El peso mexicano alcanzó su nivel más alto en más de cinco años, ya que las tasas de interés relativamente altas del país, la estricta política fiscal y las oportunidades de inversión que ofrece su cercanía con Estados Unidos lo han convertido en una de las divisas favoritas de los inversionistas.
De acuerdo con Bloomberg, el peso es la divisa importante de mayor rendimiento este año, y se recuperó con creces de su debilidad durante la pandemia. Ya subió 8.5 por ciento este año y cotiza por encima de 18 pesos por dólar.
En comparación, el rand sudafricano se debilitó 7.1 por ciento y el real brasileño ganó 2.4 por ciento en el mismo periodo.
Además, el peso se vuelve cada vez más en el vehículo de los inversores de mercados emergentes que desean obtener préstamos en una divisa con una tasa de interés baja, como el dólar, para comprar activos que ofrecen mayores tasas de retorno, lo que se conoce como carry trade.
La moneda mexicana se beneficia de una confluencia de factores nacionales e internacionales. El país se prepara para ser uno de los principales beneficiarios de las empresas que se enfocan en que sus cadenas de suministro estén más cerca de los mercados clave y lejos de China, en un fenómeno conocido como nearshoring.
México forma parte del acuerdo de libre comercio T-MEC con EU y Canadá y fue incluido en los recientes subsidios verdes de la Ley de Reducción de la Inflación de Washington. Esto le ayuda a atraer inversiones en su sector automotriz, tradicionalmente fuerte y con salarios más bajos que los de su vecino del norte.
BMW gastará 800 millones de euros para ampliar la producción de vehículos eléctricos en México, mientras que Tesla anunció la semana pasada la construcción de una fábrica en el norte de México que, según las autoridades, comenzará con una inversión de 5 mil millones de dólares, una de las más grandes del país en los últimos años. La noticia contribuyó a impulsar aún más el peso frente al dólar.
Una fuente de ingresos son las resilientes remesas de los emigrantes mexicanos en EU, que representan 4 por ciento del producto interno bruto del país.
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El banco central de México también se ha mostrado con una política monetaria más dura de lo que muchos esperaban, pues empezó a subir las tasas de interés en junio de 2021, nueve meses antes que la Reserva Federal de EU, y ha aumentado su tasa de referencia en 14 reuniones consecutivas, desde 4 por hasta 11 por ciento.
El diferencial sobre la tasa objetivo de los fondos federales de la Fed creció del 3.75 por ciento al 6.25 por ciento, algo que aumenta el atractivo del peso.
La austeridad fiscal del presidente Andrés Manuel López Obrador también ha ayudado a apuntalar el peso. El líder populista, que vuela en aviones comerciales y se enorgullece de ser un hombre del pueblo, recortó drásticamente el gasto del gobierno y registró pequeños déficits.
Sin embargo, el crecimiento económico ha estado por debajo de su potencial durante décadas, dijeron economistas.
Desde que López Obrador asumió el cargo en 2018, la economía apenas ha crecido y se ha quedado atrás respecto a sus pares en la recuperación de la pandemia. Este año, los analistas esperan un crecimiento de apenas 1.2 por ciento, según el Banco de México.