Los países ricos se preparan para asumir al menos 17 billones de dólares de deuda pública adicional mientras luchan contra las consecuencias económicas de la pandemia, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ya que se espera que la fuerte caída en los ingresos fiscales disminuya las medidas de estímulos que se pusieron en marcha para combatir el virus.
En toda la OCDE, el club de los países ricos, se espera que el pasivo financiero público promedio suba de 109 por ciento del producto interno bruto (PIB) a más de 137 por ciento este año, lo que deja la carga de deuda pública a un nivel similar al que actualmente tiene Italia.
Una deuda adicional de esa magnitud ascenderá a un mínimo de 13 mil dólares por persona en todos los países miembros de la OCDE, con un total de mil 300 millones de personas. Los niveles de deuda pueden subir aún más si la recuperación económica por la pandemia es más lenta de lo que muchos economistas esperan.
Randall Kroszner, de la Chicago Booth School of Business y ex gobernador de la Reserva Federal de Estados Unidos, dijo que la situación plantea dudas acerca de la sostenibilidad a largo plazo de los altos niveles de deuda pública y privada. “Tenemos que enfrentar la dura realidad de que no vamos a tener una recuperación en forma de V”, agregó.
La OCDE señaló que la deuda pública entre sus miembros aumentó en 28 puntos porcentuales del PIB en la crisis financiera de 2008-2009, que llegó a un total de 17 billones de dólares. “Para 2020, el impacto económico de la pandemia de covid-19 se espera que sea peor que la gran crisis financiera”, indicó.
Aunque muchos gobiernos introdujeron medidas fiscales adicionales este año, que van desde 1 por ciento del PIB en Francia y España, hasta 6 por ciento en Estados Unidos, es probable que el aumento de la deuda pública los supere debido a que los ingresos fiscales suelen caer incluso más rápido que la actividad económica en una recesión profunda, de acuerdo con la OCDE.
Hace una década, el pensamiento económico de moda sugería que más allá de 90 por ciento del PIB, los niveles de deuda pública se volvían insostenibles. Aunque la mayoría de los economistas ahora no creen que exista un límite tan claro, muchos todavía creen que permitir que la deuda pública se acumule aún más puede amenazar con socavar el gasto del sector privado, lo que puede crear un lastre para el crecimiento.
El aumento de los niveles de deuda se convertirá en un problema en el futuro, advirtió Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, aunque dijo que los países no deben preocuparse por sus posiciones fiscales ahora en medio de la crisis, y agregó: “Las alas se van a sentir pesadas porque estamos tratando de volar y ya teníamos muchas deudas y ahora estamos agregando más”.
Como resultado, muchos países más se enfrentarán a un entorno económico similar al que experimenta Japón desde que estalló su burbuja financiera a principios de la década de 1990. La preocupación por la deuda pública y los déficits ha sido una característica que define la economía política de Japón desde entonces, con la deuda que finalmente se estabilizó en alrededor de 240 por ciento del PIB bajo el gobierno del actual primer ministro, Shinzo Abe.
Muchos políticos y líderes empresariales están alarmados por los nuevos paquetes de gastos para hacer frente a la pandemia en Japón. “Nuestra estrategia económica es utilizar una cantidad considerable de dinero y, sinceramente, será un gran problema fiscal en el futuro”, señaló Hiroaki Nakanishi, presidente ejecutivo de Hitachi y jefe del grupo de cabildeo empresarial de Keidanren, en una entrevista reciente con Financial Times. “No tengo un buen plan. Hasta que la economía se recupere, no creo que haya una respuesta sensata”.
Las compras de deuda pública de los bancos centrales pueden ayudar a aligerar la carga al garantizar que el sector privado no tenga que absorber los activos públicos para financiar los déficits presupuestarios del gobierno y ayudar a mantener bajos los costos de los intereses. Los rendimientos de los bonos caen a medida que aumentan los precios.
Las economías avanzadas ya se benefician de los costos de interés extremadamente bajos en su endeudamiento, ya que los bancos centrales intensificaron los programas de compras de activos en grandes cantidades en un intento por evitar que la inflación caiga muy por debajo de sus objetivos; además, los rendimientos de los bonos cayeron aún más en las últimas semanas.
Reino Unido aumentó la deuda con rendimientos negativos por primera vez esta semana, con lo que se une a otros países, entre ellos Alemania y Francia, cuyos rendimientos de bonos también se encuentran en territorio negativo.
Sin embargo, Willem Buiter, profesor visitante en la Universidad de Columbia, escribió recientemente en Financial Times que había límites para los déficits que los gobiernos pueden manejar mientras son financiados por los bancos centrales sin resultar en inflación.
Los gobiernos podrán hacer frente a la deuda aumentando los impuestos o recortando el gasto público, pero pocos quieren seguir ese camino después de casi una década de endurecimiento del gasto público. Y los economistas advierten que las consecuencias negativas para el crecimiento fácilmente pueden superar los beneficios.
Una vez más, hay lecciones de Japón. Aunque Abe es conocido por su estímulo económico, su mandato ha implicado dos grandes aumentos en el impuesto al consumo, pasó de 5 a 8 por ciento en 2014 y luego a 10 por ciento en octubre del año pasado. En ambos casos, el aumento de impuestos condujo a la economía hacia una recesión.
Sin una salida simple para las economías avanzadas que enfrentan niveles muy altos de deuda pública y privada, el profesor Kroszner dijo que la mejor política era el “delicado” arte de condonación y reestructuración de la deuda. Si se hace correctamente, también puede ser en interés de los tenedores de deuda que perderán, pero no tanto como lo harán si se aferran a la esperanza de que las deudas al final se van a pagar.
Deuda francesa, más de 115% del PIB
La deuda francesa superará “sin duda” el 115 por ciento del producto interno bruto a fines de año debido a las consecuencias económicas de la crisis sanitaria, declaró ayer el ministro de las Cuentas Públicas, Gerard Darmanin, en un programa radial, aunque se negó a dar más precisiones. “La deuda es a la vez lo que se gasta, y se gasta mucho, y los ingresos que no tenemos. En esta crisis hay un efecto tijera, se gasta mucho pero hay menos ingresos fiscales porque hay menos actividad”, dijo.
Sigue negociación en Argentina
La renegociación de 66 mil mdd de deuda argentina continuará bajo un acuerdo de confidencialidad, luego de que el país quedó en default y se extendió hasta el 2 de junio el plazo para adherir a un canje de bonos, indicó en un comunicado un grupo de acreedores. “Argentina invitó a ciertos representantes del Grupo de Titulares de Bonos de Canje a firmar un acuerdo de confidencialidad para entablar negociaciones con el Ministerio de Economía”.