Cuando el coronavirus (covid-19) empezó a propagarse por China a principios de 2020, Noubar Afeyan, presidente de Moderna, recibió una llamada telefónica. Era su director ejecutivo diciéndole que altos funcionarios de salud pública le preguntaron si la tecnología experimental de administración de vacunas de biotecnología podría ayudar a combatir el virus.
La solicitud llegó en un momento incómodo para esta compañía farmacéutica y de biotecnología de una década de antigüedad, que apenas unos días antes había presentado a los inversores un programa de trabajo que se enfocaba en una serie de otros medicamentos. Todavía no tenía productos aprobados ni ingresos significativos: 8.4 millones de dólares (mdd) en los tres meses hasta el 31 de marzo de 2020, la mitad que en el mismo periodo del año anterior.
Desviar recursos hacia un virus que todavía no se consideraba una amenaza mundial era un riesgo calculado. Pero la perspectiva intrigaba a Afeyan y a su director ejecutivo, Stéphane Bancel. En la llamada acordaron que se unirían a lo que se convirtió en una carrera mundial para desarrollar una vacuna contra el covid-19.
“No sabíamos que el coronavirus iba a ser algo tan importante, pero sabíamos que nuestra plataforma de ARNm estaba adaptada de forma única para una ejecución muy rápida”, dice Noubar Afeyan. La llamada telefónica “fue un debate intenso”.
El giro de Moderna para hacer frente al covid dio sus frutos. En 11 meses desarrolló y fabricó una vacuna llamada Spikevax, que salvó millones de vidas, ayudó al mundo a salir del confinamiento y transformó a la compañía estadounidense en un grupo biofarmacéutico de 60,000 mdd.
Este éxito, y otros esfuerzos similares de su rival alemana BioNTech y Pfizer, demostraron el potencial del ARN mensajero —un material genético que transporta mensajes desde nuestro ADN a las células productoras de proteínas dentro del cuerpo— para crear vacunas. Moderna ahora desarrolla decenas de vacunas contra enfermedades como el VIH o el cáncer.
Este avance convirtió a Afeyan en multimillonario y animó al empresario de 59 años a crear Flagship Pioneering, una incubadora de biotecnología única que inventa, financia y desarrolla su propia tecnología.
Fundada en 1999 por Afeyan, Flagship ha ayudado a lanzar más de 70 compañías. Algunos inversores creen que está revolucionando el proceso de emprendimiento en biotecnología, vinculando la investigación fundamental con la experiencia empresarial y la inversión. Moderna es el éxito más famoso de Flagship, pero Afeyan ya fundó decenas de empresas. 12 de las 41 empresas actuales de Flagship cotizan en bolsa, entre ellas Denali Therapeutics, una compañía de biotecnología para tratar enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
“No sabíamos que el covidiba a ser algo tan importante, pero sabíamos que nuestra plataforma de ARNm estaba adaptada de forma única para una ejecuciónmuy rápida”
Afeyan afirma que Flagship se centra en muchas ideas diferentes a la vez, en lugar de un solo proyecto, de forma similar a los inversores de capital riesgo. Para lograrlo, Afeyan y el equipo de Flagship, compuesto por 300 científicos, banqueros, ejecutivos y demás personal, comienzan el proceso planteando una serie de preguntas del tipo “qué pasaría si” relacionadas con la ciencia básica. Cuando dan con una idea que podría convertirse en un negocio viable, aseguran los derechos de propiedad intelectual —el año pasado Flagship Pioneering presentó más de 400 patentes— e invierten entre 1 y 2 mdd para probar el modelo de negocio antes de crear una empresa.
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Muchas startups de Flagship no tienen progresos antes de ser eliminadas por el equipo en un “proceso evolutivo darwiniano” para seleccionar a los ganadores, dice Afeyan. Pero las compañías que sobreviven pueden recurrir a la reserva de capital amasada después de una recaudación de fondos de 3,400 mdd en junio de 2021.
Durante una visita a las oficinas de Flagship Pioneering en Cambridge, Massachusetts, Afeyan afirma que una parte fundamental del éxito de la compañía puede atribuirse a su singular cultura, centrada en el equipo más que en el individuo.
“El espíritu emprendedor suele consistir en la creación de héroes más que en la glorificación del proceso... pero tienes más posibilidades de éxito, puedes conseguir cosas más rápido y gastar menos dinero como organización, en lugar de como un grupo de individuos haciendo cosas heroicas”, afirma.
Bancel, el CEO, a quien Afeyan convenció para que se uniera a Moderna como director general, describe a su presidente como un “hombre del renacimiento”: una “mezcla única” de científico, hombre de negocios y emprendedor. “La mayoría de la gente piensa en Noubar como un capitalista de riesgo, pero ante todo es un emprendedor”.
Afeyan afirma que su herencia armenia, el hecho de crecer como niño en un Beirut devastado por la guerra, y su condición de inmigrante en Estados Unidos (EU) perfeccionaron su espíritu emprendedor. Su tía abuela fue una de las influencias más significativas en su vida. “Vivió el genocidio (armenio) y a sus hermanos (uno de ellos es el abuelo paterno de Afeyan) se los llevaron para matarlos, no una sino dos veces...la razón por la que estoy aquí es que ellos escaparon esa segunda vez”, dice Afeyan.
Atribuye a un encuentro fortuito con David Packard, cofundador de Hewlett-Packard, a mediados de la década de 1980, el mérito de haberle inspirado para crear una compañía de instrumentos para la industria de biotecnología. Unos años más tarde, Afeyan fundó PerSeptive Biosystems, que vendió por 360 mdd en 1997, lo que le proporcionó el capital necesario para fundar lo que en la actualidad es Flagship Pioneering.
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Noubar Afeyan describe la dirección del Consejo de Administración de Moderna durante la carrera por desarrollar una vacuna contra el covid-19 como una sucesión de “grandes retos”. Sin embargo, la ciencia del ARNm, que es el aspecto que más entusiasma a la gente, no se encuentra, dice, entre los tres principales retos debido a la década de investigación realizada por los científicos.
Poner en marcha y manejar ensayos clínicos con 30,000 personas en un tiempo récord fue una prueba mucho más grande. Los otros retos fueron producir más de 1,000 millones de dosis de la vacuna cuando antes no se habían fabricado más que unos cuantos miles, y garantizar que no se cerraran otros programas de trabajo.
También se presentaron otros contratiempos. En mayo, el director financiero de Moderna, Jorge Gómez, abandonó su puesto después de apenas un día en el cargo, cuando se supo que su antiguo empleador, el fabricante de equipos dentales Dentsply Sirona, estaba investigando a antiguos altos directivos por sus informes financieros.
Los retos de Moderna todavía no terminan, ya que aún tiene que demostrar a los inversores que puede utilizar su plataforma de ARNm para desarrollar otros medicamentos. Al preguntarle si Moderna debería seguir siendo una compañía de un solo producto biofarmacéutico, responde “tonterías”.
“No puedo decirles qué fármacos de nuestra plataforma de ARNm se van a aprobar primero... pero estoy muy seguro de que algunos de los 46 candidatos a fármacos de nuestra línea de proyectos tendrán éxito”, dice.
GAF