Los fiscales de Fráncfort obligaron a Deutsche Bank a pagar 15 millones de euros por deficiencias en los controles de lavado de dinero, pero abandonaron una investigación criminal por sospecha de evasión fiscal en el banco más grande de Alemania.
La decisión, que anunció la fiscalía, pone punto final a una investigación criminal de alto perfil que sacudió la confianza de los inversionistas y socavó la garantías del banco de que abordó las malas prácticas anteriores y mejoró sus funciones de control.
La investigación se centró en posibles malas prácticas de una antigua unidad de Deutsche en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal offshore.
“Los fiscales no encontraron ningún caso de mala conducta criminal por parte de los empleados de Deutsche Bank después del registro de nuestra oficina en Frankfurt en noviembre de 2018”, dijo el viernes un portavoz de Deutsche, y agregó que la investigación tuvo un “fuerte impacto” en el banco el año pasado.
En noviembre de 2018, la sede de Deutsche y varios locales más del banco fueron allanados durante dos días por 170 policías armados en busca de evidencias de presuntas irregularidades.
A raíz del registro del año pasado, que incluyó las oficinas de los miembros del consejo de administración, las acciones de Deutsche cayeron a nuevos mínimos históricos y sus costos de financiamiento se dispararon. Como resultado, en diciembre de 2018, el director ejecutivo del banco, Crhistian Sewing, comenzó a preparar una renovación estratégica radical, que se anunció este verano y que incluyó el recorte de 18 mil puestos de trabajo.
La investigación criminal se centró en una pequeña filial de Deutsche con sede en las Islas Vírgenes Británicas llamada Regula que llamó la atención por encontrarse en los denominados Panama Papers.