacia y hay organizaciones que les pagarán una auténtica fortuna por conseguirlo”.

Pero también es una señal más de que la economía emergente de la IA probablemente estará dominada por los gigantes estadunidenses de tecnología, que cuentan con el dinero, el capital humano y la infraestructura de computación en la nube necesarios para entrenar los modelos fundacionales más avanzados, como el GPT-4 de OpenAI y el Gemini de Google.

Estados Unidos domina la competencia mundial por el talento en Inteligencia Artificial. Fuente: Zeki Research.

Suleyman es una contratación valiosa pero controvertida para Microsoft. Voz destacada de la revolución de la IA, fue uno de los tres fundadores de DeepMind, la compañía pionera de investigación de IA con sede en Londres que Google compró en 2014.

Dice que le entusiasmó la oportunidad de unirse a Microsoft para llevar servicios de IA a más de mil millones de usuarios de manera responsable. “Mi visión de cómo se desarrolla esto es que todos tendrán una IA personal de confianza y confiable que los haga más inteligentes y productivos”, declaró al Financial Times esta semana. “Creo que será una colaboración genial”.

Sin embargo, Suleyman tiene un pasado accidentado. Dejó DeepMind en 2019 después de una investigación independiente sobre acusaciones de hostigamiento y acoso en su contra. Suleyman se disculpó públicamente por su comportamiento y dijo en una entrevista grabada que “realmente metió la pata” y que fue “muy exigente y bastante despiadado”.

Su experiencia también se centra en el desarrollo de productos y las políticas, más que en la investigación. Pero con Simonyan, el otro cofundador y científico jefe de Inflection, Microsoft obtiene uno de los mejores investigadores de IA del mundo. Como científico principal de DeepMind, ayudó a crear su potente modelo AlphaZero y luego formó un impresionante equipo de investigadores en Inflection. Parece probable que la mayoría de ellos sigan a Simonyan en Microsoft.

Kevin Scott, director de tecnología de Microsoft, dice que la gente de Inflection que se unirá a Microsoft tiene muy buena sensibilidad para crear productos basados en IA y hacerlos “encantadores y útiles” para diferentes aplicaciones. “Solo se necesita mucho talento”, dice.

No está claro en qué situación queda Inflection, alguna vez considerada una de las startups de IA más interesantes y con mejores recursos del mundo después de que lanzó un chatbot conversacional llamado Pi el año pasado.

EL DATO...

Mil 300 mdd recaudó Inflection de varios inversionistas corporativos y personales destacados,

como Microsoft, Nvidia, Bill Gates y Reid Hoffman.

En junio, Inflection recaudó mil 300 mdd de varios inversionistas corporativos y personales destacados, entre ellos Microsoft, Nvidia, Bill Gates y Reid Hoffman, que fue el tercer cofundador de Inflection pero es más conocido como cofundador de LinkedIn y ocupa un lugar en el Consejo de Administración de Microsoft.

Sin embargo, el chatbot de Inflection no ha logrado ganarse a los usuarios y, a falta de un modelo de negocio viable, el poco personal que le queda ahora buscará vender su tecnología a clientes empresariales. En un análisis de las estimaciones de tráfico de la startup para febrero, el analista independiente del sector de tecnología Ben Thompson escribió en su influyente boletín que las “cifras de uso relativamente flojas”, especialmente al tener en cuenta el costo de entrenar sus modelos, son “catastróficas”. En su evaluación, Inflection es una “empresa fallida”.

Según Inflection, tanto la empresa como sus inversionistas se beneficiarán de un nuevo acuerdo de licencia con Microsoft. Los accionistas también saldrán beneficiados y recuperarán más del capital invertido, dice la compañía.

Una red interconectada

En otra época, las grandes compañías de tecnología podrían haber comprado directamente una startup como Inflection, pero en la actualidad parecen reacias a lanzar ofertas públicas de adquisición, dado el activismo antimonopolio de la administración de Biden.

En vez de eso, Microsoft, Google, Nvidia y Amazon se encuentran entre los inversionistas más activos en startups de IA, y a menudo intercambian acceso a potencia informática y microchips sofisticados por una participación financiera en estas compañías.

El surgimiento de esta red interconectada de empresas y startups ya atrajo el escrutinio de los reguladores. En enero, la Comisión Federal de Comercio de EU (FTC, por sus siglas en inglés) inició una investigación sobre cinco compañías de tecnología que operan en este campo. “Nuestro estudio arrojará luz sobre si las inversiones y asociaciones realizadas por empresas dominantes hacen que se corra el riesgo de distorsionar la innovación y socavar la competencia justa”, escribió la presidenta de la FTC, Lina Khan.

Amba Kak, directora ejecutiva del AI Now Institute y antigua asesora de la FTC, dice que es alentador que los reguladores ya se encuentren investigando esta concentración de poder corporativo. La atención se va a centrar en las estructuras de mercado que puedan ahogar la competencia, más que en las preocupaciones antimonopolio más tradicionales sobre el perjuicio a los consumidores.

“No se va a tratar de ver quién tiene el mejor modelo, sino quién tiene la mejor infraestructura y la mejor plataforma de juego con acceso al consumidor”, dice Kak. “Inflection y Mistral son los percebes en el casco de los grandes grupos de tecnología”.

Algunos inversionistas de capital riesgo se sentirán decepcionados si no pueden dar salida a sus inversiones en startups mediante ventas comerciales, como han hecho en el pasado. Aun así, muchos siguen encantados de financiar startups que exploran las estribaciones de la industria de la inteligencia artificial. Mientras que las grandes compañías de IA se enfocan en construir modelos fundacionales de varios usos, las startups pueden ayudar a responder a las necesidades comerciales más específicas de las empresas que son sus clientes.

“Escribir un poema sobre tu perro con la voz de Donald Trump requiere un modelo de inteligencia artificial enorme. Pero si te enfocas en el lado empresarial, entonces puedes entrenar un modelo mucho más pequeño y hacer que funcionen mejor para una necesidad empresarial concreta”, dice Jacobs, de Radical Ventures. “Estamos en el principio de un gran ciclo de sustitución para cada bit de software que se haya escrito en la próxima década”.

La competencia por este nivel de talento es intensa. El fondo de Jacobs cuenta con un equipo interno especializado que recorre el mundo en busca de expertos en IA para incorporarlos a las empresas de su cartera. Algunos países, como Canadá, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos, también fijan la mira en prometedoras startups de IA en Europa y las tientan para que se reubiquen.

Sin embargo, aunque las cinco compañías de tecnología de EU con mucho dinero --Amazon, Apple, Google, Meta y Microsoft-- pueden parecer ser las mejor posicionadas para atraer a los mejores talentos, no todos quieren trabajar para una compañía gigante en la costa oeste. La variación Nadella tiene sus límites.

La compañía de investigación Zeki, que le da seguimiento a los 140 mil científicos e ingenieros de IA más destacados en 20 mil empresas en más de 90 países, detectó un deseo cada vez mayor entre muchos de trabajar fuera de EU. También se sienten atraídos por empresas más tradicionales del sector de atención de salud, bancario o de fabricación, o quieren unirse a una startup.

Los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, varios países nórdicos y Corea del Sur se han convertido en importadores netos de científicos de IA, y son más los que se trasladan a sus países para trabajar que los que salen de ellos. Algunos campeones industriales nacionales, como Siemens en Alemania, Samsung en Corea del Sur y ASML en los Países Bajos, también se han convertido en grandes empleadores de ingenieros de IA.

En general, las 10 mil pequeñas empresas de la base de datos de Zeki contratan más talentos destacados en IA que las cinco grandes juntas. “La historia más grande y más lenta es la de las arenas movedizas debajo de las cinco grandes a medida que el mundo de la inteligencia artificial se profundiza y se diversifica fuera de EU”, dice Tom Hurd, cofundador de Zeki.

A pesar de que hasta ahora ya abandonó el barco de dos grandes compañías de tecnología después de cofundar dos startups de IA, Suleyman cree que todavía hay muchas oportunidades para las pequeñas empresas que pueden “ir superrápido, ser creativas e inventar cosas que las empresas más grandes ni siquiera pensaron que sería posible”.

“Es hipercompetitivo en ambos extremos del espectro”, dice. “En las pequeñas startups, todos están imparables en términos de creatividad. Y al final, todos se van a enfrentar allí también. Creo que es un momento tremendamente competitivo para trabajar en tecnología”.

Información adicional de Madhumita Murgia y Camilla Hodgson.

PRL










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