La influencia que alguna vez tuvo el poderoso banco central de China disminuyó a medida que Pekín empezó a intensificar una campaña para centralizar en el Partido Comunista el control de las regulaciones financieras.
Algunas de las competencias que antes tenía el Banco Popular de China (BPC) ahora las asumieron un organismo de supervisión del partido y un renovado regulador financiero, mientras Pekín reajusta su modelo de crecimiento.
Si bien el organismo central conserva un papel vital en los mercados monetarios diarios, el rango que ocupa su gobernador dentro de la jerarquía del partido ahora es inferior al de los jefes de algunos de los bancos que el BPC solía regular.
Los analistas afirman que los cambios, que forman parte de una reorganización que lleva a cabo el presidente Xi Jinping, va a reducir la influencia del Banco Popular de China en la formulación de las políticas nacionales, así como su papel como el canal de comunicación oficial con los reguladores y mercados a escala mundial.
“Una de las principales víctimas de la nueva arquitectura financiera es el estatus del BPC que está disminuyendo”, dijo George Magnus, asociado del China Centre de la Universidad de Oxford.
Magnus añadió que “las tendencias reformistas y modernizadoras del Banco Popular de China” han sido “una especie de caballo de Troya que permitió al gobierno experimentar con la liberalización financiera… así como integrar otros mecanismos orientados al mercado (dentro de) un sistema dominado por el Estado”.
Sin embargo, ahora dejan al margen al banco central mientras China se enfrenta a un lento crecimiento posterior a la pandemia y a una creciente crisis de deuda que golpea al sector inmobiliario y a los gobiernos locales.
“El Banco Popular de China, en particular, ha sido bastante cauteloso a la hora de volver al viejo manual de inversión financiada con crédito como forma de impulsar el crecimiento”, indicó un académico extranjero que recientemente se reunió con los principales reguladores financieros de la nación asiática, donde también estuvo Pan Gongsheng, el nuevo gobernador del banco central.
Si bien el organismo financiero siempre ha operado bajo el auspicio del Consejo de Estado o gabinete de China, su autoridad en asuntos financieros estaba firmemente establecida. Se le consideró como un semillero de talentos en el aparato de formulación de políticas de China, y sus tecnócratas desempeñaron un papel clave en la configuración de las regulaciones financieras durante las últimas tres décadas.
Reformadores como el ex gobernador Zhou Xiaochuan, que dirigió el banco durante 15 años a partir de 2002, también establecieron estrechas conexiones personales con sus homólogos extranjeros, incluido el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson.
Sin embargo, desde marzo pasado, Pekín, en efecto, puso el Banco Popular de China bajo el control de un organismo de supervisión liderado por el Partido Comunista, la Comisión Financiera Central (CFC), que cuenta con casi 100 empleados que supervisan todos los asuntos financieros.
He Lifeng, el viceprimer ministro del país y nuevo zar económico y financiero, dirige la oficina de la Comisión Financiera Central, misma que tendrá voz y voto en los nombramientos de alto nivel en el Banco Popular de China. Depende de Li Qiang, primer ministro de la nación, jefe formal de la CFC y máximo funcionario de facto responsable de la economía y los asuntos financieros del país, de acuerdo con las declaraciones oficiales.
Pekín también ha creado la Administración Nacional de Regulación Financiera (NFRA, por su sigla en inglés) —una versión renovada del regulador bancario y de seguros— para supervisar todas las actividades financieras aparte de la industria de valores.
La NFRA absorberá más de mil 600 sucursales del Banco Popular de China a nivel de condado, de acuerdo con dos personas con información sobre el proceso. El organismo central tenía mil 761 sucursales de este tipo a finales de 2021.
El Banco Popular de China también ha sido objeto de una ofensiva de varios años contra la corrupción. Fan Yifei, ex vicegobernador, fue destituido de su cargo el año pasado después de ser investigado por corrupción. Sun Guofeng, jefe del departamento de política monetaria del banco central, está bajo investigación desde mayo del año pasado.
Desde entonces, el trabajo de supervisar nuevas actividades financieras, como el enormemente popular sistema de pago electrónico Alipay de Ant Group, y las malas conductas financieras se trasladaron parcialmente a la Administración Nacional de Regulación Financiera. Esto significa que las aprobaciones administrativas y la supervisión diaria de grupos como Citic y Everbright recaen en los funcionarios de la NFRA.
Como parte de la reorganización de personal, Pan, un experimentado banquero central, fue nombrado gobernador del Banco Popular de China y jefe de su partido en agosto, un nombramiento inesperado dado que estaba a punto de cumplir 60 años, la edad de jubilación no oficial para muchos funcionarios chinos.
El nombramiento de último minuto parece reflejar un proceso apresurado y desordenado, que incluso sorprendió a muchas personas de manera interna, de acuerdo con personas que trabajaron en el Banco Popular de China.
En los niveles inferiores, algunos asesores y jefes de departamentos de investigación, incluidos aquellos receptivos a las reformas orientadas al mercado, renunciaron o quedaron marginados, indicaron cuatro personas con información sobre el asunto.
Miao Yanliang, ex economista jefe de la rama comercial de la Administración Estatal de Divisas, el regulador de divisas del país bajo el Banco Popular de China, se unió a CICC, la principal corredora de valores del país, en marzo. El departamento que solía dirigir, que entregaba de manera periódica propuestas de políticas al entonces viceprimer ministro Liu He, ahora enfrenta una reforma.
Los presidentes de algunos bancos estatales, como Liao Lin, del Banco Industrial y Comercial de China; Gu Shu, del Banco Agrícola de China, y Cai Xiliang, de China Life Insurance, ahora también superan a Pan en la jerarquía del Partido Comunista. Todos estos banqueros son miembros del comité central del partido, mientras que Pan, a pesar de ser un supervisor de facto de las operaciones diarias de dichos prestamistas, no lo es.
Dada la importancia de la jerarquía en el sistema chino, esto coloca a Pan en una posición con menos influencia sobre la planeación a largo plazo de los asuntos financieros del gigante asiático. El Banco Popular de China y Safe no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Los analistas aseguran que el Banco Popular de China ahora puede limitarse a implementar políticas en lugar de solamente darles forma.
El académico extranjero que se reunió recientemente con Pan dijo que si bien los banqueros centrales de China son “muy conscientes” de los desafíos económicos del país, creen que no hay mucho más espacio para el estímulo monetario debido al sobreendeudamiento y la debilidad que registra el yuan.
El Banco Popular de China tampoco se muestra interesado en políticas como herramientas de refinanciación específicas para apoyar a las pequeñas empresas y que se completen las viviendas sin terminar. Muchos funcionarios y analistas dicen que se trata de medidas cuasifiscales y temporales que debe implementar el Ministerio de Finanzas y no el órgano banco central.
Sin embargo, bajo la presión del Consejo de Estado para mejorar la confianza económica, el banco central ahora utiliza más esas herramientas. Pan dijo en un discurso en Hong Kong el mes pasado que el banco va a impulsar su uso. Estas medidas específicas de apoyo crediticio representaban 15 por ciento del balance del Banco Popular de China a finales de septiembre.
En su esfuerzo por impulsar el crecimiento, Pekín hace énfasis en esos incentivos fiscales como medio principal para administrar la economía, con las tasas de interés como medida de apoyo.
No obstante, algunos analistas advierten sobre los riesgos de descuidar los problemas económicos fundamentales de la economía china y marginar al banco central.
“Las herramientas monetarias tal vez sean capaces de obstaculizar las presiones en el corto y mediano plazos, pero no son suficientes para abordar cuestiones difíciles a futuro, como la disminución de los rendimientos de la inversión, una fuerza laboral cada vez menor y un sistema de bienestar social irregular”, expresó John Yasuda, profesor asistente de ciencias políticas en la Universidad Johns Hopkins.
El Banco Popular de China argumenta contra el uso de la expansión del balance para refinanciar la enorme cantidad de deuda que vence todos los días, señaló Victor Shih, director del 21st Century China Center (Centro China del Siglo XXI) de la Universidad de California en San Diego. “Con una supervisión más directa (del partido), tal vez se vea mermada su capacidad para resistir la expansión cuantitativa”, añadió.