Saudi Aramco sigue adelante con sus planes de pagar 75 mil millones de dólares en dividendos este año a pesar de que sus ganancias cayeron 73 por ciento durante el segundo trimestre de 2020, ya que el grupo estatal de energía apuesta por un repunte para el sector petrolero golpeado por la pandemia.
Igual que sus pares internacionales, Saudi Aramco ha tenido un año brutal, ya que los confinamientos impuestos por los gobiernos para frenar la propagación del coronavirus hicieron que la demanda de petróleo y los precios cayeran.
La compañía informó ayer una caída en sus ingresos netos de 6 mil 600 millones de dólares en los tres meses hasta el 30 de junio, en comparación con 24 mil 700 mdd en el mismo periodo del año anterior.
Esto marca un cambio drástico en la suerte desde diciembre, cuando recaudó un récord de 25 mil 600 millones de dólares en su oferta pública inicial y se convirtió en la empresa más valiosa a escala mundial que cotiza en bolsa, un estatus que perdió recientemente ante Apple.
Sin embargo, el alivio gradual de las restricciones y la implementación de medidas para reiniciar las economías significaron que ahora Saudi Aramco ve una “recuperación parcial” en el mercado de energía, dijo ayer a los periodistas Amin Nasser, director ejecutivo de la compañía. “Lo peor probablemente ya pasó”, afirmó.
El crudo Brent, la referencia internacional de petróleo, cayó de casi 70 dólares por barril a principios de enero a menos de 20 dólares en abril, a medida que el consumo disminuyó hasta en un tercio en el punto máximo de los confinamientos. Desde entonces ya se recuperó para llegar a alrededor de 44 dólares.
“Vean a China, su demanda de gasolina y diésel se encuentra casi en los niveles anteriores al covid-19. En Asia vemos que se está recuperando y otros mercados (también)”, señaló Nasser.
Si bien algunas de las grandes compañías petroleras también notan un resurgimiento en la demanda, muchas llevan a cabo grandes recortes en costos y gastos de capital y están preocupados por más confinamientos en los próximos meses, lo que puede obstaculizar el consumo. La semana pasada, BP fue el último gran grupo petrolero que recortó sus dividendos.
A pesar de la incertidumbre en la economía global, Saudi Aramco mantendrá el dividendo trimestral más grande del mundo en 18 mil 700 millones de dólares, la mayor parte de eso destinado al gobierno de Riad, en línea con su compromiso de un pago anual de 75 mil mdd. La entrega de dinero a los accionistas es mucho mayor que el flujo libre de efectivo del periodo de 6 mil 100 mdd, que está muy por debajo de los 20 mil 600 mdd de hace un año.
Nasser afirmó que “nuestra intención es pagar 75 mil mdd, sujeto a la aprobación del consejo de administración y dependiendo de las condiciones del mercado”. Los accionistas minoritarios, que son propietarios de 1.5 por ciento de la compañía, estarán “protegidos” durante los siguientes cinco años y recibirán pagos prioritarios, dijo.
En junio, Nasser señaló que si bien la empresa trataría de utilizar efectivo para realizar los pagos de dividendos, también podía emitir préstamos o bonos.
La relación de endeudamiento financiero de la firma —una medida del apalancamiento financiero— ya subió a 20.1 por ciento, desde menos 4.9 por ciento en el trimestre anterior. Saudi Aramco indicó que esto se relaciona con la adquisición en junio de una participación mayoritaria en la compañía química Sabic, del Fondo de Inversión Pública, el fondo soberano de Arabia Saudita, por 69 mil mdd.
El gobierno ya se vio obligado a elevar el techo de la deuda del reino de 30 a 50 por ciento del producto interno bruto, y Riad ya pidió prestados este año más de 20 mil millones de dólares en los mercados locales e internacionales.
Mohammed al-Jadaan, ministro de Finanzas, dijo el mes pasado que el reino, que registró un déficit presupuestario de 29 mil mdd en el segundo trimestre, probablemente recurrirá al mercado de deuda internacional al menos una vez más antes de fin de año.
Si bien el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha tratado de diversificar la economía de Arabia Saudita, las ventas de petróleo aún proporcionan la mayor parte de los ingresos del reino. El FMI proyectó que la economía se va a contraer 6.8 por ciento este año.
Saudi Aramco recibe órdenes de Riad respecto a la política de producción de petróleo. En abril, la producción subió a un récord de 12.1 millones de barriles por día cuando el reino estaba inmerso en una guerra de precios contra productores rivales. La producción cayó a 7.5 millones de barriles por día en junio como parte de los recortes que promulgó la OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, para equilibrar el mercado.
Las acciones de Saudi Aramco han caído alrededor de 7 por ciento este año a 33 riyales saudíes, aunque este precio todavía se encuentra por arriba del de 32 riyales saudíes que se logró en su debut en el mercado de valores, que fue la OPI más grande del mundo.