Mia empezó a sospechar cuando le hicieron preguntas básicas durante una entrevista a través de Zoom para un puesto en recursos humanos. Sus dudas se confirmaron cuando su posible empleador le exigió un pago adelantado de 342 dólares por concepto de capacitación. Sospechando que era un fraude, se echó para atrás.
Mia se topó por primera vez con estafadores después de mudarse. Hizo una solicitud, y no consiguió un trabajo como administradora de recursos humanos, en una entidad que operaba con el nombre de Inglemoss Consultants, que se anunciaba en el portal de empleo Indeed. Una semana después, la contactaron y le dijeron que había quedado en la lista final de candidatos para otro puesto de trabajo.
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Tenía razón al desconfiar. Otras tres personas le dijeron al Financial Times que fueron estafadas por Inglemoss Consultants. Una de ellas, Jamie Glover, recién graduado de la Universidad de Sussex, dijo que el año pasado aceptó un puesto en la empresa y pagó 342 dólares por el paquete de capacitación. Después de un día de capacitación, le encargaron la tarea de reclutar más candidatos. Nunca le pagaron. “Parecía una estafa piramidal, no había otra función”, dice.
Indeed dijo que eliminó la cuenta de la organización en noviembre de 2022, después de una investigación por fraude y quejas de personas que buscaban empleo.
Un fraude laboral
Los expertos en reclutamiento dicen que los estafadores se vieron favorecidos por el paso a internet de muchos procesos de contratación durante la pandemia y que sus sofisticadas estratagemas resultan cada vez más familiares a las personas que buscan empleo.
Steve Sully, director regional para el Reino Unido de la empresa de selección de personal Robert Half, dice: “A diario vemos una cantidad alarmante de casos de este tipo. De forma regular vemos candidatos que reenvían mensajes de WhatsApps, que reciben de individuos que dicen ser consultores de nosotros”. Con tanto trabajo remoto es “mucho más fácil para los estafadores aprovecharse de los más vulnerables”.
El fraude relacionado con el empleo es algo más que una molestia que consume tiempo a quienes buscan trabajo y a las empresas. Las víctimas pueden perder dinero y datos personales, mientras que las empresas pueden sufrir daños considerables en su reputación.
En febrero, LinkedIn reconoció un aumento del número y la sofisticación de las estafas en su plataforma. La tendencia se extiende a una serie de sitios de empleo, empresas de reclutamiento y otros negocios.
Las cifras de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) muestran que en 2022 se produjeron más de 92 mil estafas relacionadas con el empleo y las empresas, con pérdidas declaradas de 367 millones de dólares (mdd), una suma considerablemente superior a los 209 mdd del año anterior.
JobsAware, una organización británica sin fines de lucro, a la que Mia acudió para denunciar a Inglemoss Consultants, recopila denuncias de estafas de empleo y prácticas de trabajo injustas y ofrece asesoría a los trabajadores. Su presidente, Keith Rosser, dice que cada vez hay más gente “que busca trabajo adicional debido a la crisis del costo de la vida”. “Esto hace que muchas personas entren al mercado laboral y las deja expuestas”.
Ben King, responsable de confianza del cliente en Okta, especialista en identidad digital, dice que la amenaza se intensifica. “Espero que (las estafas de trabajos falsos) simplemente aumenten con el acceso a la inteligencia artificial generativa en línea (y) las herramientas de aprendizaje automático lógico, que hacen que los anuncios de trabajo falsos y los correos electrónicos de los delincuentes, dirigidos a grupos demográficos específicos de víctimas, se vean más reales”.
Los ataques fraudulentos ya son cada vez más elaborados: los estafadores suelen crear sitios web falsos, realizar entrevistas a través de Skype y, en algunos casos, exhibir un dominio impresionante de la industria en la que dicen trabajar.
Jonathan Waterman-Smith, consultor de reclutamiento de TRG Recruitment, dice que su experiencia demuestra que los estafadores se acercan a los objetivos con mayor sofisticación, utilizando terminología específica del sector que demuestra un alto grado de investigación del delincuente.
el Dato...92 mil estafas
Relacionadas con el empleo y las empresas se produjeron en 2022
A través de LinkedIn se puso en contacto con él una persona que se hacía pasar por “jefe de equipo de adquisición de talentos” de una compañía de fabricación, que quería ayuda para contratar trabajadores. Waterman-Smith habló con el estafador por teléfono y este le explicó cómo trabajaba y los honorarios que cobraba. Al principio, estaba convencido de que la persona que llamaba era auténtica.
“No era un novato”, dice el consultor. “Este tipo conocía la terminología que utilizamos en el sector del reclutamiento. Tenía mucha experiencia en esto o conocía la jerga de la contratación y posiblemente en el pasado trabajó en el sector”.
Reclutadores como Waterman-Smith suelen identificar candidatos potenciales para los clientes. Cuando este supuesto cliente le sugirió tres posibles candidatos para entrevistar, se dio cuenta de que algo raro estaba pasando. Llamó a la empresa en cuestión y le dijeron que no tenían registro de que la persona hubiera sido empleada. Si la estafa se hubiera desarrollado de acuerdo al plan, Waterman-Smith esperaba que su empresa hubiera pagado a los candidatos —y presuntos socios del estafador— y facturado al defraudador, para que esta quedará sin pagar.
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Relacionadas con el empleo y las empresas se produjeron en 2022
Los reclutadores del engaño
Los estafadores se aprovechan de personas que han identificado como vulnerables, como gente que perdió su empleo.
En diciembre, Alex Ellis, Alto Comisionado británico en India, advirtió que los estafadores utilizaban su nombre para convencer a las personas que entregaran información y dinero para obtener visados de trabajo en el Reino Unido.
En el caso de Mohammed Yasar Farath, un técnico establecido en Hyderabad, en el sur de India, un enlace a través de una página de ofertas de empleo en Instagram lo llevó a una supuesta oferta de una compañía de energía de Reino Unido. El inconveniente: tendría que pagar 621 dólares por la solicitud del visado. Después de negarse a entregar el dinero, el “supuesto abogado…. se enfadó mucho”. Farath se dio cuenta de que la oferta de trabajo no existía y de que el visado era una estafa.
Sully dijo que los estafadores no solo son un riesgo para los candidatos, sino también para la reputación de los reclutadores y las empresas, “al utilizar su marca como fachada”. Muchas empresas incluyen consejos para evitar estafas en sus sitios web.
El verano pasado, alertaron a Amanda Chilcott, directora global de recursos humanos de Neptune Energy, de un “gran aumento de estafadores” que se hacían pasar por su empresa, cuando posibles víctimas llamaron a recepción por correos electrónicos fraudulentos. La compañía contrató a un grupo de ciberseguridad para bloquear los dominios no autorizados que utilizaban su nombre.
Según King, esto es más difícil para las empresas más pequeñas, que “carecen de los recursos necesarios para monitorear y controlar esta amenaza de forma eficaz”.
Aunque la evolución de las herramientas de inteligencia artificial puede hacer que las estafas sean omnipresentes y creíbles, también demostrarán ser “una valiosa herramienta para que las organizaciones supervisen los contenidos a una velocidad que ningún humano puede igualar”, agregó.
Los empleadores también son vulnerables a los candidatos deshonestos. Satish Kumar, CEO de Glider AI, una plataforma que ofrece evaluaciones virtuales y entrevistas para la selección de personal, dice que la contratación a distancia alimentó un aumento del fraude por parte de candidatos a los que, por ejemplo, sus amigos les dan las respuestas.
Una vez que un candidato ya pasó por el proceso de reclutamiento, puede tardar un mes en descubrir que no está a la altura del puesto. Volver a contratar es caro.
Para las personas, el fraude puede dejar cicatrices. Fátima, que presentó una demanda contra Inglemoss Consultants, dijo: “Me causó ansiedad. Jugaban con personas vulnerables y era difícil saber que era una estafa hasta que ya estabas metida en ella”.
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