Las conversaciones para enviar más gas natural estadunidense a Europa se estancaron porque los objetivos climáticos del continente desalientan a los compradores a asumir compromisos de suministro de combustibles fósiles a largo plazo, de acuerdo con dos ejecutivos del sector de energía.
Estados Unidos envió volúmenes récord de gas natural licuado a Europa durante el año pasado, con lo que ayudó al continente a evitar una catástrofe de energía después de que Moscú interrumpió la mayor parte de sus suministros de los gasoductos como parte de la invasión a Ucrania.
Pero los ejecutivos de la industria del gas estadunidense dicen que los compradores no se muestran dispuestos a asumir compromisos de nuevos acuerdos de suministro de varias décadas, necesarios para apuntalar una nueva oleada de construcción de proyectos en el Golfo de México que elevará aún más la oferta en los próximos años.
“Los compradores (europeos) temen que sus gobiernos les digan que no pueden comprar hidrocarburos dentro de 15 o 20 años”, dijo Nick Dell’Osso, director ejecutivo de Chesapeake Energy, uno de los productores de gas más grandes de EU.
Paul Varello, director ejecutivo de Commonwealth LNG, que trata de asegurar compradores para su planta de exportación propuesta en Luisiana, en la costa estadunidense del Golfo de México, dijo que también tiene dificultades para encontrar compradores europeos.
Los contratos a largo plazo, que pueden valer miles de millones de dólares durante décadas, eran necesarios para asegurar el financiamiento de los bancos para cubrir el “gigantesco costo” de la construcción de nuevas plantas de gas natural, dijo Varello.
Los europeos siguen enfocados en cubrir sus necesidades de energía para los próximos dos años, lo que crea un “desajuste” entre ellos y los productores estadunidenses, que necesitan compromisos a un plazo mucho más largo, señaló Jason Gabelman, analista de Cowen Research.
La Comisión Europea y la Casa Blanca alcanzaron un acuerdo el año pasado bajo el cual EU enviará más gas a Europa, pero solo hasta 2030. La Unión Europea quiere estar libre de emisiones netas en 2050 y sustituir el gas ruso con una enorme expansión de las energías limpias en los próximos años.
El año pasado, los compradores europeos firmaron acuerdos con promotores estadunidenses. PKN Orlen, de Polonia, firmó el mes pasado un pacto de suministro de 20 años con una planta de exportación de Texas propuesta por Sempra LNG y, en octubre, la alemana EnBW amplió un convenio con el exportador Venture Global.
Pero estos acuerdos no se han producido ni al ritmo ni a la escala que muchos predijeron. Casi un año después de la invasión a Ucrania, solo uno de los más de doce posibles proyectos de exportación de EU consiguieron suficientes compradores para comprometerse a construir sus instalaciones.
Los promotores de gas estadunidenses cambian su atención a compradores potenciales de China, Corea del Sur, India y otros países asiáticos, donde se espera que el apetito por los combustibles fósiles siga creciendo.
Pero un invierno duro en los próximos años puede cambiar la postura de Europa respecto al gas natural, añadió Varello.