El brote de coronavirus empieza a presionar a las cadenas de suministro justo en el momento en el que llegaron a depender de empresas globales, a medida que los puertos de Estados Unidos se preparan para que los volúmenes de carga se reduzcan 20 por ciento o más en el primer trimestre de 2020.
Las empresas que el año lo comenzaron celebrando una tregua en la batalla arancelaria entre Washington y Pekín ahora batallan por asegurar productos que van desde componentes de automóviles hasta juguetes, lo que reaviva un debate sobre la dependencia que tienen las empresas occidentales en China, incluso a medida que se reportan más casos nuevos del virus fuera del país que dentro.
Myron Brilliant, jefe de asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de EU, dijo que el grupo de cabildeo empresarial más grande de Estados Unidos estaba observando el impacto del virus “en las cadenas de suministro y en los flujos de comercio” a través de contactos corporativos estadunidenses en China, donde advirtió que muchas fábricas operan “muy por debajo de su capacidad”.
“Cada día hay menos probabilidad de que se registre una recuperación rápida en ‘forma de V”, dijeron los economistas de Bain and Company, algo que hace eco de la preocupación de Brilliant sobre el impacto en las empresas que tendrá el virus que se propaga a otros grandes centros de fabricación. “El deterioro de la situación en Corea del Sur también implica que las interrupciones de la cadena de suministro no se van a limitar a China”.
Chris Connor, director ejecutivo de la American Association of Port Authorities (Asociación Estadunidense de Autoridades Portuarias), predijo que sus miembros podrían registrar una caída en los volúmenes de carga de una quinta parte en los primeros tres meses del año y advirtió que el impacto económico de una crisis de ese tipo “puede llegar fácilmente a las decenas de miles de millones de dólares”.
Panjiva, la compañía de datos comerciales propiedad de S&P, informó que los puertos de la costa oeste de Estados Unidos están particularmente expuestos. El puerto de Los Ángeles, el más activo de EU, experimentó una caída del volumen de carga de poco más de 5 por ciento en enero, pero espera un desplome de 25 por ciento para febrero.
El impacto en el transporte marítimo “parece ser mucho peor” que durante el brote de SARS hace casi 20 años, dijo a CNBC Gene Seroka, director ejecutivo del puerto.
Los analistas de Citi advirtieron que las interrupciones prolongadas en la fabricación china podrían “paralizar las cadenas de suministro globales”, incluso cuando los ejecutivos, entre ellos Tim Cook de Apple, señalaron que la capacidad en las plantas chinas había comenzado a aumentar, lo que fortaleció sus esperanzas de un repunte.
Las empresas se enfrentan a más preguntas de los analistas sobre el costo que el virus está cobrando en sus cadenas de suministro, según un análisis de las transcripciones de las conferencias de resultados en Sentieo, un servicio de datos financieros, pero muchos ejecutivos admiten que siguen sin poder evaluar el impacto total.
Las fábricas chinas ocupan un lugar preponderante en las cadenas de suministro del sector automotriz y de productos electrónicos, pero las advertencias de interrupciones provienen de una amplia gama de compañías, desde Best Buy, el grupo de venta minorista de gadgets, hasta Crocs, la marca de calzado. Los grupos automotrices, desde Nissan hasta Fiat Chrysler, han registrado interrupciones, señaló Panjiva, mientras que algunos fabricantes como Deere recurren a un transporte marítimo rápido y costoso para evitarlos.
Columbia Sportswear, fabricante de chamarras para la lluvia y de botas de montaña, dijo que sus resultados este año se van a ver “significativamente afectados” porque a los fabricantes por contrato les ha resultado difícil “obtener ciertas materias primas y producir y entregar productos terminados de manera oportuna”.
Adient, fabricante de asientos para automóviles, dijo que espera que los volúmenes de producción registren una caída de aproximadamente 70 por ciento en febrero y de 40 por ciento en marzo en comparación con las estimaciones anteriores.
El brote de coronavirus, que comenzó en la provincia china de Hubei, que tiene una fuerte presencia en manufactura, se produjo después de más de dos años de batallas comerciales entre Washington y Pekín que llevaron a muchas compañías multinacionales a revisar su dependencia de la producción china.
“Debido a que nuestra industria vive con aranceles desde hace algún tiempo, la mayoría de nuestros proveedores ya están en el camino de la creación de alternativas de abastecimiento”, dijo Michael Fleisher, director financiero de Wayfair, la compañía de comercio electrónico, a los analistas: “Aunque poco más de la mitad del producto de nuestros proveedores se fabrica ahora en China, para cualquier artículo dado, generalmente tenemos una selección adicional que proviene de varios países de origen, creando opciones para la sustitución”.
El virus puede estar “aumentando la urgencia de alejarse de China que se introdujo por la guerra comercial”, dijeron analistas de Panjiva, y señaló que Google y Microsoft se encuentran entre las compañías que buscan cambiar el lugar de fabricación.
Quieren acercar la producción
Jeffrey Witherell, director ejecutivo de un fideicomiso de inversión en bienes raíces de nombre Plymouth Industrial, se encuentra entre los ejecutivos estadunidenses que hacen eco de la esperanza del secretario de Comercio Wilbur Ross de que la crisis impulse a más empresas de EU a considerar que la fabricación esté más cerca de casa. “Es sutil”, dijo, pero “muchas empresas parecen lamentar toda la subcontratación a Asia… entonces tal vez deberíamos fabricar en Memphis y Cleveland, Ohio”.
Excesiva dependencia
Larry Fink, el director ejecutivo de Blackrock, el gestor de activos más grande del mundo, dijo: “Creo que va a haber una revisión de las cadenas de suministro en todas las empresas del mundo”. La excesiva dependencia que tienen las multinacionales de los suministros procedentes de China “puede ser inapropiada”, dijo a la Australian Financial Review la semana pasada.