Cuando los negociadores comerciales de Estados Unidos llegaron a Pekín en mayo de 2018 para su primera ronda de conversaciones con el vice primer ministro Liu He, le presentaron una lista de demandas con palabras enérgicas que explicaban sus objetivos.
Los funcionarios chinos pensaron que el tono de la queja era insultante y les generaría simpatía en su país y a escala internacional, de acuerdo con las personas involucradas en las discusiones. Así que la filtraron a un periodista chino y se volvió viral. “No podíamos creer lo rápido que salió”, dijo un funcionario estadunidense.
El documento se mantiene como el mejor punto de referencia para medir el acuerdo comercial de Fase Uno de las dos partes contra las aspiraciones originales de Donald Trump para las conversaciones, y una indicación de lo lejos que está el acuerdo de las ambiciones declaradas por el presidente de EU.
El documento comenzó exigiendo una reducción de 200 mil millones de dólares en el déficit comercial de EU para finales de este año, en comparación con 2018. De acuerdo con la Oficina del Representante Comercial de dicha nación, Estados Unidos tenía un déficit comercial con China de 378 mil 200 mdd en 2018. Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, posteriormente le dijo al personal de la embajada en Pekín que la reducción del déficit en última instancia determinaría si las negociaciones habían sido exitosas, de acuerdo con personas con información sobre sus reuniones en la capital china.
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Pero el lenguaje más enérgico exigía el fin de los “subsidios que distorsionan el mercado y otros apoyos del gobierno” de Pekín, así como lo que EU calificó como “robo cibernético dirigido, patrocinado y tolerado (por China)”.
Después de casi dos años de negociaciones, aranceles y aranceles en respuesta, Trump no ha logrado ninguno de estos objetivos.
En lugar de una reducción de 200 mil millones de dólares en el déficit comercial de Washington con Pekín, el acuerdo exige compras adicionales por valor de 200 mil millones de dólares en productos estadunidenses, artículos de fabricación y servicios en los próximos dos años, comparado con los niveles de 2017.
Los subsidios chinos y el presunto robo cibernético no se abordaron en el acuerdo del miércoles, y en su lugar, los funcionarios estadunidenses prometieron abordarlos en las conversaciones de “fase dos” que comenzarán más adelante este año. Robert Lighthizer, el representante comercial de EU, dijo que los desafíos críticos que permanecen incluyen “subsidios industriales” e “intrusiones cibernéticas en la esfera comercial”.
Las autoridades chinas y los medios estatales dijeron que el enfoque inmediato de Beijing sería la implementación del acuerdo de fase uno en lugar de una ambiciosa segunda ronda de negociaciones. También tuvieron cuidado de no celebrar demasiado el acuerdo de esta semana, calificándolo como un bienvenido respiro de más aranceles y “apenas la primera ronda” de negociaciones.
Mientras tanto, la mayoría de los aranceles impuestos en los últimos dos años se mantienen, lo que significa que las exportaciones de ambos países enfrentan un arancel promedio de 20 por ciento en el mercado del otro. Lighthizer sugirió que China utilizará “exclusiones” temporales de aranceles para cumplir sus objetivos de compra.
“Todavía hay muchos aranceles en vigor”, dijo Myron Brilliant, jefe de operaciones internacionales de la Cámara de Comercio de EU, en una reunión informativa en Pekín esta semana. “Eso todavía sigue siendo una ventaja en la mente del gobierno de EU… pero queremos que (los dos gobiernos) se ocupen de los temas centrales que en gran medida no se abordaron en la fase uno y queremos que en última instancia se eliminen los aranceles que creemos que son perjudiciales para ambas economías”.
Muchos analistas dudan, por ejemplo, si China puede obligar a las compañías nacionales de alimentos —muchas de las cuales son de propiedad privada— a cumplir con las compras agrícolas prometidas de 37 mil millones de dólares este año.
“Lo que todavía no está claro es cómo China va a reconciliar su compromiso de expandir las compras de productos agrícolas estadunidenses con los acuerdos que ha hecho con otras naciones”, dijo Ker Gibbs, presidente de la Cámara de Comercio de EU en Shanghái. “Necesitamos más detalles sobre las compras agrícolas chinas para ver si los números son realistas”.
Para alcanzar ese objetivo, China necesitaría aumentar sus compras de nueces estadunidenses a 2 mil 500 mdd en 2020, en comparación con un récord de 390 millones de dólares en 2012, de acuerdo con la consultora agrícola china JCI.
Después de que el representante comercial de EU explicó los lineamientos del acuerdo el mes pasado, Three Squirrels, una de las compañías de bocadillos más grandes de China, dijo que es “difícil decir” si podría aumentar las compras a EU debido a la incertidumbre sobre los aranceles.
Las empresas que importan pistaches y almendras ya ajustaron sus compras lejos de EU. Shanghai Laiyifen, el mayor fabricante de bocadillos de China, dijo que era más fácil importar de países como Australia y Nueva Zelanda que tienen acuerdos de libre comercio con Pekín.
Y ADEMÁS
CONCESIONES QUE BENEFICIAN A CHINA
Xi Jinping considera bueno para desarrollo económico de China que haya una mayor protección para la propiedad intelectual y las tecnologías patentadas, mejor acceso al mercado para las compañías de servicios financieros estadunidenses y un compromiso de largo plazo de Pekín para garantizar que el yuan se valore de manera justa frente al dólar.
YA TIENEN ALGUNOS AVANCES LEGALES
Durante la última década, China fortaleció gradualmente la aplicación de las normas de propiedad intelectual y aumentó los castigos por su violación, en gran medida por interés propio, en tanto que las empresas nacionales se vuelven más dependientes de los ingresos de las patentes y marcas registradas.
“Estos cambios estaban en juego antes de que se iniciara la guerra comercial, pero desde entonces se habían retrasado”, escribió en una nota reciente Mark Cohen, experto en derecho de propiedad chino de la facultad de derecho de la Universidad Fordham de Nueva York. “Después de mucho dolor y drama, la administración Trump bien podría estar colocando vino viejo en botellas nuevas”.
Los tribunales chinos también retrasaron las audiencias sobre casos de propiedad intelectual que involucran a compañías extranjeras desde el inicio de la guerra comercial, de acuerdo con varios abogados. Dijeron que los funcionarios de la corte estaban nerviosos por emitir juicios que pudieran atraer la atención de los medios o entrar en conflicto con la postura negociadora de Beijing.
“Vemos que los tribunales detienen los casos para ver a dónde irán las negociaciones sin ningún juicio o audiencia”, dijo un abogado de propiedad intelectual con sede en Beijing.
ESPERAN REGRESAR A LA NORMALIDAD
Como tal, las compañías esperan que el acuerdo de la Fase Uno resulte en regresar a trabajar como lo hacían ante del inicio de las hostilidades. “Esperemos que los tribunales chinos comiencen a mover los casos nuevamente después de la firma”, dijo un abogado de propiedad intelectual en Shanghái.