JBS, el proveedor de carne más grande a escala mundial, sufrió un ataque cibernético en sus sistemas norteamericanos y australianos que interrumpió sus operaciones globales y obligó a que miles de empleados dejaran de trabajar.
La compañía brasileña hizo que dejaran de trabajar 7 mil empleados en Australia, donde sus rastros dependen en gran medida del personal eventual. JBS todavía no indica cuándo podrá reanudar el procesamiento de ganado vacuno, porcino y ovino en sus 47 instalaciones en todo el país, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.
En Estados Unidos cerró la planta de la compañía en Cactus, Texas, anunció la instalación en Facebook. Los turnos en la planta de carne vacuna de la compañía en Greeley, Colorado, que también alberga la sede de sus operaciones en Norteamérica, se cancelaron debido al ataque cibernético, según un representante sindical.
JBS Canada también anunció que había cancelado turnos en su sitio en Brooks, Alberta. Esa planta procesa alrededor de 4 mil 200 cabezas de ganado al día.
El incidente ha afectado a las operaciones de procesamiento de carne en un momento en que los precios de la carne de vacuno están en niveles récord en muchos mercados.
“Debido a que JBS controla alrededor de 20 por ciento del procesamiento de carne en EU, ataques de seguridad como este pueden tener implicaciones masivas para nuestro suministro nacional de alimentos”, señaló la Unión Nacional de Agricultores de EU en Twitter .
JBS indicó que tomó medidas inmediatas cuando determinó que era objeto de un ciberataque organizado, que incluyeron suspender los sistemas afectados y avisar a las autoridades. El ataque afectó a algunos de sus servidores que soportan los sistemas informáticos australianos y norteamericanos de la compañía, señaló el grupo.
El incidente, que se descubrió por primera vez el domingo, es el más reciente de una serie de ataques cibernéticos a compañías globales, entre ellos el ataque de ransomware del mes pasado contra Colonial Pipeline, que opera una arteria de combustible de 5 mil 500 kilómetros en Estados Unidos.
“La compañía no tiene conocimiento de ninguna evidencia en este momento de que los datos de clientes, proveedores o empleados se hayan visto comprometidos o mal utilizados como resultado de la situación. La resolución del incidente llevará tiempo, lo que puede retrasar ciertas transacciones con clientes y proveedores”, afirmó JBS en un comunicado enviado por correo electrónico.
La industria de procesamiento de carne depende de software y sistemas informáticos para el rastreo y la clasificación de animales, así como para mantener registros para cumplir con las normas regulatorias.
Matt Journeaux, un funcionario del Australian Meat Industry Employees (Sindicato de Empleados de la Industria Cárnica de Australia), dijo que el personal de JBS llegó al trabajo el lunes por la mañana y les dijeron que dejaran de trabajar debido al ataque.
“Esto impactará la producción de alimentos. Solo depende de cuánto tiempo dure el cierre. JBS exporta alrededor de 60 por ciento de lo que procesa, por lo que algunos clientes extranjeros pueden sentir escasez”, advirtió.
David Littleproud, ministro de Agricultura de Australia, dijo que JBS representa alrededor de una quinta parte de la capacidad de procesamiento de carne en el país, pero que el cierre no debe tener un gran impacto en las exportaciones, siempre y cuando no se prolongue. “Es demasiado pronto para especular sobre quién perpetró el ataque o por qué”, agregó.
“Estamos trabajando con socios internacionales para tratar de rastrear y rectificar este ataque cibernético, que es un ciberataque global contra sus operaciones”, dijo Littleproud.
La compañía matriz, JBS Foods, es una de las mayores empresas alimentarias a escala global, con operación en 15 países y ventas en diversas naciones.