El compromiso que adquirió China en septiembre pasado de convertirse en carbono neutral para 2060 fue uno de los avances más notables en la batalla por el cambio climático en el último año. El mundo estaba esperando ver cómo su próximo proyecto de plan económico quinquenal pondría en marcha su compromiso. En especial dado el estatus de China como el mayor emisor de carbono del mundo, el plan quedó decepcionantemente corto en sustancia.
Pekín estableció el objetivo de que los combustibles no fósiles lleguen a ser 20 por ciento de su combinación energética para 2025, en comparación con el 15 por ciento en 2020. Sin embargo, es un objetivo conservador después de que China casi duplicó las instalaciones de energía eólica y solar el año pasado. El primer ministro, Li Keqiang, también dijo que este año se completará un plan para garantizar que la producción de carbono alcance su punto máximo en 2030, pero el compromiso de reducir las emisiones de dióxido de carbono por unidad de producto interno bruto (PIB) se estableció en 18 por ciento, sin cambios respecto al último plan quinquenal. Los analistas estiman que eso permitirá que sus emisiones siguieran creciendo alrededor de uno por ciento anual hasta 2025.
Los observadores internacionales esperaban un compromiso mucho más sustancial para alejarse del carbón, como una moratoria sobre las nuevas centrales eléctricas alimentadas por carbón. También había esperanzas de que Pekín pudiera establecer un objetivo de que las emisiones de carbono comenzaran a caer mucho antes de 2030.
China se sumó a un número creciente de países que adoptaron objetivos de cero neto para mediados de siglo o más allá. Sin embargo, los expertos advierten que los recortes de emisiones deben ser más importantes para tener la oportunidad de lograr el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados, e idealmente 1.5 grados centígrados, desde la década de 1850. Hay pocas posibilidades de reducir el enorme déficit sin que China se comprometa a un progreso más rápido.
Las acciones de China también tienen efectos indirectos. Si no se considera creíble su compromiso de alcanzar su compromiso de cero neto para 2060, la presión sobre otros mercados emergentes, como India, disminuirá. También puede ocurrir con el ímpetu de los exportadores de combustibles fósiles para remodelar su industria.
El hecho de que Pekín no establezca metas más agresivas puede reflejar la resistencia de algunas provincias e industrias que insisten en que el carbón y las tecnologías contaminantes son vitales para garantizar el crecimiento y la seguridad energética.
Las esperanzas están puestas en medidas adicionales que se anunciarán a finales de este año en el primer plan quinquenal de China sobre el cambio climático, que aún puede incluir, por ejemplo, restricciones adicionales al carbón. Mientras tanto, es probable que se intensifique la presión externa sobre Pekín. La decisión del presidente estadunidense, Joe Biden, de que Washington regrese al acuerdo de París vuelve a poner a Estados Unidos y la Unión Europea al paso con la necesidad de recortes de emisiones más estrictos. Un compromiso actualizado de EU que se espera cuando Biden sea anfitrión de una cumbre climática en abril puede enfocar las mentes en Pekín mientras compite con Washington para presentarse como un líder climático.
Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea se está impulsando algún tipo de impuesto fronterizo sobre el carbono dirigido a las importaciones de países que están rezagados en la acción climática. El hecho de que China no asuma compromisos más estrictos aumenta el riesgo de que Washington y las capitales de la Unión Europea lleguen a la conclusión de que una acción más firme en materia de comercio es la única forma de garantizar el progreso.
Reducción
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señaló que para 2030 las emisiones globales deben reducirse en 45 por ciento de sus niveles de 2010 para cumplir con el objetivo del Acuerdo de París.
Capacidad
De acuerdo con Global Energy Monitor, un grupo sin fines de lucro, el año pasado China construyó más de tres veces la nueva capacidad de energía alimentada por carbón que todos los demás países juntos.
Beneficios
Analistas coinciden en que alcanzar el pico de las emisiones para 2025 no solo será técnicamente factible, también beneficioso para la economía china.