Pandemia por Covid-19, reto mundial ético y compartido

Reflexiones. El patógeno representa un desafío así como la depresión mundial que se avecina; el sentido práctico y las demandas de solidaridad justifican una ayuda no solo financiera sino también médica.

La primera crisis de este tipo en un siglo llega en una época de paz y riqueza. VALERY HACHE/afp
Martin Wolf
Londres /

El coronavirus solamente busca replicarse. Nosotros buscamos detener eso. A diferencia del virus, los humanos toman decisiones. Esta pandemia pasará a la historia. Pero la manera como pase le dará forma al mundo que deja detrás. Es la primera pandemia de este tipo en un siglo. Y llega a un mundo —a diferencia de 1918, cuando golpeó la gripe española— que ha estado en paz y disfruta de una riqueza sin precedentes. Deberíamos poder manejarla bien. Si no lo hacemos, este será un punto de inflexión para lo peor.  

Tomar las decisiones correctas requiere que entendamos las opciones y sus implicaciones morales. Ahora nos enfrentamos a dos conjuntos fundamentales de opciones: dentro de nuestros países y a través de las fronteras. 

En los países de altos ingresos, la mejor opción es detener la transmisión del virus de manera agresiva, pero también tenemos que decidir quién asumirá los costos de esa elección y cómo.

Algunos continúan argumentando que está mal forzar a la economía a una depresión para suprimir la transmisión del virus. Esto, sugieren, causará perturbaciones innecesarias. Si en su lugar se deja que el virus se propague con relativa libertad, podemos lograr la “inmunidad de grupo”, mantener la economía y seguir centrando los recursos en los vulnerables. 

Sin embargo, no está claro si a la economía le va a ir mejor con esta política de “mitigación” relativamente laissez faire (en completa libertad) que bajo una de “supresión” determinada. Mucho antes de los bloqueos que impuso el gobierno, muchas personas dejaron de viajar o ir a restaurantes, cines o tiendas. Una acción decisiva para suprimir el virus y la continuación de las pruebas y el seguimiento de nuevas infecciones bien puede terminar la inevitable crisis económica incluso antes de lo previsto. 

Lo que parece bastante seguro es que al sistema de salud mundial le iría mucho mejor bajo una supresión que bajo una mitigación. Bajo este último, el Equipo de Respuesta Covid-19 del Imperial College, así como los sistemas de salud de Reino Unido y EU se verían abrumados: un gran número de personas predominantemente de edad mayor morirían sin tratamiento. Era de suponer que para evitar que esto sucediera en China el gobierno suprimió el virus con tanta fuerza en Hubei. ¿Podría una calamidad sanitaria inaceptable en China ser aceptable en Reino Unido o Estados Unidos? 

Sin embargo, los críticos también tienen razón: será imposible cerrar grandes partes de nuestras economías durante mucho tiempo. Si se intenta probar la supresión, debe tener éxito rápidamente y se debe estrangular el resurgimiento del virus. Mientras tanto, los bancos centrales y los gobiernos deben tratar de mantener la mayor parte posible de la economía, preservar la mayor capacidad productiva tan intacta como sea posible y garantizar que la población, sobre todo los vulnerables, esté generosamente protegida de cualquier manera que un país considere práctico. 

La solidaridad entre los países debe ser tan fuerte como lo es internamente. La inestabilidad financiera y la recesión que se avecinan (probablemente una depresión) causarán un daño enorme en los países emergentes y en desarrollo. El FMI afirma que los inversores ya retiraron 83 mil mdd de las economías emergentes. La caída de los precios de las materias primas, de las que dependen muchos países emergentes y en desarrollo, también es profunda. 

Estos países también deben hacer frente a la propagación interna del virus y el debilitamiento de su propia demanda nacional. Su capacidad para gestionar estas presiones internas y externas es limitada. El resultado puede ser enormes desastres económicos y sociales. El propio FMI ya se enfrenta a 80 solicitudes de apoyo financiero rápido. Es probable que el total de las diferencias de financiamiento externo entre los países emergentes y en desarrollo supere con creces la capacidad de préstamo del FMI.

Estas naciones vulnerables se beneficiarán si los países de altos ingresos logran suprimir la enfermedad y rescatar sus economías. Pero esto no va a ocurrir en el corto plazo. Los países emergentes y en desarrollo van a necesitar mucha ayuda. Eso también auxiliará a la recuperación económica de cada país. El virus es un reto compartido. También lo es la depresión mundial que se avecina. El sentido práctico y las demandas de solidaridad justifican una ayuda generosa. 

Lo mismo es cierto dentro de la zona euro. La característica que define a una unión monetaria es que los miembros individuales renunciaron al seguro de autonomía fiscal y a una moneda soberana a favor de los mecanismos colectivos. Durante la crisis financiera mundial eso falló en gran medida en varios miembros. Sin embargo, en ese caso, un argumento moralista puede afirmar plausiblemente que en buena parte fue culpa suya.

Esta pandemia no es culpa de nadie. Si la eurozona no puede mostrar solidaridad en tal crisis, su fracaso no será olvidado ni perdonado. Las heridas serán profundas, quizás mortales. Sin una solidaridad visible en una crisis de la que nadie es culpable, el proyecto europeo estará moralmente, tal vez, prácticamente muerto. 

Cualquier ayuda transfronteriza no puede, además, ser estrictamente financiera. También se necesitará ayuda médica. Un paso crucial será terminar con la serie de controles de exportación que están destruyendo las cadenas de suministros médicos.  

Plagas

El coronavirus no es tan grave como las plagas que devastaron a los antepasados. Es un desafío práctico que se debe enfrentar con decisiones bien informadas, pero también es un reto ético. Debemos reconocer ambos aspectos de las decisiones que debemos tomar. 

Decisiones

Nos enfrentamos a dos conjuntos fundamentales de opciones: dentro de nuestros países y a través de las fronteras. Algunos argumentan que está mal forzar a la economía a una depresión para suprimir la transmisión del virus.

Disyuntiva 

No está claro si a la economía le va ir mejor con esta política de mitigación relativamente en completa libertad que bajo una supresión determinada.

Financiamiento

El FMI tiene 80 solicitudes de apoyo financiero rápido. Es probable que el total de las diferencias de financiamiento externo entre los países emergentes y en desarrollo supere con creces la capacidad del préstamo del Fondo.

Solidaridad

La solidaridad entre los países debe ser fuerte. La inestabilidad financiera y la recesión que se avecina causarán un daño enorme en los países emergentes y en desarrollo.


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