Las serias dudas sobre el estado de los asuntos globales en el centro turístico suizo de Davos esta semana no parecía un foro natural para la retórica grandilocuente de Donald Trump.
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Pero la reunión anual de líderes y altos ejecutivos del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) demostró ser una plataforma útil para que el presidente de Estados Unidos anuncie el desempeño económico de su nación, distrayendo la atención de los procedimientos de juicio político que se llevan a cabo en su país.
El martes, los locutores de noticias que estuvieron discutiendo sobre el escándalo de Ucrania que condujo a las audiencias de juicio político hicieron un corte para pasar a las imágenes del helicóptero presidencial de Trump que mostraba su silueta en los nevados Alpes suizos mientras volaba para dirigirse al foro.
Y horas antes del comienzo del tercer juicio político contra un presidente estadunidense desde la fundación de la república, Trump estaba ocupado diciéndole a los líderes mundiales y a los jefes ejecutivos que Estados Unidos estaba “ganando de nuevo como nunca antes”.
“Davos Man” (el hombre de Davos) —el estereotipado asistente de la élite que se preocupa por el populismo, el cambio climático y el desgaste del multilateralismo— se ha convertido en una abreviatura en los últimos años para todo lo que no es Trump. Pero eso no impidió que los delegados hablaran sobre los agentes del servicio secreto que de repente llenaron el hotel Intercontinental.
Los gerentes de fondos de cobertura intercambiaron rumores de que Trump había traído una gran cantidad de vino californiano para la cena a la que invitó a los directores ejecutivos internacionales el martes por la noche, tal vez para burlarse de los europeos temerosos de los aranceles con los que amenazó imponer a sus vinos que se importan a EU.
La especulación fue solo un ejemplo de cómo Trump llegó a dominar el debate en Davos durante la semana, y rara vez se mencionó el inicio de su juicio político en Washington.
Los ejecutivos en Davos dijeron que nadie había mencionado los procedimientos en el Capitolio en ninguna de sus reuniones. En su lugar, su enfoque estaba en el mensaje central del discurso de Trump al foro: que había convertido la economía de EU en un “gran géiser de oportunidades”.
Varios asistentes cuestionaron la selectividad de Trump de reunir solamente los hechos económicos más halagadores, con el economista Joseph Stiglitz, ganador del Premio Nobel, entregando hojas de papel que refutaban el discurso del presidente y ofrecían una gran cantidad de estadísticas más dañinas.
Pero la mayoría de los asistentes a Davos estuvieron de acuerdo con el argumento de Trump de que Estados Unidos se convirtió en el motor esencial del crecimiento global, y también apoyan los recortes de impuestos corporativos y la reversión de las regulaciones que promocionó en su discurso.
Los recortes de impuestos y la desregulación de Trump “trabajan” para expandir la economía, dijo un director ejecutivo del sector de tecnología al Financial Times.
Los asesores de otros altos ejecutivos que se reunieron con Trump dijeron que apreciaban los comentarios que él y su hija Ivanka hicieron en Davos sobre la necesidad de invertir en la recapacitación de trabajadores para la era de la inteligencia artificial.
Los miembros del consejo internacional de negocios del Foro Económico Mundial se reunieron con Trump en una recepción después de que bajó del escenario; el evento se centró en el acuerdo comercial de primera etapa que Trump alcanzó con China días antes de volar a Suiza.
La recepción “fue una vuelta olímpica en China”, dijo Julie Sweet, directora ejecutiva de Accenture. “Muchos CEOs están muy contentos con el acuerdo con China".
Trump operó en la sala con confianza, dijeron otros dos asistentes, felicitando a algunos directores ejecutivos por el alto precio de sus acciones y hablando en términos vagos con otros sobre políticas favorables a las empresas para la inmigración de personas calificadas.
Llevó su mensaje económico a una cena con los directores ejecutivos extranjeros, y le dijo a un grupo en el que se encontraba Kenichiro Yoshida de Sony y Ben van Beurden de Royal Dutch Shell que eran los “mejores hombres de negocios del mundo”. Trump se estaba codeando en el mismo momento en que John Roberts, presidente de la Corte Suprema de Justicia, abrió el juicio en el Senado del presidente estadunidense.
Pero Trump estaba relativamente callado sobre el evento más importante de su presidencia, y dijo a los periodistas en Davos que era un “fraude”.
Incluso después de que Adam Schiff, el congresista demócrata de California que encabeza el equipo de la fiscalía, pronunció sus palabras de apertura, Trump se abstuvo de lanzar sus insultos habituales al legislador.
Su única refutación a los procedimientos que determinarán si lo condenan y destituyen de su cargo por abusar de su poder y obstruir al Congreso fue un solo tuit: “¡lean las transcripciones!”.
Trump se refería a las notas de su llamada telefónica del 25 de julio de 2019 con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky que provocó la investigación que condujo a su juicio político en la Cámara de Representantes.
En Washington, los demócratas esperan que los procedimientos de juicio político impulse su caso político cuando Trump trate de ganar la reelección en noviembre. Pero en Davos había más apoyo para el punto de vista opuesto, en el que apuesta el equipo de campaña de reelección de Trump: que el impulso para destituirlo va a motivar a su base de votantes y brindará el tipo de participación que lo ayudará a ganar la Casa Blanca para cuatro años más.
Si bien muchos analistas en Washington le prestan mucha atención a la carrera presidencial demócrata, que comienza en Iowa el 3 de febrero, en el complejo turístico suizo hubo mucho menos discusión sobre política estadunidense. Para la mayor parte de la gente en Davos, los 10 meses que faltan para las elecciones están muy lejos.
CLAVES
OPTIMISMO
Horas antes de que comenzara el tercer juicio político contra un presidente estadunidense desde la fundación de la república, Trump estaba ocupado diciéndole a los líderes mundiales y a los jefes ejecutivos que EU estaba “ganando de nuevo como nunca antes”.
RUMORES
Gerentes de fondos de cobertura intercambiaron comentarios de que Trump había traído una gran cantidad de vino californiano para una cena a la que invitó a los directores ejecutivos internacionales, tal vez para recordar que amenazó con imponer aranceles a los vinos europeos.
DOMINANCIA
Las especulaciones sobre todo lo que giraba en torno al presidente de Estados Unidos fueron ejemplo de cómo éste llegó a dominar el debate en Davos durante la semana, y rara vez se mencionó el inicio de su juicio político en Washington.