Nvidia se convirtió en el primer fabricante de chips en alcanzar una valoración de un billón de dólares, liderando una oleada de entusiasmo en Wall Street por las empresas que se están beneficiando de los últimos avances en inteligencia artificial (IA).
Sus acciones subieron más de 4 por ciento hasta alcanzar 406.1 dólares en las primeras operaciones en Nueva York y cerraron la jornada bursátil con un alza de 2.99 por ciento, a 401.1 dólares por acción, después de que el lunes su director ejecutivo, Jensen Huang, presentó una nueva supercomputadora y alcanzó nuevas alianzas en materia de inteligencia artificial con empresas como WPP y SoftBank.
Estos movimientos generaron un nuevo impulso después de que Nvidia impresionó a los inversionistas y analistas la semana pasada, proyectando que sus ventas tendrán un aumento de 11 mil millones de dólares en los tres meses que terminan en julio, lo que supera los pronósticos anteriores de Wall Street en más de 50 por ciento.
Nvidia, con sede en Silicon Valley, empezó a operar hace 30 años enfocándose en el nicho de mercado de los gráficos 3D por computadora. Sus chips alimentan aplicaciones de inteligencia artificial como ChatGPT, el innovador chatbot de OpenAI, mientras las compañías de tecnología y los proveedores de computación en la nube se apresuran a actualizar la tecnología de sus centros de datos para lo que Jensen Huang declaró el lunes como “el punto de inflexión de una nueva era informática”.
Los chips de alta potencia como el H100 de Nvidia son esenciales para crear sistemas de inteligencia artificial generativa capaces de crear textos e imágenes muy parecidos a los que producen los humanos. Esta herramienta tecnológica promete desatar nuevas herramientas de productividad, pero también amenaza con destruir puestos de trabajo en sectores como los medios y la educación.
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La capitalización de mercado de un billón de dólares que alcanzó Nvidia la ubica en el selecto grupo de acciones estadunidenses que dominan grandes compañías del sector tecnológico, entre las que se encuentran Apple, Microsoft, Amazon y Alphabet, la empresa matriz de Google.
Meta, matriz de Facebook e Instragram, alcanzó el hito de la capitalización de un billón de dólares en junio de 2021, cuando aún no cambiaba su nombre corporativo, pero cayó por debajo del umbral apenas unos meses después. Amazon se convirtió en noviembre en la primera empresa pública en perder un billón de dólares de valoración de mercado, en medio de una oleada de ventas de acciones del sector de tecnología el año pasado.
Las acciones de Nvidia perdieron la mitad de su valor durante 2022, ya que los inversionistas estaban inquietos por la desaceleración del gasto corporativo en centros de datos y la resaca de la pandemia en los mercados de juegos de azar y de criptomonedas; sin embargo, el movimiento de ayer se produjo después de un salto de 25 por ciento en los títulos del fabricante de chips la semana pasada, llevando su ganancia en lo que va de 2023 a más de 180 por ciento.
Los analistas de Jefferies calculan que los ingresos trimestrales del negocio de centros de datos de Nvidia podrán superar las ventas combinadas de las unidades centrales de procesamiento de Intel y AMD —-las tradicionales compañías confiables de los servidores que alimentan los mayores servicios de internet a escala mundial— por primera vez en ese mercado.
Por su parte, Morgan Stanley describió la mejora de las perspectivas de Nvidia la semana pasada como “el mayor aumento de ingresos en dólares de la historia del sector”, y añadió: “Simplemente no tenemos precedentes históricos de la magnitud de esta función escalonada”.
Otras compañías que se consideran que se benefician del cambio a la inteligencia artificial también vieron cómo sus acciones se disparaban este año, entre ellas Microsoft, Palantir y AMD.
Sin embargo, diversos especialistas han expresado su preocupación por el reciente ascenso de la IA. Un grupo de científicos advirtió que la herramienta tecnológica es tan poderosa que “mitigar el riesgo de extinción de la inteligencia artificial debe ser una prioridad mundial junto con otros riesgos de escala social como las pandemias y la guerra nuclear”.