Si Netflix fuera un personaje de lucha libre profesional, tendría el papel de villano. La empresa anunció el martes que consiguió los derechos de transmisión de Raw, el programa estelar de la WWE. Le pagará a TKO, matriz de la WWE, 5 mil millones de dólares por 10 años. El acuerdo con Netflix convertirá al servicio de streaming en una página en la que van a aterrizar diversos contenidos de la WWE. El precio representa un fuerte aumento con respecto al actual acuerdo de Raw con USA Network de Comcast.
Y lo que es más importante, esto marca la entrada de Netflix a la costosa programación en vivo, un área que evitó durante mucho tiempo. Las noticias y los deportes eran los únicos contenidos que mantenían a flote la televisión “lineal” tradicional como modelo de negocio. De los 100 programas de mayor audiencia en Estados Unidos (EU), los partidos de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL) representan 90 por ciento, por ejemplo.
La WWE, propiedad de Vince McMahon, recibirá su dinero. Pero la pregunta es si la audiencia de Raw va a migrar a una plataforma de pago que cobra al menos 7 dólares al mes. Después de todo, aunque el corte del cable (cuando se cancela la suscripción a la televisión por cable) mermó la audiencia de la televisión de paga, todavía hay cerca de 50 millones de hogares que pagan por la televisión por cable o satélite.
Hace tiempo que se espera un punto de inflexión en el que el streaming acabe con el consumo tradicional. Netflix apuesta a que ese momento ya llegó.
La empresa de streaming alcanzó el acuerdo de Raw desde una posición de relativa fortaleza. Sus acciones están muy por debajo del máximo histórico que se alcanzó en 2021, pero que aumentaron más del doble desde su mínimo. El crecimiento del número de suscriptores regresó gracias a la ofensiva en contra del uso compartido de las contraseñas de la plataforma. Su margen operativo ahora se ubica en 20 por ciento gracias al nuevo nivel de costo, que incluye publicidad.
Dependiendo del año, Netflix gasta alrededor de 15 mil millones de dólares en la adquisición de programación. Evitó los deportes en vivo, tanto por su elevado costo como por las dificultades técnicas y culturales de combinar el streaming y los deportes. El buffering puede arruinar la experiencia del espectador; el streaming sigue considerándose predominantemente un servicio sobre demanda, no por programación.
El tabú está desapareciendo rápidamente. Hace poco, la NFL transmitió un partido de los playoffs en el servicio Peacock de NBC, que cuesta 6 dólares al mes. Los aficionados se quejaron, pero más de 20 millones de usuarios vieron el partido, una cifra importante, aunque inferior a la de una transmisión en televisión lineal.
Amazon Prime también invierte en los derechos de las Grandes Ligas de Beisbol. Las acciones de TKO subieron 15 por ciento el martes pasado, sobre su valor de mercado de 2 mil millones de dólares.
La National Basketball Association (NBA) es la próxima gran liga deportiva que quiere firmar un nuevo contrato con los medios. La liga de basquetbol tendrá que encontrar la combinación adecuada de transmisiones lineales y por streaming para mantener a los espectadores a bordo. Pero el acuerdo con la WWE sugiere que la NBA podría estar lista para una gran victoria.
DJR