El grupo, respaldado por Microsoft presenta un prototipo de herramienta de búsqueda, que fija la mira en el negocio de búsquedas de su rival, que mueve 175 mil millones de dólares (mdd) al año.
OpenAI lanza una herramienta de búsqueda en línea para competir directamente con Google, con lo que abre un nuevo frente en la carrera de la industria de tecnología para comercializar los avances en inteligencia artificial generativa.
El producto experimental, conocido como SearchGPT, al principio solamente estará disponible para un pequeño grupo de usuarios, y la compañía con sede en San Francisco abrió el jueves una lista de espera de 10 mil personas para probar el servicio.
El producto es visualmente distinto a ChatGPT, ya que va más allá de generar una única respuesta al ofrecer una barra de enlaces -similar a un motor de búsqueda- que permite a los usuarios hacer clic en sitios web externos.
SearchGPT se desarrolló con la retroalimentación de las editoriales con las que OpenAI firmó acuerdos recientemente, entre ellos News Corp, Axel Springer y Financial Times. OpenAI, que cuenta con una inversión de 13 mil millones de dólares de Microsoft -el mayor rival de Google en materia de inteligencia artificial en los últimos años- tiene el objetivo de reintegrar las funciones de búsqueda de IA en su chatbot insignia.
La medida se trata del último esfuerzo de OpenAI, que ha liderado la carrera inicial para crear potentes chatbots de inteligencia artificial, para competir con Google, que ha dominado las búsquedas en línea durante las últimas dos décadas. El auge de la inteligencia artificial generativa y la batalla por el futuro del mercado de las búsquedas podrían transformar la trayectoria de ambas empresas, ya que Google busca defender sus márgenes de utilidades mientras OpenAI busca nuevas fuentes de ingresos.
El gigante de las búsquedas creó una gallina de los huevos de oro que generó 175 mil millones de dólares de ingresos el año pasado, lo que equivale a más de la mitad de sus ventas totales. Los avances en inteligencia artificial abrieron el camino a competidores como Perplexity, una startup de dos años de antigüedad que se promociona como un “motor de respuestas” y que ya alcanzó una valoración de 1 mil mdd.
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Google ha tardado en orientar su motor de búsqueda hacia la inteligencia artificial generativa, pero en mayo los usuarios estadunidenses empezaron a ver una “descripción general de la IA” -una breve respuesta resumida generada por IA a las consultas- en la parte superior de muchos resultados de búsqueda habituales, a la que le siguen enlaces en los que se puede hacer clic intercalados con anuncios en la parte inferior.
Este tipo de resultados de búsqueda, que incluyen una “instantánea generada por IA”, son más costosos para Google que sus respuestas tradicionales porque la inteligencia artificial generativa consume más recursos informáticos.
Para OpenAI, el gran reto de las búsquedas generadas por inteligencia artificial hasta ahora es que los chatbots como ChatGPT son propensos a responder de forma imprecisa o a “alucinar” hechos, números y referencias. Esto se debe, en parte, a que los modelos altamente complejos en los que se basa el chatbot están entrenados para predecir patrones en el lenguaje, no para rastrear, indexar y extraer información en la web como hacen los motores de búsqueda tradicionales. Las descripciones generales de la inteligencia artificial de Google se han enfrentado a problemas similares. Cuando la función se implementó por primera vez en los resultados de búsqueda de EU, le dijo a los usuarios que comer piedras podría ser saludable, les aconsejaron que pegaran queso a la pizza y describieron al expresidente estadunidense Barack Obama como musulmán.
En cambio, SearchGPT “ofrecerá información actualizada de la red y, al mismo tiempo, le dará enlaces claros a fuentes relevantes”, según OpenAI. La nueva herramienta de búsqueda podrá acceder a sitios incluso si optaron por no entrenar las herramientas de inteligencia artificial generativa de OpenAI, como ChatGPT.
Las empresas de inteligencia artificial han causado polémica entre las editoriales de noticias, que acusan a las compañías de tecnología de violar los derechos de autor al extraer datos de sitios web y regurgitar secciones de artículos sin atribución.
El año pasado, el New York Times demandó a OpenAI y a su principal patrocinador, Microsoft, por “beneficiarse de la infracción masiva de derechos de autor, la explotación comercial y la apropiación indebida de la propiedad intelectual del Times”, acusaciones que OpenAI refuta.
En medio del conflicto, la startup estableció relaciones de licencia con varias editoriales, que, según dijo, hicieron pruebas y diseñaron la herramienta de búsqueda con los equipos de producto de las editoriales.
“OpenAI es consciente de que, para que la búsqueda alimentada por inteligencia artificial sea efectiva, debe basarse en información de la más alta calidad y más confiable proporcionada por fuentes de confianza”, dijo Robert Thomson, director ejecutivo de News Corp.